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“Tenemos que evitar un desfase entre la teología académica y la vida diaria”

El jueves 26, la Dra. Margit Eckholt, teóloga de la Universidad de Osnabrück, Alemania, dio la conferencia “La fe en un mundo en cambio y una iglesia en transformación. Alegato contra la auto-marginación de la teología en tiempos de la iglesia mundial”. En esta entrevista, expone su visión del papel de la teología católica en el mundo contemporáneo.

  • Margit Eckholt
    Doctora en teología de la Universidad de Osnabrück, Alemania
  • Texto:
    Israel Guzmán
  • Fotografía:
    Sulsba Yepez

¿Cómo entiende usted la religión y la teología?

Hay muchas entradas a esa pregunta, desde la historia de las religiones a la antropología cultural, pero básicamente la religión es el vínculo con lo trascendente, salir del mundo propio. La teología es la reflexión sobre la fe. Es una reflexión sobre el buen vivir, con el horizonte mayor de dios, pero siempre fundamentada en la razón y la fe. Y tengo que hablar de teología católica porque en nuestra tradición occidental no se puede separar teología –sea católica, protestante o evangélica- de su institución eclesial.

Abrió su ponencia resaltando el mensaje de “salir a la calle” del Papa Francisco, dándole incluso más importancia que al desarrollo teológico ¿cómo lo entiende?

El Papa Francisco marca un gran contraste con el Papa Benedicto XVI, uno de los más grandes teólogos post conciliares. En el Papa Francisco hay una gran teología detrás, pero que está más vinculada con la teología de la liberación argentina de los años 70 y 80, -que no es la del padre Gutiérrez sino la Teología del Pueblo desarrollada por los padres Juan Carlos Scannone y Lucio Gera-. Por años hubo una gran polarización entre una teología de seminarios y facultades eclesiásticas, y otra teología vinculada con lo pastoral popular. Creo que el Papa Francisco quiere superar esta polarización siguiendo el mensaje del Concilio Vaticano II, de que la Iglesia esté presente en todas las realidades humanas.

En su conferencia habló de una auto-marginalización de la teología. ¿Se refiere a un ámbito académico que no mira hacia afuera?

Es cierto, hay muchos centros con enfoques teológicos que no tienen la perspectiva de ir a la calle cuando es fundamental estar presentes en los discursos actuales. Tenemos que evitar un desfase entre la teología académica y lo práctico, la vida diaria. Por eso, como alemana y europea, resalto que es importante seguir desarrollando las buenas teologías de la liberación que había y hay en América Latina, con ese enfoque a partir de la praxis. Ser cristianos convincentes significa dar testimonio de la fe en lo político, en lo cultural, en todos los aspectos de la vida. No es que la sociedad tenga que dejar de ser laica, sino que como ciudadano puedo aportar con mis valores sin negar mi cristiandad.

Pensando en el católico de a pie, es difícil que aun las personas más fervorosas razonen sobre su fe en este sentido consciente teológico. ¿Qué tan importante y es que lo hagan?

Yo creo que la mayoría tiene su teología detrás. No son creyentes que solo van a misa en un sentido ritual, sino que son creyentes para los cuales los contenidos de la fe –las enseñanzas de Jesucristo, el buen vivir en general- se manifiestan en su vida. Y puede que no actúen de tal o cual manera pensando que lo hacen porque son cristianos, pero en el fondo sí es así. En esto ya hay un primer acceso a la teología. Aun así es importante una formación teológica más fuerte en los diferentes niveles de la iglesia para poder ser un cristiano convincente de su fe.

Es clara la voluntad del Papa Francisco de renovar la Iglesia, pero desde fuera ésta es percibida como una institución estática. ¿Qué tan factible es esta renovación?

Para cambiar estructuras de tantos años se necesita un nuevo clima, un nuevo discurso y esa cercanía entre el magisterio y la gente. Hay temas fuertes, como el reclamo de las mujeres en Estados Unidos y Europa, porque a pesar de que muchas llevan adelante la Iglesia, no llegan a puestos de liderazgo. El Papa Francisco lo reconoce en sus textos y discursos. Se necesitan estructuras de diálogo, como este gremio de cardenales que ahora da consejos al Papa y le acompaña en sus reflexiones. Para el Sínodo Familiar se hizo una preparación de varias etapas con consultas a Conferencias Episcopales de todo el mundo. Esa escucha es importante. Quiero terminar a un nivel espiritual, pidiendo que oremos juntos y juntas, porque es importante que demos testimonio y que, como católicos y cristianos, nos mostremos, que vean que estamos presentes.

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