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Publicaciones

La vitalidad de Lima a través de sus canales

Gilda Cogorno y Sofía Chacaltana presentaron la publicación digital “Arqueología hidráulica prehispánica del valle bajo del Rímac (Lima, Perú): estudio de un sistema de riego costeño”, en el marco del 71° aniversario de fundación del Instituto Riva-Agüero.

  • Texto:
    Akira Maeshiro
  • Fotografía:
    Víctor Idrogo

La historia de Lima no solo se narra a través de sus huacas, construcciones coloniales o museos. También pueden ser relatos a través de los diferentes canales de riego que, imperceptibles, recorren la ciudad. Sin embargo, estas maravillas prehispánicas, que son las pruebas del dominio de la ingeniería hidráulica de los antiguos pobladores de la costa central del país, hoy están amenazadas por la modernidad y la indiferencia.

Recientemente, el Instituto Riva Agüero presentó Arqueología hidráulica prehispánica del valle bajo del Rímac (Lima, Perú): estudio de un sistema de riego costeño, una publicación de Sofía Chacaltana y Gilda Cogorno, miembros del IRA y participantes del grupo de investigación Arqueología Hidráulica Prehispánica, quienes brindan un completo desarrollo de estos vestigios que representaban la vida y la supervivencia de los antiguos pobladores de esta parte del país.

“Hace varios años, definimos que el tema hídrico para entender Lima era muy importante y que no se le había prestado la atención que merece. Vimos que, en realidad, el sistema de canales que habían trazado los habitantes anteriores a la Conquista era el que había dado las posibilidades a los conquistadores de trazar la urbe; es decir, fundar Lima donde está actualmente”, declara Gilda Cogorno, egresada de la Especialidad de Historia por la PUCP, y licenciada en Bibliotecología y Ciencias de la Información por la UNMSM.

Por su parte, Sofía Chacaltana, doctora en Antropología por la Universidad de Illinois en Chicago y licenciada en Arqueología por la PUCP, destaca que desde el periodo formativo hay indicios de que los pobladores empiezan a usar ríos o humedales. “Hay fuentes de agua en cuyo alrededor hemos encontrado sitios arqueológicos. En ese entonces, el manejo del agua era a través de un canal simple, más dirigido a asentamientos y chacras”, dice.

Canales de riego como testimonio

Sobre el desarrollo del manejo de los canales de riego, Chacaltana explica que en la publicación hay una diferencia en el tiempo que han definido entre intensificación agrícola y crecimiento agrícola. “La primera implica que se requiere una mayor producción para una población y se intensifica una parcela agrícola. Luego de ese proceso, y como un modelo, recién se amplía el área. Es allí donde se ve la complejidad del crecimiento de los canales así como la aparición de reservorios. Probablemente, aparecieron mayores dinámicas sociales que permitieron manejar el agua con mayor complejidad”, dice.

Por otro lado, Gilda Cogorno destaca las habilidades que tenían los antiguos pobladores de Lima para dominar la geografía y así controlar la distribución. “Aquí, como la diferencia altitudinal es poca, manejaban la velocidad y caída del agua mediante curvas en los canales”, señala. Además, explica que el musgo era un elemento clave para evitar la filtración en los canales.

Actualidad de los canales

En todo este manejo, las investigadoras detectan una línea que se sostiene en el tiempo. “Posteriormente, cuando llegaron los wari o los incas, se incorporaron estos sistemas locales. Si bien cambiaron los poderes, se siguieron utilizando la tecnología y la gente que sabía cómo funcionaba el agua”, cuenta Chacaltana. Hoy, a pesar de que algunos de estos históricos canales sobreviven en Lima, están olvidados debido a la poca capacidad para entender y valorar nuestro pasado.

“El canal de Surco alimentaba a los Pantanos de Villa, ubicado en Chorrillos. Y como comenzaron a hacer viviendas por esa zona, desviaron el canal para que se vaya al mar. Ese era el único medio para llevar agua a toda esta parte del sur de Lima. Ese tipo de políticas, tan poco estudiadas, crean la escasez y el desabastecimiento”, explica Cogorno.

En ese sentido, Chacaltana recuerda que en Chorrillos existía la intención de cerrar este canal, que evita que actualmente la ciudad sea un desierto, porque causaba incomodidad a los vecinos. “Es una barbaridad porque nosotras, que hemos visto su historia y su complejidad política, nos damos cuenta de que esos canales nos han permitido vivir acá. Es una negación de nuestra identidad y de esta interacción tan íntima que hemos tenido con la transformación del paisaje”, dice. “En nuestro país, el uso del recurso hídrico suele chocar con la política estatal. Se viene con la idea de que la modernidad hay que imponerla, y se deja de lado este uso ancestral del recurso, lo que muchas veces genera escasez y problemas”, señala, por su parte, Cogorno.

Para finalizar, Chacaltana declara que el uso del agua es cotidiano pero no sabemos lo que hay detrás y todo el proceso que tuvieron que realizar los antiguos pobladores para sobrevivir a través de este elemento vital. “Sabemos que es un recurso escaso y limitado. Para que unos sectores lo tengan; otro, probablemente, no”, concluye.

Encuentra la publicación en el siguiente enlace.

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