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Comunidad PUCP

Carlos Umaña, Nobel de la Paz: "Un mundo diferente no solo es posible, está en camino"

Nobel de la Paz, Carlos Umaña

El médico costarricense Carlos Umaña conversó en la PUCP sobre los peligros del armamento nuclear y la importancia de su abolición. Su activismo en la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN) le valió ser galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 2017. Su mensaje, cargado de esperanza, busca despertar en la sociedad la conciencia de que es posible un mundo sin esas armas letales.

  • Texto:
    Eduardo Dávila Lynch
  • Fotos:
    Victor Idrogo

La presencia del Nobel de la Paz 2017 Carlos Umaña en la PUCP para participar en el Hay Festival fue un recordatorio del papel fundamental de la academia en la discusión de temas críticos para la humanidad. Uno de ellos es la erradicación de las amenazas nucleares, mensaje sobre el que disertó en su conferencia «Armas nucleares: la mayor amenaza de nuestros tiempos».

Umaña, destacado activista y médico general de Costa Rica, compartió impactantes datos sobre el problema nuclear global. Actualmente, existen 12,150 armas nucleares en el mundo, y son Rusia, Estados Unidos y Japón los países con mayor cantidad. El experto también abordó las consecuencias de una explosión nuclear: calor, onda expansiva, radiación y pulso electromagnético, así como el daño psicosocial que provoca. Además, recordó que en la historia solo se han usado en guerras en dos ocasiones (Hiroshima y Nagasaki), pero han sido detonadas en 2,062 ensayos en tiempos de paz, principalmente por Estados Unidos. «Estas armas representan un riesgo existencial, pues son de destrucción masiva, incapaces de distinguir entre soldados y civiles», explicó el miembro del Grupo Directivo Internacional de la Campaña Internacional para la Abolición de las Armas Nucleares (ICAN).

Esta organización, fundada en 2007, se ha centrado en crear conciencia sobre los devastadores efectos de las armas nucleares. El 2017, el Comité Noruego del Nobel reconoció a ICAN por su contribución a la creación y promoción del Tratado sobre la Prohibición de Armas Nucleares (TPAN), el cual busca eliminar completamente este tipo de armamento. Para Umaña y sus colegas, el trabajo se centra en erradicar el mito de que las armas nucleares son un símbolo de poder y disuasión, proponiendo en cambio su abolición para lograr una paz verdadera.

Es nuestra responsabilidad, no solo a nivel global sino también en nuestras pequeñas acciones diarias, rechazar toda forma de violencia".

Nobel de la Paz, Carlos Umaña

Como región, América Latina es la zona libre de armas nucleares más antigua y exitosa del mundo. Debemos seguir trabajando en unidad, promoviendo la abolición nuclear y liderando este cambio en favor de la paz".

Entrevista al Nobel de la Paz 2017, Carlos Umaña

Nobel de la Paz, Carlos Umaña con vicerrector Waldo Mendoza

"La paz no se limita a prevenir la guerra, sino a fomentar la cooperación y el entendimiento"

¿Qué lo motivó a involucrarse en el activismo antinuclear y unirse al ICAN?

Soy médico de formación, pero también estudié artes y fue en una feria de arte donde surgió esa posibilidad. En ese momento, pensé que era un poco absurdo que yo, un médico costarricense, lejos de las potencias nucleares, me involucrara en esta lucha. Sin embargo, diez años antes, en 2002, tuve la oportunidad de ir al Museo de la Paz de Hiroshima, y las imágenes de sobrevivientes, en particular un dibujo de colegialas agonizando, me impactaron profundamente. En aquel momento, me prometí que si alguna vez tenía la oportunidad, haría algo al respecto. Entre más me involucré, más fui entendiendo y apasionándome. Para mí es una convicción, casi un mandato espiritual: si algo está mal y tengo la oportunidad de corregirlo, debo hacerlo.

¿Cómo fue entrar al ICAN?

Fue un proceso de aprendizaje rápido e intenso que me llevó a enfrentarme a diplomáticos y a hablar en conferencias sobre temas complejos, a veces sin tener toda la experiencia o conocimientos específicos, especialmente en derecho internacional. Hubo momentos incómodos, pero también un crecimiento invaluable.

¿Cómo define la paz en un contexto global y qué rol juegan las armas nucleares como obstáculo para alcanzarla?

La paz no es solo la resolución no violenta de conflictos, sino crear condiciones para que las personas se vean como iguales. En el ámbito médico tenemos dos enfoques: la prevención de enfermedades y la promoción de salud. De manera similar, la paz no se limita a prevenir la guerra, sino a fomentar la cooperación y el entendimiento. Las armas nucleares, en cambio, son el epítome de la violencia; envenenan la diplomacia y crean una amenaza continua. La paz implica confianza y cooperación, no una constante amenaza de destrucción.

¿Qué alternativas existen para evitar el uso de armas nucleares en conflictos actuales?

La disuasión nuclear es una idea absurda e ingenua. Las armas nucleares no están diseñadas para ser usadas en un conflicto bélico convencional, sino para causar destrucción masiva, matando a civiles sin control de fronteras. Esta dependencia de una amenaza de destrucción mutua es una falsa idea de seguridad; en realidad, es una amenaza existencial. Para los países nucleares, estas armas se han convertido en un símbolo de poder, son el mayor mal de todos.

¿Cómo cree que los ciudadanos pueden involucrarse mejor en el movimiento antinuclear y crear conciencia sobre el peligro real de estas armas?

La clave es la estigmatización de las armas nucleares, tal como ocurrió con las armas químicas y biológicas. La sociedad debe rechazar el valor simbólico que tienen estas armas como «moneda de poder». Se requiere que todos, desde nuestra posición, hablemos sobre el tema, lo pongamos en nuestras conversaciones cotidianas. Así como los «parias nucleares» ostentan su poder, nosotros debemos cambiar esa percepción, reconociéndolos como una amenaza, no como potencias respetables. Todos tenemos un papel en este cambio de percepción.

¿Qué papel considera que América Latina debe desempeñar en el impulso del desarme?

América Latina ya ha sido crucial en la creación del TPAN. Países como Costa Rica, México y Chile lideraron el impulso para que este tratado existiera. Como región, América Latina es la zona libre de armas nucleares más antigua y exitosa del mundo. Debemos seguir trabajando en unidad, promoviendo la abolición nuclear y liderando este cambio en favor de la paz. Es nuestra responsabilidad, no solo a nivel global sino también en nuestras pequeñas acciones diarias, rechazar toda forma de violencia. La paz mundial comienza desde dentro y nuestra fe en ese mundo mejor es lo que hará que suceda.

¿Qué impacto económico podría tener la eliminación de las armas nucleares en la economía global?

El impacto sería inmenso. La inversión actual en armas nucleares es similar al costo de cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible. Liberar esos fondos permitiría atender numerosas necesidades globales, y, al fortalecer el multilateralismo, se abrirían nuevas oportunidades de cooperación y desarrollo.

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