Quinua: entre el boom de la exportación y la escasez para el mercado interno
El 2013 es el año Internacional de la Quinua y aunque se promociona el consumo de este producto, se le puede encontrar en los mejores restaurantes del país y forma parte de la comida gourmet, el precio de este cereal ha llegado a triplicarse volviéndolo todo un privilegio. Conversamos sobre este fenómeno con Carlos Aramburú, profesor del Departamento de Ciencias Sociales.
Texto:
Susana Navarro
Poco a poco la quinua ha logrado un espacio privilegiado, este año ha sido la homenajeada en la Feria Gastronómica Mistura e incluso es promocionada como el alimento de los astronautas, sin embargo, poco a poco los pobladores que antes la consumían como un alimento básico, ahora prefieren exportarla.
El profesor Aramburú explica que los productos tradicionales andinos se han vuelto de la preferencia de los países más desarrollados por dos características, la primera es que no están plagados de fertilizantes sintéticos, esto porque la agricultura andina o buena parte de ella, no tiene dinero para utilizarlos, y segundo, hay un movimiento creciente sobre el consumo informado con respecto al comercio justo que es el pagar a las personas que tienen menos por los productos que hacen.
Pero junto al fomento del consumo de la quinua, se está dando otro fenómeno y es que está afectando los hábitos tradicionales de consumo. El profesor, que ha realizado un trabajo de campo en Ayacucho y Puno, ha encontrado que los pobladores han dejado de comer quinua porque prefieren exportarla y han reemplazado este alimento por los fideos que son más rápidos de cocinar y llenan pero tienen muy poco valor nutricional. “En conclusión, tenemos el boom de la gastronomía en un país donde, si bien la malnutrición crónica infantil ha caído, todavía los índices de anemia son altos. No comemos menos pero si comemos mal”, menciona el especialista.
El eslabón más débil
Según el Ministerio de Agricultura, en el 2012, la exportación de quinua llegó a 37 de mercados liderado por Estados Unidos el cual reúne el 65% de las exportaciones lo que representa casi 19 millones de dólares equivalentes a 10 mil 200 toneladas del “grano de oro”. Puno es la región que concentra el 80% de la producción, sin embargo, sigue siendo una de las regiones más pobres del país.
La exportación aumentará y demandará los productos nativos en un mayor grado. Sin embargo, no se ha pensado en la cadena de valor, es decir, en una política que incluya al productor a que conozca las variedades de su producto, los proteja y cuide la semilla, eso implica darle un valor agregado y pagarle lo justo al último eslabón de la cadena. El profesor Aramburú explica, por ejemplo, que el 82% de las alpacas son híbridos, es decir, se están cruzando con llamas y pierden su calidad genética original. “El Estado no está haciendo nada para identificar las alpacas legítimas y la paradoja es que los alpaqueros son la comunidad más pobre del país, cuando una chalina de este material en Europa es un lujo”, añade.
Se necesita saber quién genera el producto y en qué condiciones para hacer una mejor inversión en la base de la pirámide productiva, es el primer paso para lograr que la exportación de nuestros productos nativos sean sustentables y justos. “La combinación puede ser virtuosa siempre y cuando tengamos la posibilidad de articular la demanda no solo con venderla al precio ventajoso del producto, sino que además, no afecte los hábitos tradicionales de consumo”, explica el profesor.
Y es que todavía nuestro nivel de exportación de quinua no es muy alto, pero el pronóstico es que va a aumentar. Lo importante es que se sigan exportando pero que las personas productoras ganen lo suficiente para que no vivan en pobreza. «Todos se fijan en la parte final, en la inversión en Mistura o que Nadine promociona la quinua, pero cuánto de ese dinero retorna al campesino», agrega.
Investigación
En el caso de la papa nativa, la falta de estudios e investigaciones serias, hacen que si bien es un alimento que cada vez se le promociona más y ha subido su valor económico, y al ser el Perú un país que alberga el mayor numero de variedades de este tubérculo, también somos los que menos sabemos sobre su valor nutritivo. La única información con la que cuenta el Centro Nacional de Alimentación y Nutrición (CENAM) es que la papa nativa por cada 100 mg comestibles cuenta con 20 mg de vitamina C y entre 5 y 6 gr de fibra.
Saber más sobre un producto en qué puede ayudar, pues el profesor Aramburú explica que esto no solo nos permitiría saber el valor nutricional del producto, ayudaría su promoción y a la conservación de los germoplasmas que permitiría desarrollar campañas de protección y promoción, como el estudiar qué enfermedades afectan los cultivos para saber cómo contrarrestarlas, tal como pasó con la plaga de la Roya Amarilla que afectó miles de hectáreas de café.
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