"Lo importante en cualquier actividad es que sea vivencial"
La psicomotricidad es considerada, entre otras cosas, fundamento de la personalidad, base del crecimiento individual, medio de expresión y base del desarrollo afectivo y cognitivo; y, por ello, promueve la detección, el diagnóstico y el tratamiento de trastornos ligados al uso del cuerpo. Todas estas ideas fueron expuestas en el Seminario Internacional de Psicomotricidad y Educación: Moverse para Aprender, organizado por nuestra Facultad de Educación junto a Ediciones SM. Su invitado especial, Juan Mila, nos explicó la importancia de esta disciplina y su estrecha relación con la educación.
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Juan Mila Demarchi
Docente de la Universidad de la República de Uruguay.
Texto:
Diego GrimaldoFotografía:
Mario Lack
¿Qué labor desempeña un especialista en psicomotricidad?
Un licenciado en psicomotricidad es un profesional liberal que trabaja la salud y la educación. Las intervenciones que realiza son en lo preventivo, educativo y clínico.
¿Ha cambiado la educación en relación con la psicomotricidad?
La psicomotricidad ha invertido mucho esfuerzo en el aprendizaje escolar. Debemos seguir haciéndolo, pero con una mirada del siglo XXI. En mi país, uno de los motivos de consulta más grande son los problemas relacionados con la grafía. Personalmente, creo que no deberíamos preguntarnos si es importante la intervención a este nivel o si lo que nos interesa es que los niños escriban. En este momento, los soportes que usan los niños no se basan únicamente en la grafía; escriben en mensajes de texto, computadoras, etc. Y dentro de 15 años, existirán otros soportes.
El niño ha cambiado. Antes salía a jugar a la calle, ahora se queda en casa con la computadora.
Los niños terminan viviendo en burbujas: en la familiar y en la del colegio, que provee todos los vínculos y espacios formativos y de recreación. Hay poco espacio para el intercambio intergeneracional, para jugar en la calle. Esto determina falta de experimentación en habilidades sociales y psicomotrices. Los uruguayos somos futboleros, pero allá hace muchos años que desapareció el campito en el que jugaban niños de 5 y 6 años con otros de 12, con adolescentes y, por ahí, con un adulto.
¿Este contacto generaba mejores respuestas en los niños?
La falta de experimentación limita el aprendizaje. El niño no tiene posibilidades de ejercitarse por motivación propia. Andar en bicicleta o jugar al fútbol son actividades que han desaparecido, y eso no permite el desarrollo de habilidades sociales y de experimentación psicomotriz. La mayoría de los actos de la vida diaria son actos aprendidos que se automatizan por la ejercitación: vestirse, bañarse, cortar, comer. Si el niño es asistido permanentemente en todo, pierde posibilidades de experimentación.
¿Cómo puede enfrentar esta situación un docente?
Hay que reflexionar sobre lo que se está haciendo y, a partir de allí, modificar las formas de crianza. El problema es cuando no se piensa por qué se hacen las cosas. En mi país, tenemos una avalancha de consultas psicomotrices por el tema de la grafía. Cuando hacemos la historia de esos niños, preguntamos: ¿Se viste solo? ¿Se baña solo? ¿Come solo? En todo es asistido; su habilidad manuales baja por falta de ejercitación.
¿Cómo se enseña, por ejemplo, matemática a partir de la psicomotricidad?
Lo importante en cualquier actividad es que sea vivencial. Hay una autora argentina, Sara Pain, que dice: “Nadie le presta su coche a alguien que dice que sabe conducir; uno le presta su coche a alguien que sabe conducir”. Es decir, que tiene el conocimiento ya pasado al cuerpo. En la matemática, se puede trabajar desde un punto de vista espacial.
¿Cómo se aplica ello?
Se parte del interés del niño. Seguramente, en lugar de ir a un salón de psicomotricidad va a querer jugar al fútbol. Está bien, pero antes de jugar al fútbol vamos a hacer la cancha, a trabajar relaciones espaciales, números, etc.
Pasa por plantear un tipo de enseñanza lúdica.
Uno de los principios es partir de actividades espontáneas. Si trabajo en terapia con adolescentes, tengo que saber qué música escuchan. Tengo un grupo formado por adolescentes de 14 y 15 años, derivados por problemas de utilización del espacio gráfico. La indicación es clara: trabajar sobre lo gráfico. El método consistió en hacer un grafiti en función de la música que escuchan. Para hacer algo así tienen que planificar, pensar, discutir, negociar, etc. Es necesario utilizar su lenguaje. Si quiero que un niño lea, busco en el ordenador información sobre fútbol. Si trabajo con una adolescente, tendré que bajarme canciones de Justin Bieber.
¿Qué puede hacerse con las personas que ya se encuentran formadas, como los adultos y los adultos mayores?
Al trabajar con “personas de este siglo” hay que utilizar, principalmente, los soportes hechos en este siglo. Esto no quiere decir que no se pueda trabajar con soportes que eran pertinentes hace 30 años y que a los niños les encantan. Con adultos y adultos mayores hay que considerar sus intereses. El campo de intervención de la psicomotricidad con ellos es muy grande: desde las patologías psicosomáticas, que son afecciones al cuerpo que seguro tienen un origen psíquico, hasta el proceso de envejecimiento y de peso. El envejecimiento es algo a lo que todos esperamos llegar, el problema es cómo.
El Perfil
Nombre: Juan Mila Demarchi
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