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Noticia

Proyecto Cajas Calientes mejora la calidad de vida

El proyecto Cajas Calientes, del Grupo de Apoyo al Sector Rural, permite aprovechar las cocinas mejoradas para tener agua caliente en zonas frías.
La instalación del sistema Cajas Calientes en su hogar le ha permitido a la familia Vargas tener agua templada a lo largo del día.
Hadzich espera que las personas, según sus necesidades, se apropien de las tecnologías desarrolladas por el Grupo de Apoyo al Sector Rural
El proyecto incluyó la capacitación de técnicos locales para el mantenimiento y la réplica de la tecnología.
El sistema cajas calientes utiliza el calor generado por las cocinas mejoradas del Grupo-PUCP
Grupo-PUCP trabaja desde 1992 en proyectos de desarrollo que favorecen la calidad de vida de comunidades campesinas a través de la investigación científica aplicada, transferencia e innovación tecnológica
K'oñichuyawasi, Casa Caliente Limpia, es otra propuesta del Grupo-PUCP que combate las bajas temperaturas y la contaminación en los Andes peruanos.

La implementación del proyecto Cajas Calientes del GRUPO-PUCP ha mejorado la calidad de vida de 27 familias en sitios en los que el agua suele correr a 4°C. A largo plazo, espera masificar la experiencia.

  • Texto:
    Israel Guzmán
  • Fotografía:
    Archivo Histórico PUCP
  • Fotografía:
    Christian Ugarte

En la comunidad cuzqueña de Nahuichapi, del distrito de Langui, provincia de Canas, Juvenal Vargas abre el caño del recién instalado sistema Cajas Calientes. Ya templada, el agua fluye y se acumula en una tina. A 3,960 metros de altitud, donde el frío puede alcanzar temperaturas inferiores a 0°C, la diferencia se siente rápidamente y marca un gran cambio en la actitud con que sus tres hijos se asean todas las mañanas antes de ir al colegio. Están contentos, pero al posar para la foto no pueden evitar mirar a la cámara con timidez. Quien sí sonríe abiertamente es doña Concepción Torres, que aparece en nuestra portada. Ella vive en el poblado de Sicre, de la provincia cuzqueña de La Convención, a 1,690 metros sobre el nivel del mar. Como sucede en muchos casos, sus diez hijos viven ahora en ciudades más grandes, por lo que el agua templada que les provee su terma es de gran ayuda para realizar sus quehaceres en el hogar sin mucho esfuerzo. Ambos son beneficiarios de un proyecto que nació en el campus de nuestra Universidad en octubre del año 2014 gracias al Grupo de Apoyo al Sector Rural (Grupo-PUCP).

El inicio

Sandra Vergara, bachillera en Ingeniería Mecánica, miembro del Grupo-PUCP desde el 2010 y encargada del proyecto Cajas Calientes, cuenta que ya desde inicios del 2014 tenían la intención de trabajar esta propuesta. “Pensábamos la idea en abstracto, pero no encontramos forma de desarrollarla hasta que apareció la convocatoria de Cienciactiva -marca institucional del Fondo Nacional de Desarrollo Científico, Tecnológico y de Innovación Tecnológica (Fondecyt) – y el Grand Challenges Canada, con la que iniciamos el trabajo en octubre de ese año”, explica. El concurso estaba orientado a financiar ideas innovadoras que pudiesen tener alto impacto en temas de salud a nivel global, y mientras que la mayoría de participantes peruanos buscaba utilizar tecnología avanzada, la simpleza y eficiencia del sistema que propuso el Grupo-PUCP, con el nombre en quechua de Khoñi-Yaku (agua caliente), le hizo acreedor a un financiamiento de S/ 286 mil. “Apuntábamos a combatir el problema de las enfermedades diarreicas y respiratorias, pues cuando ambas se combinan, como suele pasar en zonas muy frías, traen muchas complicaciones”, cuenta Vergara.

Caja Caliente

El Grupo-PUCP lleva varios años trabajando cocinas mejoradas que contemplan en su diseño una estructura de barro, una chimenea y una plancha de metal, las cuales contienen la quema de leña y bosta, y expulsan el humo nocivo que se produce al cocinar fuera de las viviendas. El proyecto Cajas Calientes aprovecha todo esto (ver Infografía, páginas 6 y 7).

