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"Las causas de las adicciones involucran factores biológicos, psicológicos y sociales"

Las adicciones son una problemática social que ha aumentado en los últimos años, especialmente en su relación con el uso de sustancias alucinógenas, drogas y alcohol. el Dr. Jorge Negreiros se ha dedicado a estudiar el desarrollo de estas y por qué razones se les asocia con conductas antisociales.

  • Jorge Negreiros
    Profesor catedrático de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la Universidad de Porto (Portugal).
  • Texto:
    Gabriela Pérez
  • Fotografía:
    Tatiana Gamarra

¿Las adicciones pueden considerarse comportamientos antisociales?

No necesariamente. Una adicción es un comportamiento repetitivo y compulsivo que una persona tiene dificultad en controlar y que implica consecuencias negativas para el individuo, pero que no siempre transgrede las normas sociales. Esto se da, por ejemplo, cuando una persona es adicta al juego. Por otro lado, cabe mencionar que sí existe una fuerte relación entre algunos tipos de adicciones y esta clase de comportamientos, como es el caso del consumo y abuso de sustancias.

Al ser una conducta repetitiva, ¿una adicción está ligada a una psicopatología?

En realidad va más allá, pues las causas de las adicciones son multifactoriales e involucran factores biológicos, psicológicos y sociales. Los estudios biológicos sobre las adicciones demuestran que en el cerebro se produce la liberación de sustancias, como la dopamina, y se estimulan ciertos circuitos que refuerzan esta clase de comportamientos. Respecto a los factores psicológicos, influye mucho la actitud que la persona tiene frente a su adicción. Por ejemplo, existen personas que consumen alcohol como una forma de lidiar con sus problemas, así le otorgan a la sustancia la cualidad de ser un paliativo para una situación en la que no quieren tomar el control. Por el lado del factor social, existen ciertas situaciones que preparan el terreno para que se genere este comportamiento. Este es el caso de los hogares disfuncionales, por ejemplo, ya que en ellos no existen actitudes correctas con respecto a la disciplina y las relaciones afectivas.

¿La escasez de recursos sería un posible disparador?

Por supuesto, las situaciones de pobreza y exclusión social son potenciales factores de riesgo en el tema del desarrollo de adicciones y conductas antisociales, pues la persona que está pasando por dificultades se encuentra en un estado más vulnerable y a merced de la presión del entorno. Esto lo convierte en un individuo en el que se puede desarrollar alguna psicopatología, como la depresión, o que, eventualmente, genere una adicción hacia alguna sustancia, como el alcohol, etc.

¿Los jóvenes son más propensos a caer en una adicción?

Sí, ellos son más propensos debido a algunos aspectos relacionados con su desarrollo psicosocial. Por ejemplo, cuando se estudia la evolución de la prevalencia del uso de drogas, se puede observar que el uso más elevado lo tienen los adolescentes. Esto se debe a factores específicos dentro de esta etapa que se convierten en factores de riesgo y que los atraen al consumo de sustancias: la curiosidad, la necesidad de experimentar cosas nuevas, la atracción por el riesgo, la pertenencia al grupo, etc. Sin embargo, esto no quiere decir que cuando un joven experimenta con drogas o tiene contacto con otros comportamientos potencialmente adictivos, necesariamente, se convertirá en un adicto, pues la experimentación es un fenómeno transitorio y, como mencioné anteriormente, depende de otros factores que influyan en el desarrollo de esta conducta.

¿Cómo se puede evitar que las personas que han logrado rehabilitarse reincidan en su adicción?

Los tratamientos contra las adicciones tienen innumerables dificultades, existe una probabilidad muy alta de que las personas que han finalizado su rehabilitación vuelvan a reincidir en el consumo, pasados los primeros tres meses posteriores al tratamiento. La psicoterapia es muy importante, pues se trabaja la percepción de la persona ante el problema, por ejemplo, si tiene una recaída no debe sentir que es un fracaso o que no tiene la capacidad de controlar su problema, sino todo lo contrario, debe verlo como un accidente y que, al tomar conciencia de ello, puede seguir adelante.

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