Actualmente, millones de personas sufren los estragos de la sequía que mantiene secos los embalses que abastecían Chennai, la sexta ciudad más grande de la India. Lo opuesto ocurre en Bombay, ciudad inundada por las lluvias causadas por vientos monzones. En Sudamérica, donde se encuentran varios de los países más megadiversos del planeta, los atentados contra la naturaleza, como la deforestación, son cosa de todos los días.

Las consecuencias del cambio climático ocasionado por la humanidad parecen ser irreversibles e inevitables. Brigitte Baptiste, recientemente elegida rectora de la Universidad EAN (Colombia), visitó la PUCP para dar la ponencia de cierre de la XVII Conferencia Bienal IASC titulada “En defensa de los comunes: desafíos, innovación y acción”, convención global realizada por la Asociación Internacional del Estudio de Bienes Comunes (IASC, por sus siglas en inglés) en julio pasado.

“Cuando comencemos a vivir a fondo los efectos de la crisis climática, vamos a extrañar el pasado. Gran parte de la humanidad podría desaparecer a criterio de muchos investigadores y científicos”, dice la bióloga y especialista en estudios latinoamericanos, quien ha desarrollado una larga carrera en la investigación y la docencia.

“El ejemplo es lo que está pasando en Europa con las olas de calor, el descongelamiento del polo norte de Groenlandia en menos de tres semanas o la sequía extrema de la India que obligó a millones de personas a desplazarse. Pero estos problemas son solo la punta del témpano de lo que realmente es el cambio climático. El mundo va a ser muy distinto a lo que nosotros vivimos, va a ser muchísimo más inestable e incierto en términos climáticos”, añadió la científica colombiana.

Riendas del cambio

A fines de julio, Baptiste fue elegida rectora de la Universidad EAN, pero durante la Conferencia Bienal IASC, realizada en nuestro campus, se presentó como directora del Instituto Humboldt. Como tal, ella ha experimentado las dificultades para establecer puntos comunes entre científicos y políticos sobre medidas que atañen al medioambiente. “Por ejemplo, los industriales de la acuicultura –inversionistas y empresarios– desean producir un pez importado de Vietnam. La ciencia dice que no es recomendable introducir nuevas especies de peces porque pueden tener efectos que deterioren el ambiente. La negociación entre ciencia y política tiene que ver con cuáles son las razones y alternativas para que el político incumpla sus compromisos con los inversionistas que lo llevaron al poder, y pueda proponer una alternativa eventualmente más interesante”, relató Baptiste, para quien uno de los grandes problemas para enfrentar la crisis planetaria es, precisamente, lograr acuerdos serios entre los sectores involucrados.

“Hay que ponernos de acuerdo, en principio, respecto a las causas de los problemas, en vez de continuar señalando que otros tienen la responsabilidad completa del desastre ambiental. Hay que reconocer que todos estamos relativamente atrapados por las mismas determinantes de los modelos económicos y de organización social de la modernidad, y que no necesariamente un solo aspecto es responsable de todos los males. Estamos en una especie de fase de ajuste de cuentas en una historia muy larga de transformaciones ecológicas que es muy difícil de juzgar en el presente”, considera la especialista, para quien las responsabilidades son compartidas por todos: políticos, industriales y ciudadanos.

“Hay muchos mitos y verdades a medias que se utilizan como justificaciones. Por ejemplo, las comunidades campesinas a menudo son las principales agentes del deterioro ambiental: utilizan agroquímicos en grandes cantidades y realizan malas prácticas por ser más fáciles o baratas de aplicar, y son deforestadoras. En Colombia, son muy adversas a la fauna silvestre”, dijo Baptiste.

En palabras de la científica colombiana, reuniones como la XVII Conferencia Bienal IASC son importantes porque permiten “buscar negociaciones para llegar a acuerdos mínimos sobre lo que está sucediendo en el mundo y no construir perspectivas unilaterales o radicales. Los académicos tenemos la fortuna de contar con espacios en los cuales podemos cuestionar, de manera constructiva, lo que pensamos unos de otros. Se trata de un excelente espacio para poner a prueba distintos argumentos, y luego mostrar al mundo las perspectivas y contradicciones sobre los problemas que afrontamos”.

Conoce más

Mira en Educast los videos completos de la inauguración y clausura de la XVII Conferencia Bienal IASC.