Alicia 'Chichi' Benavides: Imagen pionera
En la década de los setenta, las redacciones nacionales no contaban con fotógrafas. Hasta que llegó Alicia Benavides y se convirtió en la primera fotorreportera del Perú. una exposición recoge los emblemáticos retratos a personalidades culturales que Alicia —quien también fue docente PUCP— registró con su lente.
Texto:
Oscar García Meza
A los 33 años, Alicia Benavides le pidió prestada la cámara fotográfica a su papá. Después de hacer unas tomas, un amigo la llevó a su laboratorio y le copió los negativos. “Cuando vi que aparecía la imagen en el papel me pareció maravilloso. Ahí fue el flechazo”, dice. Los siguientes tres meses no se despegó de la cámara.
Alicia recuerda ese primer acercamiento fotográfico rodeada de sus emblemáticos retratos a Julio Ramón Ribeyro, Blanca Varela, José Tola, Jorge Eduardo Eielson, Mario Vargas Llosa, Fernando de Szyszlo y muchos más. En estos días, la galería El Ojo Ajeno alberga una retrospectiva de su obra; sin embargo, ella no se considera una artista. “En las revistas me decían retratista y, ahora que veo mi muestra, parece que sí. Pero, sobre todo, soy fotorreportera”, comenta. Específicamente, la primera fotorreportera mujer en el Perú.
Visión igualitaria
En 1973, Alicia le propuso al director de la revista Oiga ser la fotógrafa de la página cultural. “¿Sabes hacer todo lo necesario para el puesto?”, le preguntó y ella asintió, aunque solo tres meses antes había tomado una cámara por primera vez.
Su inexperiencia no fue lo que llamó la atención en la redacción, sino el ser mujer. En las ajetreadas comisiones, donde los fotógrafos acostumbraban ir de un lado al otro corriendo y empujándose, sus colegas se ofrecían a llevarle el maletín o brindarle un asiento preferencial. “Me cuidaban y eran muy amables, pero yo no quería que se preocuparan por mí, sino ser igual”, enfatiza. Después de Oiga, Alicia pasó a Caretas. “En una me quedé siete años y en la otra, nueve, así que no trabajaba mal”, señala.
Retratos
En la imagen, Blanca Varela luce una camisa y pantalón claros. Exhibe una mirada seria. “Se le ve observadora, como era ella”, dice Alicia en la galería que recorremos juntos mientras explica cómo logró captar los retratos que ahí se exhiben.
Alicia se detiene luego frente a aquel emblemático retrato que le hizo a Julio Ramón Ribeyro en el París de los ochenta. “Prácticamente, él prendía un cigarrillo cuando apagaba el otro. Aquí muestro un gesto suyo”, señala. Cerca, se aprecia a Julio Cortázar en el centro de Lima. “En esa época, yo recién empezaba. Por momentos, él me pedía la cámara y me decía ‘ahora te saco yo una’ ”, dice.
Al momento de realizar sus retratos, Alicia elige primero el lugar donde haya luz natural. Después, les pide a los retratados colocarse en la posición en que estén más cómodos. “Busco la expresión de la gente. Eso se ve en la manera en que se sientan o cómo se paran, es una cuestión corporal”, dice. Aunque sean fotos posadas, Alicia sostiene que siempre hay algo que delata a la persona.
Uno de los personajes que más aparece en la exposición es su gran amigo Fernando de Szyszlo. Constantemente, le hizo retratos y fotos a sus cuadros. Incluso, en el tiempo en que Alicia no estuvo en actividad, solo interrumpía su hiato por él. “Mi cámara estaba en su casa. Se quedó allí hasta el final, cuando me llamó Vicente [hijo de Szyszlo] y me dijo que vaya a recogerla”, explica.
Obra expuesta
En los últimos veinte años, Alicia estuvo retirada de la fotografía. De 1993 hasta el 2017, convocada por el profesor Adolfo Winternitz, se dedicó a la docencia en nuestra Facultad de Arte y Diseño.
Cada cierto tiempo, le proponían realizar una muestra. Ella agradecía, pero su respuesta era invariable: “No tengo trabajo para exponer”. Solo había hecho una exposición, en los ochenta, en la galería de la Municipalidad de Miraflores. Finalmente, este año, el Centro de la Imagen la convenció.
El día de la inauguración, Alicia pensó: “No va a venir nadie”. Pero al llegar, distintas personas se acercaban a felicitarla y abrazarla. En esos días también se le realizó un merecido homenaje en el marco del Lima Photo. A sus 81 años, no está segura de si va a volver a ejercer su pasión. “Ahora se trabaja con lo digital, es otra cosa”, dice y añade: “Dejé de hacer fotos con la cámara, pero muchas veces miro algo y es como si hiciera clic. Tomo las fotos mentalmente”.
El dato
Puedes visitar la exposición “Alicia Benavides. Fotografías”, hasta el 28 de septiembre, en la galería El Ojo Ajeno (Av 28 de Julio 815, Miraflores).
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