El mercado de libros

Alejandra Cuya ha presentado su tema de tesis de licenciatura llamado “Los libreros limeños, entre 1580 y 1620: relaciones comerciales, familiares y mecanismos de movilidad social”. Su tema de interés se debe gracias a un curso de su especialidad y su curiosidad, que la llevó a encontrar diversos escritos sobre los libreros en España o en México, sin embargo, para el caso de Perú el tema todavía no estaba muy estudiado, si bien existen textos que indican el comercio de libros en época colonial, estos se limitan a ser un análisis descriptivo más no una investigación propia de este grupo social.

Su estudio se limita a los años entre 1580 y 1620, porque es la época en la que Lima próspera de manera comercial. “Se estaban superando las guerras civiles del principio de la colonia, ya se encontraba el virrey Toledo y las cosas estaban mejorando y los comerciantes, no solo los libreros, vieron al Perú con interés. Si bien se empezó de poco, el comercio de libros fue creciendo de manera importante”, explica Alejandra y agrega que según sus investigaciones, estos libreros empezaron a tejer diversas redes comerciales no solo en el segmento de la venta de libros, sino también de papelería, objetos de encuadernación, tinta, etc.

¿Qué tan importante era un librero en el Perú? Pues, según Alejandra, en esta época, este negocio empezaba a crecer, pasaron de vender tres o cuatro libros como ambulantes a tener tiendas. También mantenían una sociedad con Portobello (Panamá). “Cambiaron de venir desde España y ser simplemente un librero, a realizar negocios con diversas personas que estaban en el poder o con la Iglesia. Pasaron de un nivel a otro en la sociedad que les ayudó a consolidar sus negocios a pesar de que aquí también había una imprenta, era un mercado grande y en necesidad”.

El “fulbo” peruano

Para su tesis de maestría, el historiador Jaime Pulgar Vidal, propuso el tema de “Selección Nacional de ‘Fulbo’ 1911-1939. Fútbol, política y nación”. Esta investigación toma como pretexto el fútbol para demostrar cómo se fue construyendo un tipo de identidad nacional que en ciertos periodos va incluyendo grupos poblacionales que en otros ámbitos estaban excluidos, como los afrodescendientes y los descendientes de chinos. “Los excluía la política misma, pero se dieron cuenta de que al estadio va todo tipo de personas, de todos los estratos económicos y socioculturales, y como en esa época no se acostumbraba a utilizar la plaza, el lugar preferido para que el político se encontrara con la masa era el estadio”, explica Pulgar Vidal.

Entre 1911 y 1939, se tenía una Lima con mejores medidas de higiene y saneamiento, la mortalidad infantil va disminuyendo y la población va aumentando, sin embargo, se vuelve problemática y aparecen las turbas. “Hay alza de precios y aumentan las protestas de estudiantes universitarios y obreros, es una Lima que empieza a desbordarse sin tener una migración importante, estas turbas no estaban dirigidas por ningún partido político, lo que las hacían incontrolables y así se popularizaron las actividades reconocidas por el Estado como la procesión del Señor de los Milagros, el carnaval y el fútbol”, menciona Jaime para contextualizar el momento en que el fútbol empieza a tomar una importancia no solo deportiva, sino hasta política como una forma de manejar a las masas.

Para el investigador, en la época se daban dos formas de jugar el fútbol: de manera profesional y el fútbol no oficial. El primero seguía los valores ingleses y los que jugaban el “fulbo” no conocían bien las reglas del juego, no tenían ni la pelota o la canchas oficiales, era el juego de la calle. Sin embargo, según Jaime, esto cambia en el gobierno de Augusto B. Leguía, cuando La Prensa, periódico oficial del gobierno, empieza a apoyar el juego callejero alabando especialmente a las estrellas de Alianza Lima. “Un hecho fundamental de la tesis es la participación de la selección peruana en los Juegos Olímpicos de Berlín donde se crea una leyenda que tiene que ver con la presencia de Benavides, en la que se decide retirar la delegación peruana para demostrar que el nacionalismo se va a oponer a estas ideologías internacionales”, explica Jaime y agrega que Leguía es el personaje principal que convierte este “fulbo” de manera profesional, incluso hasta apadrinar al equipo Alianza Lima.

La Beca Riva-Agüero-Bustamante de la Fuente consta de 10 mil soles para cada uno que se dividirán en cuatro partes conforme van avanzando en sus investigaciones. Cada uno tiene 15 meses para entregar sus tesis completas y sustentadas.