La muerte del fiscal Nisman y el caso AMIA

Dos atentados terroristas de gran envergadura se produjeron en Argentina. En 1992 fue contra la Embajada de Israel y en 1994 fue contra la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA). Ambos fueron vinculados, cuenta Kahhat, con el Medio Oriente ya que en 1990, cuando gobernaba el presidente Menem, Argentina apoyó a Estados Unidos en su ataque contra el régimen de Saddam Hussein en Irak. En el atentado contra la AMIA murieron 85 personas y es recién en el 2004 cuando se nombra al fiscal Nisman a cargo de la investigación, bajo el gobierno de Néstor Kirchner. Cabe resaltar que ninguna persona ha sido procesada por el atentado.

La relación del gobierno y el fiscal, cuenta Kahhat, parecía relativamente buena mientras Néstor Kirchner vivía. Luego el fiscal desvía su atención del caso de la AMIA para empezar una investigación sobre una presunta red de terrorismo en toda América Latina vinculada al gobierno iraní. «La pregunta es, si existiera una red de terrorismo desde la década de 1980 inspirada por el gobierno iraní, entonces qué otro atentado se le podría atribuir… no lo hay, por lo que ese argumento me parece inverosímil”.

Otro tema que el analista cree importante resaltar es que el fiscal Nisman apareció en los cables que fueron revelados por Wikileaks. “Aparecía como alguien que informaba de los avances de la investigación a la embajada norteamericana y recibía consejos de EE.UU. incluyendo el FBI; esto ayuda a la tesis que tenía relaciones con servicios de inteligencia como la CIA y el Mossad israelí ayudándolos a inculpar a un enemigo en común, como es el régimen iraní”, menciona el profesor.

En el 2013, Irán y Argentina firmaron un acuerdo que proponía la creación de una Comisión de la Verdad que investigue el tema, sin embargo, Irán no lo ratificó. Es en este momento que Nisman menciona que habría un acuerdo secreto entre los dos países para limpiar a Irán a cambio de que Argentina reciba petróleo. “Esto es poco probable porque Argentina puede comprar petróleo a Venezuela o México, no necesita fraguar un acuerdo. Por otro lado, si este acuerdo era beneficioso para Irán, por qué no lo ratificaron nunca, y si hubo un acuerdo secreto, donde están las pruebas o las consecuencias en las acciones de las partes”, explica el analista. Lo cierto es que el fiscal Nisman fue encontrado muerto un día antes de presentarse ante el congreso para hacer la denuncia oficial contra la presidenta Cristina Fernández de Kirchner por encubrimiento, y las causas de su muerte todavía no han sido esclarecidas.

La expansión de Boko Haram

La semana pasada, el grupo terrorista Boko Haram secuestró 60 niños en Camerún, después de realizar diversos atentados en territorios fuera de Nigeria, como el Niger y Chad. Y a pesar que desde el año pasado Nigeria ha decretado estado de emergencia, poco se ha avanzado en contrarrestar las fuerzas de Boko Haram.

El profesor Kahhat da tres razones por las que el ejército nigeriano ha logrado poco o casi nada en estos últimos meses. La primera sería que este grupo terrorista actúa sobre todo en el noreste cuya población es en su mayoría musulmana y muy pobre. “No actúan en zonas como la del delta del Niger que es donde está el petróleo y en general no acceden a los recursos petroleros así que no afectan las financias del gobierno”. La segunda razón es que el gobierno nigeriano ha sido acusado de corrupción y de violación de derechos humanos, por lo que la población si bien está atemorizada por Boko Haram, tampoco confía en el ejército. Por último, hay quienes sostienen que el gobierno no desea fortalecer a las fuerzas armadas por temor a un golpe de Estado, más aún teniendo cerca las próximas elecciones. “De hecho el presidente no espera recibir votos en esta región, incluso es probable que ahí ni se pueda votar, hay poco interés en este tema”, agrega el profesor.

Y ese poco interés no solo se refiere al mismo gobierno nigeriano, sino también a la comunidad internacional. Si bien hubo una gran campaña mediática luego que secuestraran a más de 200 niñas en el 2014, la semana pasada según cifras oficiales se habrían asesinado 150 personas y incluso podrían llegar a ser 2000, según diversas organizaciones humanitarias, sin embargo, ha tenido poca repercusión. “Pocos saben que la guerra más sangrienta en el mundo en los últimos 50 años ha sido la guerra civil del Congo, el problema es que esto no afecta intereses de potencias occidentales, ni de las compañías mediáticas, se necesitaría que la primera dama de Estados Unidos se involucre para llamar la atención, digamos que no todos los países importan de la misma manera”, menciona Kahhat.

Ataque al semanario Charlie Hebdo

Hace un poco más de una semana dos hombres armados irrumpieron en las oficinas de Charlie Hebdo en París y mataron a 12 personas. Mientras las escenas daban vuelta en todo el mundo, también se dio un ataque a un supermercado kosher, de origen judío. Se conoce que estos terroristas estaban relacionados al Estado Islámico y Al-Qaeda.

Para el profesor Kahhat, si bien este atentado fue tomado como una afrenta a la libertad de expresión, el real objetivo es una acción de largo plazo como el ir en contra de Francia que pertenece a una coalición que está bombardeando Siria e Irak y que además tiene tropas en Mali peleando contra grupos yihadistas. “A ellos les preocupa menos las caricaturas que se puedan publicar en Francia y en un semanario que probablemente ni hayan visto. En el caso de la mayoría de sus militantes, me parece que la atención se centró de manera equivocada”, menciona Kahhat. Agrega, que si se habla de libertad de expresión, habría que tomar en cuenta que el propio gobierno francés implementa leyes restrictivas contra este derecho. Un ejemplo que menciona Kahhat es que Amnistía Internacional ha denunciado que hasta la semana pasada había 69 personas detenidas por sus comentarios en redes sociales.

Pero viéndolo desde el lado político, el atentado al semanario ha revivido los discursos en contra de la comunidad musulmana. Uno de ellos es el de Marine Le Penn, candidata de la extrema derecha por el Frente Nacional de Francia. Según Kahhat, es un caso más que los extremos se tocan. “Por un lado, ni la extrema derecha, y por otro lado, ni el Estado Islámico y Al-Qaeda, creen que sea buena idea que haya musulmanes viviendo en países europeos, y ninguno de los dos desean que esta población se integre en las sociedades en las que viven”, y es que en los últimos días, Le Pen ha mantenido fuerte su postura en la que desearía una Europa libre de inmigrantes indocumentados de religión musulmana.