Mitos y verdades en torno a la música criolla
El 31 de octubre se celebra el Día de la Canción Criolla, fecha establecida en 1944 por el presidente Manuel Prado como homenaje a esta expresión cultural. Sin embargo, alrededor de este género musical se ha tejido una serie de afirmaciones categóricas, muchas de ellas reñidas con la realidad. Fred Rohner, profesor del Departamento de Humanidades y especialista en lírica y música popular limeña de los siglos XIX y XX, brinda su apreciación al respecto.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Gabriela Chiappe
Mito: Los jóvenes no escuchan música criolla
Verdad: Creo que quienes dicen eso parten de un mal diagnóstico: no saben quiénes son, creen que en un solo apelativo entran todos, como si fuesen iguales y no es así. Los jóvenes vienen de distintos barrios, distintos colegios, distintas tradiciones y tienen distintas prácticas. A algunos le gusta la música criolla, otros bailan salsa y otros cantan rap. Yo no me rasgaría las vestiduras.
Mito: Ya no existen nuevas composiciones ni intérpretes criollos
Verdad: ¿Qué sucede cuando los cantantes del “criollismo oficial” empiezan a morirse? La gente comienza a tener la idea de que se está muriendo la música criolla y que no hay nadie ahí que la renueve, lo cual es falso. Existen propuestas juveniles interesantes (como las de Colectivo Palenke o Ambiente Criollo) que componen su propia música o que presentan nuevas propuestas, más cercanas al jazz o a la salsa criolla.
Mito: El vals es el ritmo que define a la música criolla
Verdad: Esta asociación recién se ha establecido en el siglo XX. Antes, cuando se hablaba de ritmos criollos, se mencionaba al huayno, el yaraví, la marinera y la cashua. El día de hoy si dices que el huayno es criollo, te miran como si estuvieras loco. Lo mismo sucede con el cajón, que nos hemos creído el rollo que es exclusivo de acá, pero también se tocaba en México o Cuba. En poblaciones de origen africano había tambores y otras formas de hacer percusión, como las cajas.
Mito: El día de la canción criolla debe cambiar de fecha por la competencia con el Halloween
Verdad: El problema es que se cree que si ese mismo día se celebra otro tipo de fiesta, que es extranjera, se atenta contra lo nacional. Yo no creo que exista esa competencia, eso lo han creado los medios de comunicación para tener algo qué decir ese día. Los músicos criollos tienen chamba.
Mito: La música criolla ya no se difunde como antes
Verdad: Durante el gobierno de Velasco hubo un proteccionismo cultural nacionalista. No podías escuchar rock en inglés: bailabas y toneabas con música criolla. Por eso surgieron agrupaciones como Los Zañartu o Los García, creadas para acercarse a la juventud. Cantantes y músicos como Zambo Cavero, Jesús Vásquez u Óscar Avilés aparecían con frecuencia en la radio y televisión, grababan discos, y de pronto, se convirtió en la música oficial de los peruanos y la nación se unió en torno a ella. El día de hoy ya no interesa mostrarla.
Mito: El Estado debería impulsar la difusión de la música criolla
Verdad: Yo soy un enemigo de que el Estado impulse algo, porque cada vez que lo hace, mete la pata. Todavía tiene una mirada discriminatoria, racista. Por ejemplo, pone en el comercial de “Perú, Nebraska” a Dina Paúcar llevando a una llama. Junta todas las ideas que ciertos grupos asociados al gobierno tienen sobre quiénes somos los peruanos y que no necesariamente coinciden con la realidad.
Mito: La música criolla siempre fue un símbolo nacional
Verdad: Con la música criolla pasa algo similar con nuestra gastronomía: se identifica con la nación y se le considera símbolo de la peruanidad. Pero no siempre fue así: en un momento se asociaba solamente a los sectores populares de Lima y se le despreciaba. Hoy en día, hay gente que se siente peruana cuando escucha “Contigo Perú” o come ceviche y hay gente que no. El problema llega cuando se trata de imponer estas manifestaciones dejando de lado toda esta diversidad. Deberíamos mirar esto de manera crítica.
Mito: Las peñas criollas están en peligro de extinción
Verdad: Las peñas comerciales no, porque tienen su público: el “patita” que toma sus cervezas al mediodía cantando el Himno Nacional o que ve los partidos de Perú. En el sentido antiguo –no comercial- una peña es un lugar donde te reúnes a hacer música entre amigos. Yo iba a una que quedaba en una casa en el centro de Miraflores, pero están en diferentes lugares.
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