El IOP PUCP publica boletín sobre discriminación étnico-cultural en el Perú
El Instituto de Opinión Pública de nuestra Universidad (IOP-PUCP) publica su boletín N° 151, en el cual indaga sobre la discriminación en el Perú a partir del color de piel, “raza”, acento, lugar de nacimiento, apariencia física o condición socioeconómica. A nivel nacional urbano-rural, un 34.14% manifestó que ha sufrido discriminación muchas o algunas veces.
Texto:
Susan Pastor
Para Jan Marc Rottenbacher, director del IOP, en «los resultados se observa una mayor incidencia de discriminación entre las personas cuyos idiomas maternos son el quechua o el aymara, en los niveles socioeconómicos D y E, en el ámbito rural, entre las personas que se definen a sí mismas como ‘afrodescendientes’, ‘quechuas’ o ‘aymaras’, y entre las personas con niveles educativos más bajos». Y agrega: «las macrorregiones con una mayor incidencia de discriminación étnico-cultural son el centro y el sur del país». Para Rottenbacher, el panorama no es muy adelantador y, según el estudio, «en el Perú se desprecia y discrimina todo aquello que se aleje de una especie de estereotipo ideal blanco-hispano-europeo-occidental-con-dinero».
Las cifras
Según el informe del IOP, un 16.2% de peruanos se ha sentido discriminado por ser pobre. Es un porcentaje relativamente bajo, por lo que la Ph.D en Goverment por la Universidad de Harvard, Cynthia Sanborn, espera que dichos datos signifiquen «que los prejuicios efectivamente se están reduciendo y que, por el contrario, no signifique que la mayoría de personas no percibe el maltrato o no desea admitir lo que experimenta».
Estos resultados varían según cada región. Así, por ejemplo, en el interior rural, un 27.2% se siente rechazado o molestado por ser pobre. Y según macrorregiones, en el sur y centro, las personas se sienten discriminadas en un 20% y 22.7%, respectivamente.
Por otro lado, según el idioma materno, son las personas que hablan quechua y aymara las que se sienten más discriminadas con un 29.3% y 26.4%, respectivamente. Al respecto, Cynthia Sanborn comenta que, lamentablemente, “no es sorpresa que sean las personas de bajos niveles educativos, un bajo nivel socioeconómico, de origen rural o idioma materno indígena las que manifiesten percibir con frecuencia este rechazo”.
Cuando la consulta es por el rechazo a partir del color de piel, raza o etnia, las estadísticas son mucho más pronunciadas en el desagregado por autopercepción de origen familiar-cultural. Son los afrodescendientes y los nativos indígenas o amazónicos quienes se sienten más rechazados con un porcentaje de 23.3% y 23.8%. Cuando la pregunta va por ciudad, región o lugar de procedencia, las personas que hablan aymara, junto con las que se autoperciben aymaras y nativas indígenas o amazónicas, son las que mayor rechazo sienten que reciben.
Para Agustín Espinosa, doctor en Psicología Social por la Universidad del País Vasco y profesor del Departamento de Psicología de la PUCP, “los resultados de la encuesta son consistentes con la idea de que la discriminación en el Perú es una construcción social compleja, en tanto los marcadores sobre los que se expresa son diversos y complementarios entre sí. Así, nuestro clasismo no lo es y nuestro racismo tampoco: son una mezcla en la que se podría apreciar un correlato social, racial, regional y cultural, que nos permite identificar quiénes podrían ser, eventualmente, los objetivos favoritos de la discriminación en el país”.
Según su forma de hablar, son las personas del interior rural, de habla quechua y aymara, y de origen quechua y nativo indígena o amazónico, los que perciben un mayor rechazo. “Asumiendo que las respuestas corresponden al uso del castellano, es notorio que el porcentaje de blancos y mestizos que denuncian haber sido discriminados no llega al 9%, mientras que los otros pasan del 12% y los nativos indígenas o amazónicos llegan hasta el 21.4%. Estas cifras traslucen, sin duda, los estereotipos y prejuicios lingüísticos de la élite de nuestra sociedad”, afirma Jorge Pérez, Ph.D en Lingüística por la Universidad de Cornell, y miembro del Grupo Interdisciplinario de Investigación Mente y Lenguaje.
Reflexiones
¿Por qué la discriminación es persistente y con patrones recurrentes? Para David Sulmont, doctor en Ciencia Política y Gobierno por la PUCP, «un elemento central que permite explicar este fenómeno es la distribución desigual del poder y del estatus social entre los diversos grupos y su reproducción a lo largo del tiempo». Y añade que, para romper ese círculo vicioso, son necesarias «políticas redistributivas que rompan la concentración del poder y generen mayores oportunidades de movilidad social ascendente para todos los ciudadanos».
La encuesta se tomó a 2,377 personas, entre hombres y mujeres de nacionalidad peruana de 18 años o más, a quienes se les preguntó por su experiencia durante los dos últimos años. Se realizaron dos encuestas, la primera entre el 14 y 25 de julio del 2017, y el segundo estudio entre el 14 y 25 de noviembre del mismo año.
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