Desde los 6 años de edad, Francisco Sagasti desarrolló un profundo interés por la danza, una pasión que atribuye a su madre, la periodista Elsa Hochhausler. Él recuerda con mucha nostalgia que ella lo llevaba a ver presentaciones de ballet y obras de teatro, experiencias que despertaron su curiosidad por el arte creativo y el movimiento.

Yo anticipo nuevas formas de arte, de crear, de hacer algo novedoso, distinto, que nos satisfaga íntimamente a partir de los avances tecnológicos. No solo hablo de la inteligencia artificial, sino de todo lo que viene con ingeniería genética, tecnologías de la información, etc.".

Mientras estudiaba su Maestría en Ingeniería Industrial en Pennsylvania State University, entre 1967 y 1968, diseñó un programa informático para componer una coreografía que fue puesta en escena por el grupo de danza experimental de esa universidad. Desde entonces, mantuvo un marcado interés por la relación entre las tablas, el movimiento y la innovación tecnológica, un tema que explora profundamente en Arte y tecnología: coreografías computarizadas, que presentó el 30 de julio en la 28ª Feria Internacional del Libro de Lima.

Según contó Sagasti, su libro nació como un desafío personal, inspirado por David Caplin, uno de los pioneros en el uso de computadoras para componer música. Tras conocerlo, surgió en él la idea de explorar la posibilidad de hacer algo similar en el diseño de coreografías.

Sagasti en la FIL 2024: tecnología y creatividad humana

Durante su presentación, el expresidente Sagasti abordó algunos problemas fundamentales relacionados con la tecnología y la creatividad humana, tema central de su obra.

“El primer problema es que la tecnología es el producto de la creatividad humana. No es que la tecnología viva por allí, existe sola, sino que es un producto, y ahora estamos tratando de ver la relación entre el producto y la persona lo produce”, explicó. “Pero esto va un poco más allá. La tecnología a veces adquiere algo así como una vida propia y todos la vemos -sobre todo aquellos que no hemos participado en su creación- como algo extraño, distinto, diferente, con lo que hay que relacionarse sin tomar en cuenta que es el producto de la mente humana, de nuestras manos”, refiere.

Arte y tecnología. Coreografías por computadora

Francisco Sagasti

Fondo Editorial PUCP, 2024

Precio: S/ 25

Adquiérelo en la FIL Lima en el stand de la PUCP. También puedes comprarlo en línea en versión impresa o en versión eBook.

Además, Sagasti respondió a la pregunta sobre si la inteligencia artificial podría reemplazar a la inteligencia humana. “Depende», dijo, «la inteligencia artificial nos permite hacer muchas cosas y, al mismo tiempo, nos da herramientas para elevar nuestra inteligencia humana”.

En diálogo con PuntoEdu, aseguró que la tecnología nunca reemplazará a la creatividad artística pues, a lo largo de la historia de la humanidad, cada avance tecnológico que hemos tenido ha potenciado nuestras facultades.

«Yo anticipo nuevas formas de arte, de crear, de hacer algo novedoso, distinto, que nos satisfaga íntimamente a partir de los avances tecnológicos. No solo hablo de la inteligencia artificial, sino de todo lo que viene con ingeniería genética, tecnologías de la información, etc. que van a permitirnos expandir nuestra creatividad humana a niveles insospechados en los próximos años», señaló.

Innovación tecnológica: no perder el rastro

“La danza, las tecnologías de información y la inteligencia artificial abren un campo absolutamente extraordinario para las manifestaciones de la operatividad artística; pero como requisito hay que saber algo de tecnología, hay que saber algo de programación, hay que entender cómo funcionan, hay que entender cómo usarlos”, explicó Sagasti durante la presentación de su obra en el auditorio César Vallejo de la FIL Lima 2024.

El libro nos muestra no solamente a un hombre interesado en la tecnología, sino el profundo compromiso con el arte y la confluencia de estos dos campos que son aparentemente tan disímiles y tan poco conectados, pero que lo están".

Con el espacio rebosante de público, Francisco Sagasti subrayó que es necesario que en nuestro país, así como en muchos otros, les demos a las generaciones futuras esa base de conocimientos mínimos en ciencia, tecnología e ingeniería para que puedan hacer uso de ellos. “De lo contrario, nos quedaremos como espectadores marginales de todo este proceso de creatividad humana, artística y tecnológica que tenemos por delante”, sentencia. 

«Filosófico y adelantado a su tiempo»

Mirko Lauer, periodista y amigo del escritor, participó en la mesa junto con Patricia Arévalo, directora del Fondo Editorial de la PUCP. Lauer añadió que este libro abre las puertas a un campo mucho más amplio: “Es filosófico en sus alcances sobre las relaciones entre arte, ciencia y humanidades, y es casi religioso en su tácita exploración de los límites del ser humano frente a sus propias creaciones, como el ballet y las computadoras”, dice. 

El libro es filosófico en sus alcances sobre las relaciones entre arte, ciencia y humanidades, y es casi religioso en su tácita exploración de los límites del ser humano frente a sus propias creaciones, como el ballet y las computadoras”.

Por su parte, Patricia Arévalo se mostró sorprendida por la anticipación de Sagasti a los avances tecnológicos que vivimos en la actualidad. «El libro nos muestra no solamente a un hombre interesado en la tecnología, sino el profundo compromiso con el arte y la confluencia de estos dos campos que son aparentemente tan disímiles y tan poco conectados, pero que lo están», dice.

Luego de la presentación, organizada por el Fondo Editorial de la PUCP, Sagasti firmó libros de los asistentes.

Reflexiones filosóficas sobre la danza y la tecnología

Al cierre de su presentación, Francisco Sagasti citó al filósofo de las artes Alba Noé, quien nos invita a reflexionar sobre la importancia de la coreografía: «Todos somos bailarines y encarnaciones en movimiento de la organización y el hábito. La danza y la coreografía nos permiten liberarnos”.

En ese sentido, el escritor manifestó: “Esa es la manera de resumir ese extraordinario potencial que tiene la vinculación de la danza, una de las más complejas formas de expresión artística y corporal, con los avances de la ciencia, de la tecnología y del conocimiento. Al juntarlos estamos abriendo posibilidades de liberación; al cocrear, con los instrumentos tecnológicos, las formas en la que nos movemos, abrimos nuevos espacios y nuevas formas de expresar la profundidad de lo que somos como seres humanos”.