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Investigación

Reserva Nacional Tambopata cumple 25 años: un modelo exitoso de conservación e investigación

Torre Tambopata.
1 / 8La torre de monitoreo AndesFlux de Tambopata tiene una altura de 53 m y alcanza un área de influencia de 2 km².
Torre Tambopata.
1 / 8Recientemente, investigadores del Instituto de Bio y Geociencia Forschungszentrum Jülich instalaron un novedoso sistema que mide la fluorescencia que emite la vegetación durante la fotosíntesis y permite enviar esa información vía satélite, así queda disponible para seguimiento científico.
1 / 8La torre monitorea distintas variables: desde concentración atmosférica de gases de efecto invernadero, como CO2, H2O y CH4 (metano), hasta meteorología, como temperatura, humedad relativa, precipitación y radiación, e incluso la temperatura de suelos.
Lobo marino de Tambopata.
1 / 8La Sociedad Zoológica de Frankfurt viene realizando en Tambopata un proyecto de monitoreo de lobos de río.
Tambopata.
1 / 8El monitoreo de guacamayos, a cargo del Dr. Donald Price Smith, es otro de los proyectos impulsados en la reserva.
Tambopata
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La Reserva Nacional Tambopata cumple 25 años de creada, y se ha consolidado como un modelo de gestión entre el Estado, el sector privado y la academia. En el corazón de esta alianza, la PUCP ha desempeñado un rol clave impulsando la investigación científica, el intercambio académico y el monitoreo climático, a través del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía (INTE-PUCP). Un conversatorio al respecto tendrá lugar el 29 de mayo en NOS.

  • Texto:
    Joana Cervilla
  • Fotos:
    Sulsba Yépez, Sernanp, INTE PUCP

Frente a los grandes desafíos que enfrenta la Amazonía como la deforestación, el cambio climático y la minería ilegal, la Reserva Nacional Tambopata se ha convertido en un ejemplo de gestión articulada y eficiente. Ahora, que cumple 25 años como área natural protegida, esta reserva ubicada en Madre de Dios evidencia que cuando el Estado, la academia —con la PUCP liderando uno de los principales proyectos en la zona— y el sector privado trabajan de la mano es posible conservar, investigar y desarrollar en armonía con el ambiente.

“La Reserva Nacional Tambopata se ha consolidado como una de las más importantes del país por su biodiversidad y por el modelo de gestión que promueve. Es un ejemplo de cómo la articulación entre el Sernanp, la PUCP y aliados como Aider permite impulsar la ciencia y fortalecer el trabajo con las comunidades”, destaca Deyvis Huamán, director de Gestión de las Áreas Naturales Protegidas del Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (Sernanp).

Nuestra Universidad viene trabajando en Tambopata desde hace casi dos décadas, cuando inicialmente estableció una estación científica que marcaría el inicio de lo que vendría después: el ambicioso proyecto AndesFlux, una red de torres de monitoreo ecológico que conecta la Amazonía desde Madre de Dios hasta Loreto y mide el deterioro de los bosques tropicales a causa del cambio climático. La primera torre, que opera el Instituto de Naturaleza, Tierra y Energía (INTE), se instaló en Tambopata en 2013 y, desde el 2015, funciona ininterrumpidamente.

Tambopata: un laboratorio vivo

Para entender cómo comenzó esta historia, hay que retroceder a los años 70. El empresario peruano-alemán Max Gunther instaló por ese entonces un pequeño albergue en plena selva de Madre de Dios, llamado Explorer’s Inn. Su riqueza natural atrajo la atención del mundo científico, en especial del Instituto Smithsonian, que realizó una de las primeras expediciones científicas de biodiversidad en la zona.

Ese fue el punto de partida. Años más tarde, el área se convertiría oficialmente en la Reserva Nacional Tambopata que, junto con el Parque Nacional Bahuaja-Sonene, formaría uno de los bloques de conservación más importantes del planeta.

“El Perú concentra una enorme diversidad biológica en un espacio reducido y Tambopata está en una zona de transición con alta biodiversidad, que permaneció relativamente aislada durante mucho tiempo. Eso permitió que su bosque se conserve mejor que en otras regiones amazónicas que fueron rápidamente intervenidas”, señala el Dr. Eric Cosio, director del Instituto de la Naturaleza, Tierra y Energía (INTE-PUCP).

Asimismo, explica Cosio, Madre de Dios forma parte de una zona de transporte atmosférico esencial, donde el agua proveniente del Atlántico se encuentra con los Andes y se redirige al sur del continente. «Esta característica la convierte en una plataforma ideal para entender el impacto del cambio climático y diseñar estrategias de conservación” sostiene.

La presencia de la PUCP en Tambopata

Hace dos décadas, la PUCP inició una apuesta ambiciosa por la investigación en la Amazonía peruana al firmar un convenio de cesión de uso del terreno que ocupa Explorer’s Inn dentro de la Reserva Nacional Tambopata. “Ese lugar es la única propiedad privada dentro de una reserva nacional y se respeta como tal por el Estado”, señala el Dr. Eric Cosio. Desde entonces, este espacio es clave para el desarrollo de investigaciones científicas de largo aliento.

