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“Los problemas de nuestra sociedad solo pueden resolverse con especialistas de diversas áreas”

Del 14 al 18 de mayo, y por iniciativa del Centro Federado de Estudiantes, se desarrolló la Semana Interdisciplinaria de Letras y Ciencias Humanas, durante la cual se realizaron actividades académicas y culturales con el objetivo de promover eventos con este enfoque. Buscamos a la decana Susana Reisz para que nos comente cuáles son los alcances, beneficios y dificultades presentes durante el proceso de trabajo interdisciplinario.

  • Susana Reisz
    Decana de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas.
  • Texto:
    Luis Yáñez
  • Fotografía:
    Mario Lack

¿Qué se entiende por interdisciplinariedad?

Es un trabajo colaborativo y dialógico, en el que representantes de distintas áreas del saber tratan de encontrar puntos de contacto entre las metodologías, las perspectivas y los intereses de las diferentes especialidades. Pero no hay que confundirse: el trabajo interdisciplinario no significa tener un conocimiento superficial de muchas cosas, conocer un poquito de todo, sino que a partir de una especialización muy seria ir abriendo el campo de visión de la propia disciplina e intentar comprender lo que hacen los otros. Este tipo de tarea, que se puede dar tanto en la investigación como en la enseñanza, requiere ciertas disposiciones especiales.

¿Cómo cuáles?

No es un trabajo que pueda hacer cualquiera o que deba hacer cualquiera. Es una cuestión de opciones, hasta cierto punto, de índole personal. Una personalidad inquieta, curiosa, que no se satisface con el tipo de conocimientos que ha adquirido dentro de su área tradicional de estudio, está mejor predispuesta que una persona que no tiene este tipo de intereses.

Se requiere tener una buena dosis de humildad, generosidad y voluntad por entender al otro y ser entendidos. Implica también tratar de aprender de los demás, de colegas que vienen de áreas totalmente distintas (y de las que conocemos muy poco), así como de no especialistas y actores sociales no académicos (que tienen también bastante qué decir y que pueden tener cosas que enseñarnos). Me parece que el trabajo interdisciplinario nos hace mejores personas.

¿La interdisciplinariedad se contrapone a la alta especialización?

No diría que es el opuesto ni la negación, sino una posibilidad que existe desde toda especialización. Hay que tener el interés y las condiciones personales para hacerlo, pero es perfectamente lícito que un especialista se concentre en un objeto de estudio muy limitado, muy parcelado para conocerlo en profundidad, y que este sea un aporte muy importante para la ciencia y la sociedad. Yo creo que son perspectivas complementarias.

¿El trabajo interdisciplinario resulta más efectivo cuando se integran disciplinas afines o cuando se reúnen áreas de estudio completamente lejanas?

Es difícil dar una respuesta unívoca. Diría que es más fácil entre disciplinas afines. Desde mi perspectiva, existen disciplinas de espectro amplio y otras de espectro más restringido. En las Humanidades suelen predominar las disciplinas de espectro amplio, que están mejor equipadas para entenderse con otras. Por ejemplo, la Filosofía no tiene un objeto de especialización específico propio –como todas las demás ciencias particulares- sino que tiene la posibilidad de hacer una reflexión sobre cómo adquirimos los conocimientos. Cuando hay voluntad e interés, siempre existe la manera de tratar de acercar e integrar conocimientos procedentes de disciplinas distantes.

Por lo que dice, este diálogo no se puede imponer ni forzar…

No puede haber peor idea que decir: “Vamos a fomentar la interdisciplinariedad juntando a un psicólogo con un filósofo, un literato, un ingeniero, y que hagan algo juntos”. Así no funciona. Tiene que haber afinidades, intereses personales, cierto tipo de simpatías para que el diálogo fluya. Es muy importante que la gente tenga un periodo previo de conocimiento mutuo para que se vea en qué medida puede funcionar la empatía, en qué medida están dispuestos a tolerarse, a tenerse paciencia porque este tipo de trabajo es a largo plazo.

¿Existe una metodología de trabajo determinada cuando se realiza una investigación interdisciplinaria?

Hay lineamientos generales que hay que seguir pero son abstractos. Luego se trata de desarrollar cierta dinámica sobre la marcha, de delimitar territorios y temas sobre los cuales trabajar juntos, discutir y complementarse. Existen distintas estrategias que uno puede seguir pero siempre es una labor experimental, que implica mucha creatividad y tiempo. Hay que tener paciencia, los resultados no son rápidos pero sí satisfactorios. Más que un método seguro, el trabajo interdisciplinario es casi un arte.

¿Cuándo surge este enfoque?

Podría decirse que se ha practicado –sin mucha conciencia de que se estaba haciendo- desde hace siglos. Por ejemplo, hace muchos años hice estudios en filología clásica, que requerían tener un enfoque plural. Quienes nos dedicábamos a estudiar las culturas antiguas debíamos conocer no solo los textos literarios, sino también la historia, la filosofía, las concepciones religiosas de la época, la geografía, la distribución política del mundo griego.

El enfoque interdisciplinario no es nuevo. Sin embargo, se ha agudizado el interés por esta manera de trabajo en los últimos dos decenios, a partir de la complejización del conocimiento y de la difusión tan acelerada de los avances científicos y tecnológicos de los últimos años, que ha dado como resultado que surjan especialistas en terrenos cada vez más avanzados pero también más desconectados de todo el resto. Eso ha llevado a la necesidad de volver a reunir todas esas perspectivas y ampliar la visión.

¿Cuál sería el principal beneficio del trabajo interdisciplinario?

Vivimos en un mundo globalizado en el que todos dependemos de todos: no hay economías, ni sociedades, ni comercios, ni soluciones científicas totalmente independientes. Los grandes problemas de nuestra sociedad, que tienen que ver con la pobreza, con la salud, con la inequidad en la distribución de los recursos, etc., solo pueden tener soluciones complejas con la participación de especialistas de diversas áreas. De otra manera no es posible. Suele decirse que problemas complejos requieren soluciones complejas, y para estos casos el trabajo interdisciplinario es el ideal.

¿En la Facultad de Letras y Ciencias Humanas se tiene un enfoque interdisciplinario en la plana curricular?

Se han hecho algunos intentos bastante modestos. Teóricamente están programados seminarios interdisciplinarios para diferentes áreas, pero estos ocurren muy raramente o no se dan, en parte porque no hay muchos profesores dispuestos a hacer este tipo de trabajo y, por otra, porque los propios estudiantes no toman conciencia de lo interesantes que pueden ser este tipo de cursos. Para dictar un auténtico curso interdisciplinario, deben estar presentes, en todo momento, dos o más profesores en constante diálogo: uno propone un problema, el otro responde, el primero replica y así sucesivamente. Los estudiantes también deberían ir preparados para incorporarse a esta dinámica, con lecturas previas antes de cada clase.

El Perfil

Nombre: Susana Reisz

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