Perpetrados a primera hora de la mañana, los ataques terroristas demostraron una gran capacidad de logística y recursos por parte del Estado Islámico. “EI representa una amenaza importante, a pesar de que la agrupación ha sido golpeada los últimos meses por potencias europeas. Su red es amplia: tiene una serie de alianzas terroristas en el mundo, así como presencia en Europa gracias a jóvenes extremistas que se han unido a su causa”, explica Vidarte.

Para el analista internacional, el caso de Bruselas se diferencia de los demás. “Es el país que ha dado una mayor cantidad de yihadistas con respecto a su población, es decir, para ser un país pequeño, el porcentaje de terroristas que surge es elevado. Ya hay lugares dentro de Bruselas como Molenbeck, barrios con fuerte presencia árabe, lugar del cual se habrían preparado los atentados terroristas contra Francia en Noviembre del año pasado”.

Los ataques se dan tres días después de la captura de la detención de Salah Abdeslan, uno de los principales hombres buscados por los atentados de noviembre en París. “Si bien el ataque puede ser resultado de esta captura, también es cierto que un atentado de esta naturaleza requiere preparación. Se debe tener acceso a material explosivo, conocimiento sobre cómo vas a llevar a cabo el atentado. Esto se lleva con muchas semanas de anticipación para no ser detectados por las fuerzas de inteligencia”.

Al respecto, el analista destaca que existe en Europa células terroristas que tienen capacidad presupuestal y logística para realizar acciones como las vistas esta semana, sin ser detectados por las autoridades.

Ataques extremistas, respuestas extremistas

Vidarte destaca que, al igual que el caso francés, estos atentados tendrán consecuencias en procesos paralelos en Europa. “Si ya de por sí la extrema derecha es muy importante en Bélgica, ahora cobrará mayor relevancia. Estamos viendo una crítica al refugiado muy fuerte, con la aprobación de políticas poco humanitarias que buscan rechazar a los migrantes sin tomar en cuenta que están escapando de un conflicto”.

“Tengo la impresión de que este atentado va a terminar fracturando más a sociedades como la belga. Se promoverá el auge de la extrema derecha y se cuestionará el papel de los migrantes. Lamentablemente, también va a hacer que se desconozcan otro tipo de problemas”.

Vidarte da el ejemplo de la elevada tasa de desempleo juvenil en Molenbeck, la cual roza el 50%. “¿Qué tan integrados están estos jóvenes a las sociedades de sus propios países? Ellos son la tercera o cuarta generación de naciones como Francia o Bélgica. ¿Qué han hecho los estados para integrarlos? Este tipo de realidades son las que generan caldos de cultivo para que estos chicos solo encuentren opciones para su futuro en opciones radicales. Hay una serie de consideraciones que van a ser dejados de lado a favor de otros discursos que van a generar procesos en Europa que pueden ser preocupantes”.

 Europa: la última víctima de una larga lista

Los atentados en Europa son la continuación de sendos ataques terroristas cometidos en otras partes del mundo que no cuentan con tanta protección ni estabilidad política. “Se han centrado en Europa por muchas razones. Es un continente cercano al norte de África, a Medio Oriente; asimismo, se mantiene muchos vínculos y movilidad con las comunidades árabes”.

Si bien los atentados en suelo europeo pueden impactar más a nivel global, Vidarte recuerda que este tipo de accionar sucede todos los días. “Se ven este tipo de ataques a diario en África, Medio Oriente y en el Sudeste Asiático con la misma cantidad de muertos, incluso más. El impacto es mayor porque no sucede regularmente en Europa, además porque existen ciertos niveles de seguridad. Asimismo, tenemos un claro impacto simbólico: atacan monumentos emblemáticos y barrios aledaños a los principales centros de poder, tales como el Parlamento Europeo”.

Cabe destacar que la presencia y amenaza de EI se da en diversas partes del globo. “Además de Siria e Iraq, hay una presencia muy importante del Ejército Islámico en el centro de Libia. Existen además otras organizaciones asociadas, tales como Al Shabab en Somalia, Al Qaeda en el norte de África, Boko Haram en Nigeria. Hay también células asociadas en el sudeste asiático”. En todos estos lugares, explica Vidarte, suceden atentados, violaciones y abusos a la población civil.