Los derrames de petróleo en las “zonas de sacrificio” en el Perú
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Patricia Urteaga, Ian Vázquez, Ramzy Kahhat y José Carlos Silva
Profesores PUCP especialistas en sostenibilidad, derechos humanos y economía
Más de diez años después del desastre de la plataforma petrolera Deepwater Horizon en el Golfo de México, en el año 2010 -en el cual se vertieron al mar 779,000 toneladas de petróleo crudo-, es posible encontrar rastros de contaminación por petróleo en el océano. Un estudio realizado por Overton, Adhikari, Radović y Passow (2022)1 prueba científicamente que, si bien algunos componentes del petróleo derramado se degradan, otros residuos recalcitrantes de petróleo (C25+) permanecen en el ambiente marino incluso después de 10 años de lo ocurrido. Este documento viene a cuento al recordar los incontables derrames de petróleo producidos en la costa y la Amazonía peruanas2, regiones a las que bien podría denominarse “zonas de sacrificio”3.
Desde hace décadas, continuos derrames de petróleo ocurren en la Amazonía, sin que dejemos de escuchar las justificaciones de las empresas involucradas y el mismo Estado".
El derrame de aproximadamente 13,000 barriles de petróleo ocurrido el 15 de enero de este año en el mar de La Pampilla, en Lima, demostró que el Perú no tiene un plan de contingencia ante este tipo de catástrofes en la costa y territorio marítimo. Desde hace décadas, continuos derrames de petróleo ocurren en la Amazonía, sin que dejemos de escuchar las justificaciones de las empresas involucradas y el mismo Estado, mientras las afectaciones a miles de personas y sus familias, así como incontables pérdidas naturales, se siguen sumando a la funesta cuenta.
Luego del derrame de petróleo ocurrido en la comunidad nativa de Cuninico en el año 2014, en el que unos 2,500 barriles de petróleo se vertieron a la quebrada del mismo nombre, la comunidad tuvo que enfrentar las consecuencias nocivas de este desastre que marcó sus vidas. Y, a pesar de que sus habitantes insistían en que persistía la contaminación dos meses después del derrame, el Estado negaba esta posibilidad4. Ciertamente, los funcionarios públicos descartaron indicadores que mostraban que la contaminación perduraba (el crecimiento anómalo de las plantas, el sabor y olor de los peces, la alta tasa de morbilidad y mortalidad por cáncer5).
Luego del derrame de 2,500 barriles de petróleo ocurrido en la comunidad nativa de Cuninico en el año 2014, la comunidad tuvo que enfrentar las consecuencias nocivas de este desastre que marcó sus vidas".
Mientras escribimos este artículo, el último derrame de petróleo ocurrido en la quebrada Cuninico, el 16 de septiembre pasado, ha llevado el crudo hasta el río Marañón afectando todos los ecosistemas, la flora, la fauna, y aproximadamente 100 comunidades nativas y campesinas ubicadas río abajo. Nuevamente, las comunidades del Bajo Marañón son condenadas a vivir esta pesadilla que afecta su vida, integridad y dignidad. Su identidad como comunidades ribereñas está marcada por su cercanía al río y las quebradas. Quedarse sin agua, sin peces para alimentarse, sin su mundo simbólico subacuático es perderlo todo.
Este no ha sido el único derrame en la zona. Convoca señala que Petroperú es responsable de 75 derrames de crudo en la región amazónica entre los años 2011 y 2022, pero la respuesta de Petroperú como encargado del oleoducto es inmadura e indolente. Petroperú aduce que los derrames de petróleo se han producido debido a cortes en el oleoducto realizados con sierras eléctricas. Si bien es posible que algunos de los siniestros se deban a cortes en la infraestructura, la empresa no menciona que varios otros se deben a su ineficiencia e incumplimiento de sus obligaciones legales. Un informe oficial elaborado por una Comisión ad hoc del Congreso (2017) demostró que, entre 2014 y 2016, se derramaron más de 25,000 barriles de petróleo en las regiones amazónicas por donde cruza el oleoducto, lo que ha ocasionado daños por US$ 220 millones y pérdidas económicas por S/ 980 millones. El informe comprobó que aproximadamente el 50% de los derrames de crudo se había producido en las zonas donde se encontraron el 76% de los defectos en la tubería y que la última inspección geométrica en el ramal norte del oleoducto fue realizada en el año 2000, lo cual aceleró la corrosión del tubo y generó un promedio de cuatro derrames por año desde el 2014 al 2016 . De haber cumplido estas obligaciones legales, se hubieran prevenido los derrames de petróleo producidos por la falta de mantenimiento de los tubos.
La obligación de proteger el medio ambiente y a las personas que lo habitan no se vuelve relativa si el derrame lo causa un tercero o la misma empresa".
La obligación de proteger el medio ambiente y a las personas que lo habitan no se vuelve relativa si el derrame lo causa un tercero o la misma empresa. Es una obligación internacional que todos debemos cumplir, incluido el mismo Estado y sus empresas. Al gobernar, pensemos en nuestra casa común y en los más vulnerables que han sido injustamente condenados a sufrir los impactos de la actividad petrolera en las “zonas de sacrificio” y seamos creativos y eficientes, pero sobre todo solidarios para prevenir estos siniestros.
Sobre los autores:
- Patricia Urteaga es profesora principal del Departamento Académico de Derecho, directora de la Maestría en Derechos Humanos de la PUCP y miembro del INTE-PUCP
- Ian Vázquez es profesor principal del Departamento Académico de Ingeniería y director del grupo Pelcan
- Ramzy Kahhat es profesor principal del Departamento Académico de Ingeniería y director de la carrera de Ingeniería Ambiental y Sostenible
- José Carlos Silva es profesor asociado del Departamento Académico de Economía
Referencias
[1] Overton, E.B., Adhikari, P.L., Radovi´c, J.R. y Passow, U. (2022) Fates of petroleum during the deepwater horizon oil spill: A chemistry perspective. Front. Mar. Sci. 9:928576. doi: 10.3389/fmars.2022.928576
[2] En lugares como la Amazonía norte pueden observarse pasivos ambientales generados en forma acumulativa por las actividades de empresas como Petroperú y Occidental Petroleum (Oxy) desde la década de 1970 hasta la actualidad.
[3] Bullard, R. D. (1993). The Threat of Environmental Racism. Natural Resources & Environment , Vol. 7, No. 3, pp. 23-26, 55-56.
[4] Urteaga, Segura y Sánchez (2019). El Derecho Humano al Agua, los Pueblos Indígenas y el Petróleo. Lima: Cicaj, PUCP.
[5] En la comunidad de Cuninico se han presentado varios casos (más de cinco) de personas fallecidas con cáncer, particularmente, leucemia. Estos datos provienen de los mismos pobladores de la comunidad y personas allegadas.
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