En el patio de una de las casas más visitadas en todo Lima, se erige imponente un ficus de más de 100 años de antigüedad. Su tronco es tan grueso que ni dos personas podrían abrazarlo por completo. Las raíces están fusionadas con el suelo, y las ramas de hojas verdes caen desde hacia abajo como queriendo atraparte en su propia mística. Ese fue el árbol que conoció Matías Ferrero, egresado de Diseño Industrial de la PUCP, cuando le propusieron presentar un espacio en Casacor, exposición de arquitectura, decoración, diseño y paisajismo.

“Al principio, mi socia y yo pensamos en hacer de este espacio una casa en el árbol. Pero poco a poco nos fuimos vinculando con su historia y decidimos no quitarle protagonismo convirtiéndolo en una casa, sino que el espacio sirva para contemplarlo”, explica Matías mientras se sienta y prende un cigarro.

Lo que Matías trabajó fueron los anillos concéntricos de madera requia situados en el piso y que pretenden producir la metáfora de la edad del árbol. De la misma manera, ambientó lámparas de cera que caían de las ramas, a modo de darle vida y lograr que se alce la mirada hacia la copa del árbol.

El lugar cobra vida propia cuando la gente que camina por ahí interactúa con él. Se situaron sillas y mesas a modo de un café alrededor del ficus. En el extremo izquierdo se encuentra un mural de Alberto Lama inspirado en la naturaleza, y una escalinata, que sirve como barra en la que se sirve café orgánico de Villa Rica y el chocolate de la Bodega Belga.

“Lo más gratificante del trabajo es desarrollar un espacio arquitectónico y que, de pronto, ya no sea tuyo sino que cobre vida y sea de la gente. Que los niños vengan y corran alrededor de este espacio o que las familias se sientan a hablar y contemplar el árbol”, dice Matías, agregando que la interdisciplinariedad fue lo que le permitió lograr un espacio completo.

No te pierdas la oportunidad de tomarte un café bajo el árbol. Casacor se queda hasta el domingo 3 de noviembre.