En los últimos días, decenas de peruanos denunciaron afiliaciones a partidos políticos como Nueva Gente, Primero La Gente, Voces del Pueblo y Perú Primero hechas sin su consentimiento para cumplir con los requisitos de inscripción ante el Jurado Nacional de Elecciones (JNE), de cara a las Elecciones Generales de 2026. 

De acuerdo con medios periodísticos, se habrían falsificado las firmas de cientos de ciudadanos. Muchas de estas irregularidades fueron detectadas por el Registro Nacional de Identificación y Estado Civil (Reniec), entidad encargada de verificar las firmas en las fichas de afiliación.

Este caso vuelve a poner en evidencia el uso indebido de datos personales y reabre el debate sobre la urgente necesidad de reforzar su protección, así como de sancionar de manera efectiva a quienes los utilicen ilegalmente.

«Lo que ha aparecido ahora es parte de un iceberg quizás mucho más grande», sostiene el Mag. Hugo Mori Paiva, especialista en sistemas y tecnologías de la información, y docente del Programa de Especialización en Protección de Datos de Centrum PUCP. 

Los trabajadores que tienen acceso a datos personales -como nombres, números de contacto o documentos de identidad- deben comprender que esta información no les pertenece".

Añade que la situación es aún más preocupante considerando el rol de las instituciones encargadas: «Que la principal institución del Perú, como es Reniec, no haya validado adecuadamente las firmas de los ciudadanos es un peligro inminente. Entonces, ¿qué nos asegura a nosotros, los ciudadanos, que ahora la foto que te identifica como persona no la tenga otra? ¿O que tu huella no esté en manos de alguien que no eres tú?».

¿Qué deben hacer las empresas privadas y públicas para proteger los datos personales de sus usuarios? 

El Mag. Mori Paiva, quien también es Product Owner en el COE de Seguridad del Banco de Crédito del Perú, señala que las entidades públicas y privadas deben enfocarse en dos aspectos clave: el factor humano y la tecnología.

En cuanto al factor humano, el especialista señala que las empresas no solo deben capacitar a sus colaboradores, sino también concientizarlos sobre la responsabilidad ética y legal que conlleva el manejo de información confidencial.

Subraya que los trabajadores que tienen acceso a datos personales -como nombres, números de contacto o documentos de identidad- deben comprender que esta información no les pertenece. No pueden divulgarla, reenviarla a correos personales ni utilizarla fuera del entorno laboral. El tratamiento de datos debe ser siempre profesional, seguro y conforme a los principios éticos.

Un ejemplo común es el de los vendedores que, al cambiar de empresa, intentan llevarse su cartera de clientes. Aunque durante años esta práctica fue vista como normal, hoy se considera una grave infracción. Mori enfatiza que los datos de los clientes pertenecen a la empresa, no al trabajador, y trasladarlos sin autorización puede derivar en demandas por filtración de datos.

¿Cómo deben las organizaciones reforzar la protección de datos desde la tecnología?

La parte tecnológica, aunque más compleja, también es fundamental para evitar el uso indebido de los datos personales. El especialista señala varios aspectos clave que toda organización debe considerar:

1. Definir correctamente los roles y accesos: cada trabajador debe tener acceso solo a la información que necesita para realizar su trabajo. Si un colaborador no tiene interacción directa con datos personales, no debería poder verlos ni gestionarlos.
2. Implementar controles para evitar la fuga de información: es fundamental contar con herramientas que detecten y bloqueen el envío de documentos o correos electrónicos que contengan datos sensibles fuera de la organización.
3. Establecer auditorías en los sistemas: todas las acciones que involucren datos sensibles deben quedar registradas. Tener «logs» de auditoría ayuda a saber quién accedió, modificó o procesó información, cuándo lo hizo y desde qué equipo.
4. Monitorear comportamientos anómalos: las empresas deben utilizar sistemas que detecten actividades fuera de lo normal. Por ejemplo, si un colaborador procesa un volumen de datos muy superior al promedio habitual, el sistema debe alertarlo de inmediato, similar a los sistemas antifraude usados en bancos.
5. Proteger la información física: no todo el riesgo es digital. Los documentos impresos con datos personales deben ser almacenados de manera segura. No deben quedar expuestos en escritorios o bandejas abiertas, donde cualquier persona pueda ver o fotografiar información confidencial.

¿Qué debe hacer el Estado para proteger nuestros datos personales?

Finalmente, el Mag. Mori sostiene que el Estado está en la obligación de fomentar y concientizar a la ciudadanía sobre el cuidado de nuestros datos personales.

«No solo debe fomentarse en las personas que trabajan o están en edad laboral, sino desde el colegio. Es esencial educar a las nuevas generaciones sobre qué son los datos personales, qué no deben compartir, por qué no deben hacerlo y cuáles son las consecuencias», asevera el especialista.

Es esencial educar a las nuevas generaciones sobre qué son los datos personales, qué no deben compartir, por qué no deben hacerlo y cuáles son las consecuencias".

Agrega que el gobierno también debe trabajar con las empresas para promover el buen uso de los datos personales y la privacidad que deben tener estos.