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T(h)ípicamente "García"

Para comprender las declaraciones vertidas por el Presidente García, respecto a que él contaría, con el suficiente poder para evitar que ciertos candidatos y políticas lleguen al gobierno en el 2011; debemos de comprender esencialmente: el contexto, y el público.

  • Giofianni Peirano Torriani

El contexto, es uno de crisis económica mundial como pocas veces ocurre en la historia. Donde la política económica «neoliberal» desarrollada por García antes de la crisis, era digna de aplausos internacionales y alto índices de crecimientos local (PBI);  lo cual –naturalmente- le otorgaba una posible conciliación con su nefasto pasado y por qué no, con su particular ego. Hasta allí todo era maravilloso. Pero el nuevo escenario evidencia sin dudas nuevas alarmas en el gobierno y en el presidente. Esto último se probaría si consideramos la falta de previsión ante la crisis, la tardía aplicación de un plan anticrisis, las idas y vueltas en la designación de un contralor que fiscalice, el incremento sin orden ni estrategia del presupuesto del Estado en aprox. US$ 10, 000, (30% respecto del año anterior), las condonaciones de las deudas de Agro Banco y Banco de Materiales con tintes populistas y electorales, etc.

A ello hay que sumar que según el propio García, los impactos de la crisis se reflejarían con fuerza en mayo y junio, con el despido masivo en sectores sensibles como la agricultura y la minería. Esto último es quizás lo más importante, pues generará indefectiblemente una convulsión social, traducida en marchas y manifestaciones, con lo cual se afectará no solo la imagen del presidente sino la del gobierno, en suma la gobernabilidad sufrirá. Los inversionistas entenderán que los riesgos ahora son distintos y que las reuniones en hoteles con funcionarios ya no se darán. El país, el gobierno y el presidente a la cabeza, sentirán entonces la crisis.

Lo segundo que parece importante para comprender estas declaraciones, es analizar frente a quienes fueron dadas. García se expresó ante un gremio importante de empresarios nacionales e internacionales, que con apoyo del modelo económico neoliberal, se vieron beneficiados. Sin duda las declaraciones suenan a vanagloria del poder del Presidente; pero tenía el mensaje directo de tranquilizar a los empresarios y conminarlos a seguir invirtiendo, prometiendo una sostenibilidad del modelo así termine su mandato. Lo único que no advirtió el presidente al parecer es que una cosa es apoyar una política económica y otra negar la posibilidad de que ésta sea cambiada vía la institucionalidad democrática. Esto último realmente da para pensar. ¿Se habrá creído realmente con tanto poder nuestro Presidente como para emular a un monarca? La respuesta es obvia.

Finalmente, García sabe que el proceso preelectoral está calentando motores, y que diversos líderes políticos se vienen reuniendo –es el caso de Toledo, Flores y Castañeda– y lanzando declaraciones. García sabe que los líderes mencionados pueden continuar perfectamente con el modelo económico encomendado, pero que existe un riesgo con los denominados antiliberales; por eso a ellos, se les combate con frases o promesas antidemocráticas. Todo hace pensar que el congraciarse con lo empresarios hace que el Presidente García se atolondre por llegar a la meta.

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