"No se trata de evaluar al estudiante como individuo sino al programa mismo"
La Directora Gerente de Servicios Profesionales de ABET (la organización acreditadora de los programas de Ingenería de la PUCP) estuvo en la Universidad para ofrecer un taller en el que explicó cómo evaluar el aprendizaje de los estudiantes como parte de un programa académico mayor.
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Gloria Rogers
¿Cuál es la diferencia entre ABET y las otras acreditadoras?
La Accreditation Board for Engineering and Technology (ABET) es una agencia acreditadora especializada que se centra en la acreditación de programas de Ingeniería. Son dos las diferencias: otras acreditadoras se especializan en derecho, enfermería y otras ramas del saber, ABET solo en Ingeniería. Otra diferencia es que ABET acredita específicamente programas, no a las universidades o instituciones.
¿Qué tipo de beneficios otorga esta acreditación especializada?
Primero, certifica al público de que un programa particular de una institución cumple con los requerimientos y estándares necesarios. Por ejemplo si soy un padre de familia puedo confiar en que si mando a mi hijo a un programa acreditado cumplirá con ciertas normas de calidad en educación. Y, en segundo lugar, si soy un empleador que contrata a un egresado de esta institución, puedo estar confiado de que esta persona tiene un estándar de calidad correspondiente al programa del que viene.
¿Estas acreditaciones permiten la movilidad de los profesionales alrededor del mundo?
Por supuesto, mediante el llamado «Acuerdo de Washington» se están acordando establecer ciertos estándares para evaluar los programas de Ingeniería. Con ellos, por ejemplo, estudiantes y graduados de cualquier país miembro del Acuerdo (como Inglaterra, Canadá, Corea del Sur o Japón), podrán trabajar en los otros países que también sean parte de este Acuerdo. Este es el camino que ha emprendido la Católica.
¿Qué requisitos debe tener un programa para ser acreditado por ABET?
El programa debe ser parte de algunas de estas cuatro áreas: ingeniería, computación (ciencias de la información, tecnologías de la información), ciencias aplicadas e ingeniería de la tecnología. Luego estos programas tienen que postular y solicitar la evaluación a través de una de las acreditadoras. El año pasado una comisión ABET vino a la PUCP para ver si cumplía con los requisitos y ver si el programa de ingeniería podría ser elegible para la acreditación. Este proceso está en marcha con muy buenos resultados.
¿Cuáles son los procesos por los que pasa un programa para ser acreditado?
Cada programa es evaluado en dos niveles: el primero es el criterio general acerca de las características del programa de Ingeniería y, el segundo, es más específico y se centra en cada especialidad. Según sus características, estos programas son evaluados por algunas de las 30 las asociaciones profesionales que forman parte de ABET y que se encargan de hacer la evaluación específica según la especialidad.
¿Qué recomendaciones daría usted a las universidades latinoamericanas con respecto a este tema?
La acreditación no solo tiene que ver con el aprendizaje que demuestran los estudiantes, sino también con la inversión de la institución, con la calidad de las instalaciones, la calidad de las facultades y la currícula de estudios, por ejemplo. En el caso de la Universidad Católica veo que existe un compromiso para respaldar las iniciativas de las facultades cumpliendo con esas dimensiones mencionadas. Mi consejo a las universidades, tanto latinoamericanas como del mundo entero, es que realmente mantengan las cosas a un nivel simple: enfóquense en aquellas cosas que son realmente importantes y hagan un excelente trabajo en eso. No traten de hacerlo todo, especialmente al inicio y a partir de los logros que se van teniendo en el camino, siempre repensar las prioridades.
Entrevista: Ricardo Reátegui
Foto: Yanina Patricio
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