[COP20] La importancia de recuperar la conexión con la naturaleza
El Dr. Augusto Castro, director del Instituto de Ciencias de la Naturaleza, Territorio y Energías Renovables (INTE-PUCP) participó en la conferencia ¿La naturaleza está realmente viva? Una mirada desde la bioética, en el marco de Voces por el Clima.
Texto:
Akira MaeshiroFotografía:
Felix Ingaruca
“La bioética es un esfuerzo por vivir en concordancia con esta gratuidad que llamamos vida. Y eso significa reconocer que la vida humana, así como la vida de los animales y la existencia de los seres inertes, tienen derecho a ser ejercida a plenitud. Así como peleamos por los derechos de los grupos humanos más vulnerables, así también debemos exigir los derechos de las tierras, del bosque, del agua”, comentó el Dr. Augusto Castro, director del INTE en la conferencia ¿La naturaleza está realmente viva? Una mirada desde la bioética, que se realizó en la feria Voces por el Clima el pasado 5 de diciembre.
Para Castro, la separación entre el sujeto consciente, racional y vivo, en contradicción con la naturaleza irracional, inconsciente y muerta, una corriente de la sociedad actual, “ha llevado a que se procediera a utilizar la naturaleza como una fuente de recursos para el ser humano, la consciencia humana y la vida humana. Todo el proceso de modernización social y económica, no es otra cosa que una mirada antropocéntrica desbocada, que expresa una subjetividad humana realmente escandalosa”.
En ese contexto, señala, no es extraño el desequilibrio que el ser humano ha generado en el mundo por la ambición y por el interés. “Incluso, no contentos con el mal uso de los recursos y de los seres vivos, hemos condenado a la miseria y a la pobreza a millones de pueblos e individuos de nuestra propia especie”, agrega.
El director del INTE comentó, además, que la modernidad ha representado una manera de mirar a la naturaleza desde el horizonte del apetito humano. “Los antiguos pueblos pensaban que la armonía y el equilibro eran fundamentales para vivir. Todos los conceptos originarios sobre la prudencia, sobre el sentido de la medida y la mesura, de la proporción y del actuar con límites e inteligencia, han provenido de una relación histórica de la vida humana con la naturaleza que el mundo moderno ha olvidado”, dijo Castro, quien participa en la COP 20 como vocero oficial de la Universidad y ha sido nombrado como observador por parte de la academia.
“¿Quién nos dijo que éramos los dueños del mundo? El proceso moderno no es más que los registros de propiedad de los territorios y de los elementos de la naturaleza por parte de los Estados, empresas y de las personas. Un modelo que no ha estado interesado en conservar el planeta. La pelea es contra el modelo que está poniendo en riesgo el sistema de vida en el planeta”, reflexiona y agrega que nadie dice que no debamos utilizar los recursos de la naturaleza para tener una vida buena. “Pero no es solamente conservarla para nuestros intereses o por nuestro interés. Si no es la de conservarnos juntos con la naturaleza, para la propia realización del mundo”.
Por su parte, la Dra. Ana Sabogal, docente de la sección Geografía y Medio Ambiente del Departamento de Humanidades de la PUCP, y quien participó como comentarista en la conferencia, indicó que “estamos viviendo una etapa donde estamos tan lejos de la naturaleza que tenemos recuerdos que cada vez son más lejanos. Hay muchos niños nacidos en la ciudad que preguntan de dónde salió la leche porque nunca han visto una vaca. No hay esa relación directa con la naturaleza y el campo. Estamos tan lejos que añoramos y queremos volver a eso. Buscamos acercarnos hacia los animales y las plantas, porque es parte de nosotros y requieren de nosotros”. Por nuestro futuro, necesitamos una mirada de respeto hacia la naturaleza.
“En un país como el nuestro, hay sociedades que a buena hora se han quedado en un momento de técnica o tecnológica que buscan un equilibrio con la naturaleza, donde las prácticas de estas sociedades no modifican mucho a la naturaleza, en una relación simple y amigable. Pero también en cuento a ética se refiere, esas prácticas van acompañadas de ciertos códigos morales, que están allí en usos y costumbres”, comenta por su lado el Mg. Zaniel Novoa, docente de la sección Geografía y Medio Ambiente del departamento de Humanidades.
Para Novoa, que estas sociedades hayan mantenida estas prácticas, no significan un estancamiento. “Es parte de su stock tecnológico que les permite una mejor vida con la naturaleza. Las sociedades que nosotros llamamos modernas, evolucionaron y su relación con la naturaleza es mucho más agresiva. Desde la bioética demandamos que el conocimiento y la tecnología entre a una situación de tecnociencia en la búsqueda de un mejor conocimiento desde la tecnología para volver a ese equilibrio”, finaliza el docente.
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