Descansa en paz, oso hormiguero
El poeta peruano Antonio Cisneros falleció el sábado 6 de octubre a los 69 años.
“Creo que empiezo a escribir poesía cuando aprendo a escribir, simultáneamente. Desde muy niño tenía la perversa certeza de que era un escritor, pero no solamente de poesía. Según yo, escribía novelas, obras de teatro, ensayos. Era el poeta oficial de mi escuela, aunque también hacía versos satíricos sobre mis profesores”. (Peruanos en su salsa, RPP Noticias).
Antonio Cisneros Campoy nació en Lima el 27 de diciembre de 1942. Luego de estudiar en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y en la PUCP, obtuvo el Doctorado en Letras en 1974. En 1978 fue becario de la Fundación Guggenheim de Nueva York y en 1979 fue investigador en la Universidad de Berkeley. Dirigió diversas revistas y suplementos, como El caballo rojo, 30 días y El búho. Además, se desempeñó como guionista, periodista, cronista, catedrático y traductor, tanto en el país como en el extranjero.
“La poesía es uno de los pocos géneros en donde el objeto y el sujeto son el propio autor (…) En la narrativa tú puedes esconderte detrás de cualquier personaje. Por ejemplo, en “Pantaleón y las visitadoras” tú no crees que Mario Vargas Llosa es Pantaleón, ni que es una visitadora, pero si tú lees “Poemas humanos” de Vallejo no vas a decir: “es un señor que escribe sobre un señor que sufre”. Objeto y sujeto son lo mismo en la poesía y es esa intensidad la que me hizo descartar los otros géneros a los que yo, desde niño, pretendía ingresar. Y me quedé con la poesía”. (Entrevista al blog La Convención)
Cisneros fue el más reconocido poeta de la “Generación del ‘60”. Su obra poética se ha traducido a catorce idiomas y se caracteriza por el empleo de constantes referencias literarias y culturales, de situaciones propias de la vida cotidiana, así como por su irónico humor. Destacan: “Destierro” (1961), “David” (1962), “Comentarios reales de Antonio Cisneros” (Premio Nacional de Poesía, 1964), “Canto ceremonial contra un oso hormiguero” (Premio Casa de las Américas de Cuba, 1968), “Agua que no has de beber” (1971), “Como higuera en un campo de golf” (1972), “El libro de Dios y de los húngaros” (1978), “Crónica del Niño Jesús de Chilca” (1981), “Las inmensas preguntas celestes” (1992), “Un crucero a las Islas Galápagos” (2005), entre otros.
“Si los premios tienen un dinero en efectivo, a todo el mundo le gusta, además de la gloria, la prosperidad. Los premios para un poeta significan exactamente igual que para cualquier ser humano: siempre son bienvenidos (…) Uno de los oficios más gratuitos que conozco es el de la poesía. Se hace por amor al arte, porque ni siquiera hay la promesa inmediata de tráfico y comercio, como en las novelas. Es conmovedor.” (Video entrevista a la Agencia Andina)
A los 23 años recibió el Premio Nacional de Poesía “José Santos Chocano” y a los 26, el Premio Casa de las Américas de Cuba, que le otorgó popularidad y distinción a nivel internacional. Entre los numerosos reconocimientos que tuvo a lo largo de su carrera artística, se encuentran: el Premio Gabriela Mistral de la OEA, el Premio Iberamericano de Letras José Donoso de Chile, el Premio de Poetas del Mundo Latino Víctor Sandoval de México, el Premio Iberamericano de Poesía Pablo Neruda. Además, fue nombrado Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia y el año pasado recibió el Premio Southern Perú a la Creatividad.
“Todavía no se me ha ocurrido nada sobre qué voy a hacer o qué no voy a hacer. Pero como toda mi vida he vivido sin que me importe demasiado la cultura ni la poesía ni la bohemia, no está entre mis prioridades qué obra tengo que hacer o dejar. Me importa un comino. Más me importan mis nietos”. (Entrevista a la revista Somos)
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