Informe PuntoEdu sobre amenazas nucleares
Kim Jong-un y Donald Trump se enfrentan en una escalada verbal, pero ¿puede esta traducirse en una guerra nuclear? ¿qué papel tienen Corea del Sur y Japón? Especialistas PUCP analizan la situación.
Texto:
Katherine Subirana
El jueves 14 de septiembre (viernes 15 en Corea del Norte), el mundo fue sorprendido por un nuevo ensayo nuclear. Esta vez, el misil fue disparado desde un punto cercano a Pionyang, capital de Corea del Norte, y sobrevoló la isla japonesa de Hokkaido. El gobierno japonés dio a conocer que esta acción había desencadenado el sistema de emergencia en varias regiones del norte.
El lanzamiento de este nuevo misil se produjo después de que el Consejo de Seguridad de la ONU impusiera nuevas sanciones a Corea del Norte por el desarrollo de su programa nuclear y balístico. Las sanciones se traducen en un embargo sobre las exportaciones de gas hacia Corea del Norte, una limitación de exportaciones de petróleo y productos refinados, y la prohibición de las exportaciones textiles norcoreanas. El régimen encabezado por Kim Jong-un había anunciado el miércoles pasado que aceleraría sus programas militares prohibidos en respuesta a las sanciones de la ONU. Cumplió su promesa.
Antes de este lanzamiento, y por las declaraciones del presidente estadounidense Donald Trump, parecía que Estados Unidos era el país que más riesgo corría con el inicio de estas pruebas. Sin embargo, este lanzamiento ha confirmado lo que analistas de nuestra Universidad señalaron: que los más preocupados son sus vecinos, Corea del Sur y Japón.
“Posiblemente, los países más afectados, y los que están más preocupados por la situación, son Corea del Sur y Japón, que, por su proximidad geográfica y la historia que tienen con Corea del Norte, tienen razones más válidas para temer que una escalada de tensiones o un accidente les traiga trágicas consecuencias. Estados Unidos se presenta como el más afectado por su particular historial con Corea del Norte, pero se trata más de la relación que tienen entre ambos que una preocupación genuina”, explica la Mg. Gabriela Camacho, docente de la Escuela de Gobierno y Políticas Públicas PUCP.
Coincide con ella el Dr. Sebastien Adins, docente del Departamento de Ciencias Sociales: “Cuando hablamos de nivel de vulnerabilidad hay muchos países que podrían ser más afectados, como Corea del Sur o el país vecino de Japón. En el caso de Estados Unidos, creo que lo que está en juego ahora es la imagen, especialmente si consideramos que Trump no es el presidente más popular que tiene Estados Unidos, y a veces, en ese tipo de contextos, se suele intentar tener una postura clara en temas internacionales”.
OBJETIVOS DE LARGO ALCANCE
Entonces, ¿cuál es el objetivo de los ensayos nucleares que está realizando Corea del Norte? El Dr. Javier Alcalde, docente del Departamento de Ciencias Sociales considera que el propósito disuasivo es obvio. “En primera instancia, busca perfeccionar la producción y lanzamiento de armas atómicas. Un segundo propósito parece ser desafiar las advertencias de Estados Unidos y la ONU, y de esta manera debilitar la confianza que tienen en Washington tanto Corea del Sur como Japón. Tercero, con la dramática mejora de su armamento, levantar ante China su valor como (potencial) aliado. Cuarto, fortalecer la posición interna del liderazgo norcoreano. De estas consideraciones se desprende la forma en que Estados Unidos se ve afectado indirectamente por estas pruebas. De manera directa, la amenaza sería muy débil e improbable”, señala.
En ese sentido, Gabriela Camacho destaca que los ensayos nucleares y de misiles de largo alcance no son algo nuevo en Corea del Norte, pero la frecuencia y el contexto de tensión en que se realizan sí responden a la combinación de dos gobernantes (Trump y Kim Jong-un), que se perciben como menos “racionales” y bastante más volátiles.
El Dr. Sebastien Adins recuerda que no es la primera vez que hay una crisis. “Hace tres años se dio algo parecido, aunque la gran diferencia es que ahora Corea del Norte sí ha realizado avances tecnológicos. Se sienten amenazados y piensan que la única manera de protegerse a sí mismos, de evitar una intervención desde el exterior, es contar con esa capacidad disuasiva. La buena noticia es que hace varios años Corea del Norte dijo que solo tiene capacidad nuclear disuasiva, así que dio a entender que jamás va a iniciar un conflicto con el uso de esas armas. Ellos afirman que si EE.UU. los ataca con armas convencionales, van a responder con ese mismo tipo de armas, y si los atacan con armas nucleares, responderán con lo mismo”, explica.
SANCIONES, ¿PARA QUÉ?
El Perú acaba de declarar persona non grata al embajador de Corea del Norte en nuestro país. La razón que ha dado es “por las violaciones de su país a las resoluciones de la ONU”. La ONU ha llenado a Corea del Norte de sanciones internacionales, pero estas no han logrado efecto alguno. El Dr. Javier Alcalde señala que “la ONU podría extremar las sanciones, pero en tanto China, principal socio comercial de Pionyang, no se pliegue plenamente a ellas, estas no afectarán mucho a un régimen habituado a la penuria. Rusia tampoco está alineada con la actitud de la comunidad internacional y ambas potencias constituyen el entorno inmediato de Corea del Norte”.
“En el ámbito internacional, lo que rige es un orden anárquico, a diferencia del ámbito nacional, donde rige un orden jerárquico. En un Estado-nación, que se jacte de serlo, el Estado está a la cabeza de todo, el Estado tiene el monopolio legítimo del uso de la fuerza, por lo que cuando cualquier ciudadano incumple las normas determinadas por dicho Estado, este puede usar la fuerza para obligarlo a cumplir o para sancionarlo. En el ámbito internacional, por el contrario, no existe una jerarquía similar y nadie puede reclamar para sí dicho monopolio legítimo de la fuerza. Esto quiere decir que cuando un país decide incumplir alguna norma, los mecanismos propios del ámbito internacional no pueden obligarlo a cumplir, sino que depende de la voluntad de otros países el imponer la sanción, por eso el énfasis de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y en la ONU, en general, de que todos los países se sumen a las sanciones que están adoptando, pues la ONU como tal no tiene la capacidad necesaria para obligar a nada a Corea del Norte ni a ningún otro país”, explica Gabriela Camacho.
“Es por eso que Donald Trump dijo que quiere que China haga más cosas, pero los chinos tienen una política muy pragmática. Para ellos, lo primero es la estabilidad. La gran pesadilla de los chinos es ver nuevamente un conflicto como en los años 50, lo que podría conllevar millones de refugiados, y una inestabilidad económica y política en la frontera. Sin embargo, es la primera vez que he visto a un presidente chino tomar una postura más crítica. Putin también ya dijo que eran provocaciones que podrían significar un peligro para la paz internacional”, dice el profesor Adins. Eso no quiere decir que China y Rusia ahora se van a aliar con Occidente, pero sí puede ser una señal para que Corea del Norte modere su estilo si quiere mantener a sus socios políticos. Mientras tanto, el mundo observa intranquilo.
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