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"Para la publicidad o eres una ama de casa virginal y sacrificada o eres una bomba sexy"

De acuerdo con la última Encuesta Demográfica y de Salud Familiar (ENDES 2004), aproximadamente uno de cada cinco hogares en el Perú son liderados por mujeres. Por otro lado, más del 40% de la fuerza laboral a escala mundial está conformado por mujeres. ¿Cómo hacen para balancear su vida personal y profesional? ¿Cuál es la imagen de mujer que nos ofrece la publicidad? Le preguntamos a Liuba Kogan qué significaba para ella ser mujer y si vale preguntarse hoy cuál es el rol de la mujer. Esto fue lo que nos respondió.

  • Liuba Kogan
    Socióloga y doctora en Antropología por la PUCP. Profesora principal, presidenta del Fondo Editorial e investigadora del Centro de Investigación de la Universidad del Pacífico.
  • Texto:
    Luis Yáñez
  • Fotografía:
    Jorge Ruiz

Lo que yo considero valioso es que tanto hombres como mujeres puedan elegir qué los hace más felices y que estos roles ya no son una camisa de fuerza para ellas y ellos. Lo que sí falta es que el Estado y las organizaciones privadas puedan generar espacios más justos para que mujeres y hombres puedan lograr estos desarrollos personales que –a la larga- benefician a la sociedad en general.

Por ejemplo, Tide tuvo una publicidad televisiva en EEUU que se hizo muy famosa porque tuvo a un hombre afroamericano echado en una cama acariciando con ternura a su bebé, en un rol en el que normalmente no aparece en los medios (ligado a la violencia, a la drogadicción, a la idea de padre irresponsable, etc.). Hay publicidad que es creativa, pero todavía se explotan los estereotipos. Tenemos que reconfigurar nuestros imaginarios, acercarlos a la realidad en la que vivimos.

Creo que la brecha se va a cerrar cuando desarrollemos alternativas creativas para educar a las mujeres rurales, eso me parece fundamental. Hay un programa que se está llevando a cabo –de momento, a escala piloto- en que los niños y jóvenes se internan en la escuela por quince días, donde, además de aprender lo establecido en el currículo académico, desarrollan habilidades (por ejemplo, cómo mejorar la crianza de sus cuyes) que luego aplican en su entorno. El Estado tiene que mirar a las mujeres campesinas, a los niños y niñas y brindarles mucho más acceso a la educación y a los servicios.

Cuando va pasando el tiempo, una se da cuenta de que muchos hombres han crecido según modelos tradicionales y no saben cómo responder frente a una mujer educada y autónoma, y a veces una se queda sola. El gran problema es cómo conseguir que estos hombres crezcan a la par que las mujeres que han descubierto cuál es su lugar en el mundo y las valoren.

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