1. Nació en Francia y pasó gran parte de su niñez y pubertad en África occidental.

Los padres de Le Clézio, un inglés y una francesa, formaban parte del sistema colonial de la isla Mauricio. Cuando estalló la Segunda Guerra Mundial, su madre partió a Francia sin su padre, que tenía prohibido abandonar el continente africano. Por este motivo, Jean-Marie nació en Niza y conoció a su padre recién a los siete años. El escritor vivió en Nigeria hasta la adolescencia y de esta experiencia escribió El africano (1970) y Onitsha (2004), una crónica autobiográfica y una novela, respectivamente, en las cuales relata la conmoción que le causó conocer a su padre y su experiencia en ese mundo idílico, y al mismo tiempo salvaje, que fue, para el pequeño Le Clézio, la llanura africana.

2. Ha publicado más de treinta novelas que abordan temáticas y estilos variados.

Sus primeras obras se distinguieron por tener un estilo experimental en el uso del lenguaje y por abordar temas existenciales, como la locura y el extrañamiento en la sociedad contemporánea. Su primera novela, El atestado (1963), fue publicada cuando tenía 23 años y ganó el importante Premio Renaudot. El protagonista de la historia es un hombre solitario que padece de amnesia y trata de recordar algún episodio importante del pasado; mientras tanto, se excluye de todo contacto humano a tal punto que empieza a sufrir alucinaciones y a ver el mundo desde perspectivas inverosímiles. La crítica lo consideró, entonces, un verdadero heredero de Kafka, Camus y Beckett.

3. Varias de sus novelas se enmarcan dentro del género “literatura de viajes”.

Jean-Marie Gustave Le Clézio es considerado un escritor de la aventura y del descubrimiento de nuevas culturas. Muchas de sus historias acontecen en lugares apartados y exóticos, como la isla Mauricio o Marruecos. Según el escritor y profesor del Departamento de Humanidades Alonso Cueto, Le Clézio puede considerarse un escritor de la tierra: “Es un escritor que está fascinado por la variedad de la tierra, por la roca, la materia natural. Lo primero que hay que decir sobre él es que es un autor que tiene una veneración por la naturaleza y por encontrar en ella el secreto de la vida. En uno de sus libros más interesantes, Viaje a Rodrigues (1986), el personaje viaja a una isla muy remota, encuentra los restos de una exploración que hizo su abuelo y descubre cómo en la contemplación de la naturaleza está la contemplación del pasado”, comenta.

4. Además de novelas, ha publicado ensayos y traducciones sobre la cultura latinoamericana.

El novelista francés tiene un gran interés por las culturas nativas latinoamericanas, así como por la historia precolombina. Vivió en México, Panamá y Colombia, y ha escrito ensayos sobre las civilizaciones mesoamericanas, como La conquista divina de Michoacán (1985) y El sueño mexicano o el pensamiento interrumpido (1992). Asimismo, ha manifestado en varias ocasiones su admiración por la obra del escritor peruano José María Arguedas, que comparte con él la exploración del vínculo entre pasado y futuro. «Le Clézio es un escritor fascinado con América Latina. Su llegada a Lima se debe, en parte, por su veneración de la obra de José María Arguedas, con el cual tiene una gran afinidad. En su literatura hay un elemento del viaje como una exploración sustancial, como el viaje hacia las esencias de los lugares a los que va”, afirma el profesor Alonso Cueto.

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