“Pusimos una caja de metal acoplada a la cocina mejorada y la conectamos a una terma. Por el principio de termosifón, el agua caliente sube y el agua fría baja, lo que hace que se calienten los casi sesenta litros que contiene el sistema en las dos o tres horas en que las personas cocinan. Como la terma está aislada, el agua se mantiene caliente durante el día, y ellos pueden usarla para su aseo personal, para lavar su ropa y utensilios, o incluso para preparar la comida”, señala Vergara.

Desde su concepción, e incluso durante las primeras pruebas en Lima, el Grupo-PUCP esperaba potabilizar el agua almacenada en el sistema al hacer que esta pase de 60°C, la temperatura necesaria para matar con seguridad a la bacteria del cólera. “Pero al hacer la primera validación en campo, nos encontramos con muchas diferencias: desde la verdadera cantidad de horas que mantienen encendida la cocina, la cantidad –y calidad– de leña que utilizan, y la temperatura con que ingresa el agua al sistema, que puede estar alrededor de los 4°C”, enumera Vergara. “Aunque calienta bastante, no llegamos a esa temperatura (60°C), por eso no recomendamos tomar el agua como si fuera potable. La gente está muy contenta de poder bañarse, lavarse o lavar cosas con el agua caliente, especialmente los niños. Lo más interesante es ver cómo las personas se apropian de la tecnología y la utilizan para todo”, detalla.

Este cambio de actitud no es poca cosa. Según la Organización Panamericana de la Salud, lavarse las manos con agua y jabón reduce en 50% las diarreas infantiles y en 25% las infecciones respiratorias. Además, según Vergara, los usuarios de Cajas Calientes confían mucho más en este sistema que, por ejemplo, en el de termas que calientan el agua con energía solar: “Creían que si no hay brillo solar, la terma no va a funcionar. En cambio, como saben que van a cocinar todos los días y ven el mismo fuego al costado de la caja en la que circula el agua, confían más en esta tecnología”, señala.

Validación

Estas primeras experiencias las notaron entre junio y julio del 2015, cuando instalaron los primeros sistemas de Cajas Calientes. En total, el Grupo-PUCP hasta la fecha ha colocado 27 de estos sistemas en Cuzco, en las provincias de La Convención y Canas, e incluyen tres restaurantes y un comedor popular que beneficia a 120 familias. Asimismo, sus miembros han visitado estos lugares en cinco oportunidades y, además de instalar el sistema, enseñaron el funcionamiento del mismo a los usuarios, a brindarle mantenimiento y a replicar esta tecnología.

Durante estos meses se mejoró constantemente el prototipo inicial mediante el aislamiento de las tuberías externas, la simplificación del sistema y su adaptación para que trabaje adecuadamente con la baja presión atmosférica propia de los Andes. Además, se logró alejar sus piezas más importantes del alcance de los niños. “Existieron algunos errores, sobre todo al inicio, porque nos topamos con cosas que no podíamos ver desde Lima. Para eso hicimos una etapa de validación. Lo bueno es que no solo mejoramos el diseño inicial, sino que hemos visto que la gente lo usa, lo apropia y lo quiere. Por eso sabemos que están felices de apostar y trabajar en conjunto”, recalca Vergara.

El concurso que proporcionó fondos para desarrollar Cajas Calientes permite postular a una segunda etapa que permita la masificación del prototipo. En ese sentido, el Estado invertiría en él entre S/ 250 mil y S/ 2.8 millones, siempre y cuando un socio inversor aporte la misma cantidad de dinero. El Grupo-PUCP ha conversado con gobiernos regionales que estarían dispuestos a asociarse y financiar cada uno S/ 100 mil del monto final. «También podríamos trabajarlo con alguna minera o empresa privada que busque un proyecto de responsabilidad social con impacto benéfico real para la gente”, asegura Vergara. “Es una gran oportunidad, pero decidimos no postular aún. Queremos seguir validando esta tecnología porque, justamente, tiene mucho potencial y no deseamos acelerar demasiado este proceso”, añade.

Por lo pronto, los alcances del proyecto se detallarán este 14 de junio, desde las 11 a.m., con la presentación oficial del sistema y testimonios de algunos usuarios en las oficinas del Grupo-PUCP.

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