Alianza del Pacífico: Iniciativa de Integración para Chile y Perú
“Perú está dejando una huella indeleble en nuestro país”, leía en una columna de un periódico chileno a mediados de agosto en el inicio de mi intercambio estudiantil en el país sureño.
Y no podría haber sido de otro modo, nuestra gastronomía se ha apoderado de las mesas y calles chilenas, donde se puede degustar de un lomo saltado, un ají de gallina y un infaltable ceviche. Además de ello, nuestra tradición literaria se ha acoplado muy bien a la maravillosa pluma de genios literatos chilenos, debido a que en los estantes y pasillos universitarios podemos encontrar libros de José María Arguedas, Cesar Vallejo, y de nuestro Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa. Asimismo, se recuerda mucho nuestro balompié nacional, sobre todo a los futbolistas que militaron en el fútbol chileno como a “Chemo” del Solar o Flavio Maestri.
Visto de otro escenario, la relación entre Perú y Chile, no solo se ve reflejada en el ámbito social, sino económico, dado que los inversionistas peruanos en el 2013 invirtieron en Chile US 10’000 millones, eso no es de extrañar, ya que incluso la tercera parte de los inmigrantes totales en Chile son peruanos, alrededor de 100’000 peruanos viviendo en Chile.
Por estas razones, la relación entre países vecino como lo son Perú y Chile, debe procurar una fuerte proyección conjunta ante los desafíos globales. Y no hay mejor oportunidad de desarrollarlos que dentro de la integración regional “Alianza del Pacífico” conformada por países como Perú, Chile, Colombia y México; cuyos objetivos son construir, de manera participativa y consensuada, un área de integración profunda para avanzar progresivamente hacia la libre circulación de bienes, servicios, capitales y personas, impulsar un mayor crecimiento, desarrollo y competitividad de las economías de las Partes, con miras a lograr mayor bienestar, superar la desigualdad socioeconómica e impulsar la inclusión social de sus habitantes y convertirse en una plataforma de articulación política, integración económica y comercial, y proyección al mundo, con énfasis en la región Asia-Pacífico.
De esta manera, nuestra integración no pende de un hilo al entablar nuestras disputas ante la Corte Internacional de Justicia respecto a los límites marítimos antes discutidos y terrestres aún por discutir, sino más bien la vigorizan de respeto por la normativa internacional y, lo que es más importante aún, por respeto mutuo entre ambos estados. Además, generan un gran ejemplo en la comunidad internacional, referido al mecanismo pacífico por el cual resolvieron y resolverán sus conflictos. Lo antes dicho, no desestabiliza la Alianza del Pacífico, sino más bien la fortalece, y procura con más ahínco lograr los objetivos propuestos que necesita con urgencia nuestros países.
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