Uno de los hitos más importantes es la creación de la red AndesFlux, una red de torres que conforma una plataforma de monitoreo ecológico que nació en Tambopata. “Estas torres miden el intercambio de carbono entre la vegetación y la atmósfera, un dato clave para entender el clima y la productividad del bosque. En conjunto, permiten estudiar el gradiente latitudinal de la Amazonía”, explica Cosio, quien dirige el proyecto junto con la Dra. Norma Salinas.

La torre ubicada en Tambopata alberga la mayor parte de la instrumentación, incluida una herramienta de medición única en la Amazonía para calibrar satélites, conocida como sistema SIF (fluorescencia inducida por luz solar).

La primera torre –de 53 m de altura y con 2 km² de influencia– fue donde se concibió todo este gran experimento. Instalada en el 2013 en Tambopata y operada por el INTE, que lidera, también, toda la operación en el Perú, se coordinó, sirvió de modelo y optimizó la construcción del resto de las torres en el 2019. El monitoreo en conjunto se realiza a través de información obtenida en parcelas, junto con las otras tres torres en Ucayali, Huánuco y San Martín, y próximamente en Loreto.

Si bien es parte de una red más amplia, Tambopata alberga la mayor parte de la instrumentación, «incluida una herramienta de medición única en la Amazonía para calibrar satélites, conocida como sistema SIF (fluorescencia inducida por luz solar)», sostiene Cosio.

Intercambio científico en tiempo real

Además, Tambopata es parte de AmeriFlux, la red americana de torres de monitoreo y se inserta en un estudio a largo plazo sobre las dinámicas del ciclaje de carbono en los bosques amazónicos. El proyecto cuenta con una inversión de más de US$ 1’500,000, y la colaboración de prestigiosas instituciones como Stanford, Bayreuth, el Instituto Potsdam, Julich, Penn State, entre otros. Esto ha generado una importante colaboración con los socios internacionales del proyecto.

Todos los datos son monitoreados remotamente mediante conexión celular y compartidos en tiempo real con la comunidad científica internacional".

Dr. Eric Cosio
Director del INTE

«Nuestro equipo viaja cada uno o dos meses. Todos los datos son monitoreados remotamente mediante conexión celular y compartidos en tiempo real con la comunidad científica internacional», explica Cosio.

Monitoreo en tiempo real de la torre AmeriFlux PE-TNR en la Reserva Nacional Tambopata, utilizando el software LI-7×00 A RS DS 8.9.2.

Una gestión articulada

Desde el 2008, la Reserva Nacional Tambopata opera bajo un contrato de administración parcial otorgado a la ONG Aider por el Sernanp con el fin de impulsar la investigación científica, el monitoreo biológico, promover el turismo sostenible y fortalecer la vigilancia ambiental. Además ha ayudado enormemente a articular a las comunidades locales. «Cuatro comunidades indígenas trabajan directamente con la reserva. Tres de ellas pertenecen al pueblo Ese Eja y han desarrollado sus propios planes de vida con apoyo técnico», sostiene Deyvis Huamán del Sernanp.

Asimismo, Huamán destaca que el modelo surgido del contrato de administración, «implementado en alianza con el INTE, ha promovido mecanismos como los pagos por servicios ecosistémicos (REDD+), que ha logrado reducir la deforestación y apoyar actividades económicas sostenibles, como la producción de castaña, la agroforestería y la ganadería regenerativa».

De acuerdo con Cosio, esta figura ha sido clave en el impulso científico en la zona, sobre todo en lo concerniente a las coordinaciones y a la relación entre la academia y el Estado. «Desde el punto de vista de relevancia, los contratos de administración han probado ser herramientas excepcionales para simplificar la interacción y los trámites entre el investigador científico y las autoridades nacionales, representadas por las autoridades de los parques o reservas nacionales», sostiene.

Conversatorio "25 años de la Reserva Nacional de Tambopata: referente en gestión de biodiversidad e investigación en áreas naturales protegidas"

El INTE y el Sernanp han organizado el conversatorio «25 años de la Reserva Nacional de Tambopata: referente en gestión de biodiversidad e investigación en áreas naturales protegidas».

Día: jueves 29 de mayo
Hora: 2 pm
Lugar: Auditorio 2D del Complejo NOS PUCP
Ingreso libre

Información e inscripciones aquí

Mirando hacia el futuro

El futuro deseado para Tambopata incluye estar libre de amenazas, fortalecer la base social de apoyo y consolidar los beneficios que la reserva brinda a las poblaciones locales. «Se busca que las comunidades vean los beneficios tangibles de vivir cerca de un área protegida. También se aspira a obtener reconocimientos internacionales como el estándar de Lista Verde de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), posicionando en mejor lugar a Tambopata como un referente en conservación para Madre de Dios y el Perú», sostiene Huamán.

Por su parte, nuestra Universidad planea seguir expandiendo la red AndesFlux. Además de tener a diversas prestigiosas instituciones interesadas en los datos que arroja esta red, se acaba de cerrar un convenio con la Universidad Nacional de la Amazonía Peruana (UNAP) para construir una torre más al norte (Loreto) para así monitorear las diferencias entre el norte y el sur. «Y Tambopata ha sido el punto de partida de todo esto», finaliza Cosio.

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