Zaniel Novoa sobre el fallo de La Haya: “Pescadores de ambos países no deben verse perjudicados”
El Mg. Zaniel Novoa es ingeniero, especialista en geografía y gestión de fronteras y docente de la facultad de Letras y Ciencias Humanas. A continuación, nos explica cómo se delimitan las fronteras marítimas y cuáles pueden ser los movimiento de ambas cancillerías, pasada la efervescencia del fallo.
«Las fronteras marítimas son muy especiales y se diferencian de las terrestres por diferentes motivos. Para establecer fronteras terrestres se pasa por tres etapas: Primero, se definen, en el marco de un acuerdo, luego se delimitan y finalmente se demarcan de manera física, con hitos, por ejemplo. En el caso de las fronteras marítimas, generalmente solo se cumplen las dos primeras etapas y se trata siempre de fronteras geométricas. Sin embargo, ambas cumplen las mismas funciones: legales, fiscales y de control y tránsito de bienes y personas.
Ahora que ya tenemos una frontera marítima definida por el fallo de La Haya, un documento jurídico que ambos países deben cumplir, toca delimitarla. ¿Y a quién le corresponde hacerlo? Pues a ambos países. Es labor de ambas cancillerías convocar a técnicos y juristas para que conformen lo que se denomina una comisión de límites. Lo importante es ceñirse al marco internacional de la Convención de Naciones Unidas sobre el Derecho del Mar (Convemar), ente que determina cómo se delimitan las fronteras marítimas. Así, la comisión mixta escogerá los técnicos y el instrumental necesarios para establecer las coordenadas. En primer lugar ubicarán la línea base para trazar la primera línea recta (la de las 80 millas) y luego, se continuará con la línea de equidistancia.
Sobre los recursos naturales del territorio adjudicado, se han dado opiniones muy parciales. No debemos pensar solo en recursos pesqueros o en especies como la anchoveta; en el mar no solo hay recursos ictiológicos. El disponer de esos casi 50 mil km2 de mar nos va a permitir tener otros recursos, hay que recordar que tanto el suelo como el subsuelo marino también están comprometidos. Claro que eso implica otros procesos y faenas.
Aún no se ha hecho una evaluación completa, por lo que le corresponde a instituciones como IMARPE evaluar la zona. Hay que manejarnos con prudencia, pues recién luego de los estudios sabremos de lo que disponemos”.
Sobre el escenario actual (protestas en Arica y frustración en Tacna), considero que ambas cancillerías deben seguir trabajando para poder demostrarle a la comunidad internacional que luego de haber acatado el fallo están pensando en propuestas innovadoras que nos aproximen más.
A mi parecer, dentro de unos años, los gobiernos de Perú y Chile deben apuntar a firmar un tratado de gestión de fronteras donde los pescadores artesanales de ambos países puedan navegar y cruzar las fronteras libremente para hacer sus faenas. Ellos no tienen por qué verse perjudicados por un límite. Los recursos que podamos aprovechar del mar tanto a uno u otro lado de la frontera pueden beneficiar a ambas sociedades. Esa será la mejor muestra de que el fallo comienza a dar sus frutos».
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