La burbuja neonatal: tecnología elaborada en la PUCP para recién nacidos
El Grupo de Investigación de Equipos Médicos y Sistemas de la PUCP ha desarrollado el concepto de la «Burbuja neonatal con presurizador de las vías aéreas», que busca atender las necesidades básicas del recién nacido.
Un bebé prematuro, nacido antes de la semana 37 de gestación, corre mayor riesgo de presentar complicaciones sensoriales o motrices, debido a que sus órganos vitales aún se encuentran inmaduros. Requiere de atención médica especial o, de lo contrario, puede llegar a morir. De hecho, el 33% de los casos de mortalidad infantil se deben a embarazos prematuros, según la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las incubadoras proporcionan un ambiente climatizado, limpio y humidificado para que el bebé complete su desarrollo. No obstante, la alta rotación de estos equipos merma su efectividad, lo que produce una serie de problemas: alto nivel de ruido, ambiente con aire contaminado, sin uniformidad térmica, desperdicio de oxígeno de uso médico y zonas de difícil desinfección.
Desde el año 1993, el Grupo de Investigación de Equipos Médicos y Sistemas (GIDEMS) del Área de Bioingeniería de la Sección de Electricidad y Electrónica del Departamento de Ingeniería de la PUCP tiene como línea de investigación la ingeniería neonatal, rama en la que se emplean ciencias básicas para resolver las necesidades del recién nacido. Fundado por el profesor Bruno Castillón y compuesto por estudiantes de Física, Biología, Ingeniería Electrónica, Diseño Industrial e Ingeniería Mecánica, el GIDEMS se propuso desarrollar un prototipo de incubadora que solucione los problemas anteriormente expuestos.
Es así como el GIDEMS comenzó a trabajar en el concepto de la Burbuja Artificial Neonatal (BAN), equipo compuesto por un habitáculo independiente que es climatizado por un circuito cerrado de aire temperado y ventilado por un circuito ventilatorio continuo. Entre los años 2002 y 2004 se trabajó en la patente de la BAN, la cual fue aceptada en Estados Unidos el 26 de abril del 2005 y, posteriormente, en Europa y Perú.
Gracias al apoyo económico de la Católica y al premio obtenido en el Concurso de Prototipos de Innovaciones Tecnológicas organizado por CONCYTEC, el GIDEMS concluyó, en el año 2006, el desarrollo de la Burbuja neonatal con presurizador de las vías aéreas, la cual presenta un cambio significativo: el aire mezclado con oxígeno ingresa directamente a las fosas nasales del neonato, lo que permite atender a bebés extremadamente prematuros con problemas críticos de respiración.
Desarrollado por Castillón, Eduardo Ajito, Carlos Albino, Andrés Barrios, Raúl Chipana, José Dávalos, José Miguel Obregón, Edwin Solórzano, Jimmy Tarrillo, Claudia Yamamoto y Romy Quispe, este prototipo obtuvo la medalla de honor de la Organización Mundial de Patentes (OMPI), tras haber ganado el primer puesto del IX Concurso Nacional de Invenciones en el año 2006. Después de haber iniciado el trámite en el 2007, el INDECOPI publicó, el 26 de enero del presente año, la resolución que le otorga a la PUCP la patente de este invento.
Desde el año 2007, el GIDEMS trabajó en un nuevo prototipo denominado Equipo de Soporte de Vida Neonatal (ESVIN), el cual fue evaluado con la máxima calificación de la OEPM (Oficina Española de Patentes y Marcas) como parte del procedimiento de solicitud de patente vía PCT (Patent Cooperation Treaty). En la actualidad, se encuentran en trámite las solicitudes de patente en China, Brasil, Estados Unidos y Perú. Adicionalmente, se ha solicitado la patente por el diseño industrial del ESVIN en INDECOPI.
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