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Noticia

Animación stop motion: el lugar donde los juguetes cobran vida

Si han visto las películas Pollitos en Fuga, Coraline o Wallace & Gromit: Los Pantalones equivocados, conocen parte del trabajo de Tom Gasek, animador y profesor del Instituto Rochester de Tecnología (RIT), que visitó la PUCP para dar un taller sobre animación Stop Motion en la Facultad de Arte.

  • Texto:
    Susana Navarro
  • Fotografía:
    Karen Zárate

Animar un muñeco o hacer que un dibujo cobre vida es un proceso largo que requiere de mucha imaginación y creatividad, y aunque existen diversos tipos de animación por computadora, todavía llama la atención lo artesanal que puede ser el estilo stop motion. Ver cómo esos muñecos de plastilina cobran vida le da al espectador una sensación de mayor realismo que los hechos por computadora.

Entre el 2D y el 3D

Tom Gasek cuenta que, cuando empezó en el mundo de la animación (en la década de 1970), utilizar la computadora no era una opción ya que los softwares todavía no estaban muy desarrollados, por lo que tenía que trabajar mucho más con las formas y figuras de una manera tridimensional. “Siempre pensé que stop motion era la primera forma de animación 3D porque tiene muchas formas, y la iluminación hace mucha diferencia al momento de obtener profundidad y sombras naturales”, explica Gasek. Sin embargo, Gasek tiene un trabajo que se llama Inside-Out Boy, que también era visto en Latinoamérica a través de Nickelodeon, que era una mezcla del 2D y el 3D. Lo curioso de esta animación es que si bien los personajes tenían profundidad y cierto relieve, está hecha en una superficie plana. Para grabar este tipo de animación, la cámara graba de arriba hacia abajo en una pieza de vidrio, en el cual se encuentran las figuras. El fondo se encuentra en otro plano más atrás, lo cual le da profundidad y, además, el trabajo es más rápido ya que las figuras no tienen un armazón. “Cuando trabajas de esta manera, tienes que dibujar mucho las formas y construyes a partir de los dibujos, pero para hacer que un personaje voltee, tengo que sacar el modelo y poner otro, y así sucesivamente, para que se vea el movimiento. Hay mucho de reemplazo, pero no es totalmente dimensional”, menciona Gasek, que además está presentando en diversos festivales su film Ain’t no fish, en el que trabaja con esta misma técnica.

El proceso de stop motion

Para hacer uno de los personajes de Pollitos en fuga (Chicken Run), se necesitaba todo un equipo especializado. Gasek, que fue uno de los 30 animadores que trabajaron en la película, explica que el proceso empieza con el diseñador que crea el estilo del personaje, luego hay que construir el molde y el armazón, para lo cual diversos especialistas se juntan para crear los modelos que pueden llegar a costar 20 mil soles cada uno por lo complicado en los detalles. Luego hay otro equipo que se dedica a ver la iluminación, camarógrafos y computadoras, que se juntan con los que trabajan en el fondo y en la utilería; ya en un tercer lugar, llegan los animadores. “Lo que tengo que hacer es dar lo mejor de mi animación, lo que se vuelve en un proceso muy cuidadoso y lento, por lo que es importante hablar con el director para que el personaje tenga una buena interpretación”, menciona Gasek. El trabajo de Gasek se concentraba en 10 horas al día. Tomaba 20 minutos en realizar un solo movimiento de un solo personaje. Si la escena tenía tres personajes, el tiempo se triplicaba, luego regresaba a su cámara y tomaba una foto. En el caso de Pollitos en fuga, el director deseaba que se tomaran dos fotos por movimiento, para que la producción fuera más rápida, por eso la película tiene un aspecto particular. “En un gran día, en el que podía sentirme afortunado, trabajaba 10 horas y había hecho entre 4 y 5 segundos de filme, y teniendo a todos los animadores trabajando, se lograban 2 minutos al día”, menciona el especialista.

¿El fin del stop motion?

Este tipo de animación es lento, requiere de mucha paciencia. En filmes grandes, se necesitan muchas personas en el proyecto y puede llegar a costar mucho, en comparación con los diseñados en computadora, entonces, ¿por qué se siguen haciendo este tipos de filmes? Gasek menciona que hay muchas personas que les gusta el aspecto de “hecho a mano” del stop motion, aunque, con los años y con el avance tecnológico, hay muchos estudios que hacen que esta animación sea fluida, como si fuera Computer-generated Imagery (CGI). Sin embargo, otras personas, como Gasek, encuentran que la esencia del stop motion está en alejarse de las computadoras e impregnarle una textura diferente, hay quienes incluso les gusta que se vean las huellas de los dedos en los muñecos. “Para mí y para los animadores que conozco, todo está en el proceso, nos gusta sentarnos por horas, trabajar lento y ver cómo algo se va desarrollando. Cuando el personaje empieza a moverse, quieres ver más y ese deseo te empuja”, explica. Pero es la necesidad por la imperfección lo que hace que el stop motion sea un tipo de animación que no ha desaparecido.

Etiquetas:
cine
facultad de arte

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