Alumnos de la PUCP rescatan identidad cultural en Chanchamayo
Los alumnos del curso “Proyectos de desarrollo desde el arte y el diseño” de la Facultad de Arte visitaron la comunidad asháninka San Miguel Centro Marankiari y el asentamiento urbano Pampa del Carmen, ubicados en la provincia de Chanchamayo (Junín), para fomentar espacios participativos de fortalecimiento de la identidad cultural.
Texto:
Luis YáñezFotografía:
Felix Ingaruca
“Desde que se fundó el grupo, teníamos el interés de sumar fortalezas y experiencias para realizar un trabajo en equipo que nos permita aplicar el arte en proyectos con responsabilidad social y desarrollo”, precisa la Arq. Edith Meneses, coordinadora de Axis Arte, grupo interdisciplinario de investigación aplicada de la Facultad de Arte. Esta comunidad académica creada en el 2000 está integrada por profesores, egresados y estudiantes de la PUCP, quienes a lo largo de los años han diseñado y ejecutado más de 30 proyectos en localidades como Grocio Prado, Túcume, Magdalena de Cao, etc.
Para transferir las lecciones aprendidas en estos procesos, desde el año 2007 existe el curso electivo “Proyectos de Desarrollo desde el Arte y el Diseño”, que además está dirigido a estudiantes de todas las especialidades de la PUCP interesados en el trabajo con comunidades y el fortalecimiento de la identidad y el patrimonio. “Los alumnos aprenden a diseñar y gestionar proyectos de responsabilidad social e interactúan con las comunidades donde Axis Arte tiene proyectos en ejecución”, comenta la Arq. Pilar Kukurelo, fundadora y docente asociada al grupo.
Este año, los estudiantes hicieron trabajo de campo en Chanchamayo, gracias al financiamiento obtenido en la quinta edición del Fondo Concursable para Docentes, iniciativa de la Dirección Académica de Responsabilidad Social (DARS) que reconoce a los cursos socialmente responsables. El grupo de alumnos estuvo conformado por: Yssia Verano (Escultura), Cristina Frisancho (Diseño gráfico), María Lavalle (Diseño gráfico), Christian Espinoza (Diseño gráfico), Geraldine Pérez (Diseño industrial), Gabriela Escudero (Diseño gráfico), Alejandra Naganoma (Diseño gráfico), Olenka Retiz (Psicología) y Raúl Silva (Pintura, alumno libre).
Identidad por recuperar
El sábado 19 de julio partieron rumbo a la Comunidad San Miguel Centro Marankiari, ubicada en Perené, a 40 minutos de La Merced. Durante los años ochenta, esta zona tuvo una fuerte presencia de Sendero Luminoso y MRTA, cuyo accionar enlutó a muchas familias y trajo consecuencias terribles para la economía, educación y salud de la región. “La violencia desestructuró la continuidad cultural en esta comunidad asháninka. Los abuelos mantienen la cultura, los padres han sufrido todos los embates del terrorismo y los niños actuales están perdiendo vínculos con su propia tradición”, precisa Kukurelo.
Por ese motivo, los alumnos desarrollaron un taller de revalorización de la identidad asháninka con los niños de la comunidad. Extrovertidos y llenos de energía, expresaron su opinión sobre algunos elementos típicos de la localidad. “Les mostramos imágenes de cushmas y de pintura facial y nos dijeron que eso es algo que usaban solo cuando había turistas. Ahí nos dimos cuenta que su cultura no estaba interiorizada”, comenta Yssia. “Ellos no saben el significado de su iconografía. Les preguntamos a sus padres y tampoco sabían. Hemos sembrado una semilla para que busquen esos significados en sus abuelos y en otros pobladores”, añade Cristina.
Sentados en el suelo y rodeados de papelógrafos, los estudiantes y los niños replicaron la iconografía asháninka y trazaron sus propios diseños en cuadernos y en tablillas de madera balsa con los que crearon un juego de memoria. “En el momento en que les dimos colores y plumones, empezaron a valorar lo bonita y colorida que era su cultura. Vieron todo lo que podían hacer con esos elementos, se entusiasmaron un montón y no paraban de dibujar”, recuerda Christian.
Naturaleza inteligente
El domingo 20 partieron a la comunidad urbana de Pampa del Carmen y visitaron la Institución Educativa Politécnica Selva Central, colegio para varones que brinda formación en tres líneas básicas: Carpintería y ebanistería, Electricidad y electrónica, y Computación e informática.
Junto a los estudiantes de secundaria, los nueve alumnos del curso de Arte pintaron dos murales: uno vinculado a la historia local de Pampa del Carmen (en particular, a la etapa de colonización y de misiones franciscanas) y otro llamado “Naturaleza inteligente”, concepto creado por los escolares que graficaba su vinculación con el medio ambiente y la tecnología.
Fue un trabajo mancomunado agotador, pero gratificante: “Estuvimos desde temprano hasta que oscureció, fue una experiencia que demandó bastante esfuerzo pero que reforzó el sentido de comunidad. Hubo mucha gente interesada en colaborar e incluso gente que pasaba por la calle se unió a pintar el mural”, recuerda con alegría María, a lo que Cristina agrega: “El director también estaba dibujando junto con un padre de familia”.
Por su parte, Yssia comenta que “aunque estábamos haciendo algo para el colegio, los pobladores de Pampa del Carmen sentían que era para ellos también”, mientras que Christian acota que si bien estuvieron en la comunidad solo un domingo, “los chicos nos comentaron que iban a enseñar lo que habían hecho a sus amigos y que querían llenar todas las paredes del colegio con murales”.
¿Qué aprendiste de esta experiencia?
- “Es muy importante vincular nuestra formación artística a la responsabilidad social. Este curso cambia la visión que se tiene sobre nuestra carrera y que se ha aplicado durante siglos: El arte sí puede ser usado como una herramienta de desarrollo sostenible. Despierta una inquietud que pensábamos que no teníamos” – Yssia.
- “Aprendí mucho al salir de mi sitio y ver otras realidades, otros ambientes, otras formas de ver el mundo. Fue genial haber podido contribuir a hacer algo muy bonito en este ambiente, desde el arte y sus diferentes disciplinas y en conjunto con los pobladores” – Cristina.
- “Para mí ha sido una experiencia revitalizante, me cambió toda la energía. Antes estaba con la idea de “ya me quiero ir, ya voy a terminar mis estudios”. Pero ahora quiero involucrarme más en estos temas y hacer cosas que ayuden a la sociedad desde el diseño” – María.
- “Compartir con niños y aprender de ellos es algo que todo el mundo debería hacer. Cuando estuve con ellos me sentí de nuevo una niña que empieza a dibujar mil cosas y prueba con distintos colores y diseños. De alguna manera, he vuelto a sentir que esto es lo que amo hacer” – Christian.
Deja un comentario