Giovanna Pollarolo: “Escribir es un acto de fe en lo imposible”
La escritora, guionista y directora de la Maestría en Escritura Creativa de la PUCP revela cómo en su nuevo libro, No podemos explicar por qué lloramos, se entrelazan la memoria, la herida y la esperanza. En esta entrevista, Pollarolo desgrana el sentido y la forma de su nuevo libro, sus influencias esenciales y su profunda vinculación con la PUCP, institución a la que describe como “parte integral de mi vida”.
Texto:
Eduardo Dávila Lynch
Fotos:
Jorge Cerdán
Giovanna Pollarolo es, sin duda, una de las voces más fascinantes de la literatura peruana contemporánea. Si bien ella declaró recientemente que Vargas Llosa desbordó el ámbito literario, lo suyo no se queda atrás. A través de su prolífica obra que transita la poesía, la narrativa, el ensayo y el guion cinematográfico, Pollarolo ha consolidado un estilo único cimentado en la intuición y la exploración de lo intangible. Como directora de la Maestría en Escritura Creativa de la PUCP, combina su pasión por la enseñanza con un compromiso constante por la experimentación literaria.
A través de su prolífica obra que transita la poesía, la narrativa, el ensayo y el guion cinematográfico, Pollarolo ha consolidado un estilo único cimentado en la intuición y la exploración de lo intangible.
Con una carrera impecable, Pollarolo ha explorado también la intersección entre la palabra escrita y la imagen en movimiento. Su aproximación pedagógica, marcada por la valoración de la voz propia de cada alumno, ha transformado la Maestría en Escritura Creativa en un crisol donde convergen innovación, rigor y solidaridad intelectual.
El viaje a la herida y la memoria de Giovanna Pollarolo
En No podemos explicar por qué lloramos, Pollarolo recupera el título de uno de sus cuentos para hilvanar una serie de relatos que indagan en la emoción pura, esa que escapa a la razón. “Ese es el título de un cuento que escribí hace unos años. Hay una tristeza, un dolor, una herida”, explica la autora, destacando cómo la palabra se convierte en puente para aquello que no siempre podemos narrar. El libro reúne relatos breves en los que el lector se enfrenta a momentos de quiebre y catarsis, desplazando el énfasis de la trama hacia la resonancia íntima de cada personaje.
(No podemos explicar por qué lloramos) es el título de un cuento que escribí hace unos años. Hay una tristeza, un dolor, una herida".
La selección de cuentos responde a un diálogo interno que lleva alimentando desde su primera obra. “Siempre es el mismo: la búsqueda de un imposible”. En esta versión ampliada, la autora profundiza en los márgenes de lo expresable, llevándonos desde un llanto sin causa aparente hasta la carga del recuerdo colectivo. La portada del libro es una pintura de Luz Letts, y entre sus influencias menciona a Raymond Carver, Richard Ford, Lucia Berlin y Vivian Gornick, nodos literarios que, a su juicio, supieron combinar lo cotidiano con la intensidad poética, un legado que se percibe en cada página de su nuevo libro.
A la venta en la Librería PUCP y principales librerías de la ciudad.
De la poesía al cine
La trayectoria de Giovanna Pollarolo arranca en la poesía. Su primer libro, Huerto de los olivos, publicado por el sello Arcadia, marcó el inicio de una voz que ya se desmarcaba de cualquier tendencia fácil. “Creo que sí he encontrado una voz, para bien o para mal; por eso, me cambio de género, porque creo que voy dando vueltas a las mismas cosas y las voy revistiendo de otras anécdotas”, confiesa, tras reconocer los altibajos propios de quien experimenta con géneros y formas. De aquella primera entrega surgieron títulos como Entre mujeres solas y La ceremonia del adiós, donde Pollarolo cimentó un estilo íntimo y reflexivo.
Creo que sí he encontrado una voz, para bien o para mal; por eso, me cambio de género, porque creo que voy dando vueltas a las mismas cosas y las voy revistiendo de otras anécdotas”.
Sin embargo, su pasión por el lenguaje no se limitó a la poesía. Pollarolo ha escrito también libros de cuentos. Como guionista, trabajó en películas peruanas icónicas: “Como guionista, trabajé en La boca del lobo, Ciudad de M y Pantaleón y las visitadoras, entre otras”, recuerda con orgullo. En la pantalla, comentó, encontró un modo diferente de narrar: “El cine me obligó a pensar en la economía de la palabra y en la fuerza de la imagen”, una experiencia que retornó a sus cuentos con un sentido audiovisual, casi cinematográfico, de la descripción y el ritmo narrativo.
El compromiso académico
Desde hace seis años, Pollarolo dirige la Maestría en Escritura Creativa de la PUCP, un programa que ella misma describe como un espacio de “experimentación rigurosa y comunidad de escritores”. Bajo su liderazgo, la maestría ha incorporado cursos de guion, módulos de creación de cuentos y novelas, e invitado a escritores nacionales e internacionales de renombre, ampliando el espectro de oportunidades para sus estudiantes. “Todo lo que he hecho está vinculado con la PUCP… la Universidad es parte integral de mi vida y no me he desvinculado nunca de ella”, afirma, subrayando el rol central que la PUCP ha jugado en su desarrollo intelectual y profesional.
Además de sus labores académicas, Pollarolo es una pieza clave en la organización de las Jornadas Históricas Perú-Chile —que este año realiza su cuarta convocatoria—, un encuentro cultural que celebra la memoria regional y nacional. “Lo hemos hecho en Tacna y en Arica, y ahora en Lima, y nos preparamos para los cien años de la reincorporación de Tacna”, comenta con entusiasmo. Este proyecto, explica, articula literatura, testimonios orales e investigación histórica, y se ha convertido en un semillero para nuevas voces que buscan vincular la creación literaria con la memoria colectiva.
Todo lo que he hecho está vinculado con la PUCP… la Universidad es parte integral de mi vida y no me he desvinculado nunca de ella".
En su nuevo libro, en sus guiones de cine y en cada clase que imparte, Giovanna Pollarolo encarna la convergencia entre el arte y la enseñanza. Para ella, escribir es “un acto de fe en lo imposible” y enseñar, un compromiso con las preguntas que nacen en cada alumno. Con esa certeza, Pollarolo nos recuerda que la literatura —como el llanto— surge de aquello que no alcanzamos a explicar y es precisamente en esa búsqueda de sentido donde late la verdadera potencia creativa.
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