“La inversión gubernamental es esencial para reactivar los pequeños sectores agropecuarios”
La agricultura fue una de las principales bases de la economía del Perú prehispánico. En tiempos más modernos, con la aparición de las grandes industrias y el desarrollo de la tecnología, las nuevas generaciones dejaron progresivamente los campos y muchas zonas quedaron abandonadas. En la actualidad, existe una gran población campesina que conserva la esperanza de mantener esta actividad como su principal fuente de ingresos.
El Dr. Alan Kolata ha realizado diversos estudios relacionados con la historia antigua en nuestro país; así como la relación entre seres humanos y medio ambiente, especialmente acerca de sistemas de agricultura, dimensión humana del cambio global, desarrollo agrícola y rural, arqueología y etnohistoria en regiones andinas. Él confía en las posibilidades de que algunos de los antiguos modelos puedan implementarse a las tecnologías de producción actual para que se puedan rescatar a los pequeños sectores rurales.
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Alan Kolata
Docente de Antropología y Ciencias Sociales de la Universidad de Chicago (EE.UU.)
Texto:
Delsy LoyolaFotografía:
Fernando Criollo
Con los años se ha acrecentado el declive de las zonas rurales. ¿Cuál es la principal razón de este suceso?
Entre las tantas investigaciones que he realizado en la cuenca del lago Titicaca, una de las principales razones del fin de la cultura Tiahuanaco estuvo muy relacionada con las variaciones climáticas que con sequías afectaron al sector agrícola; sin embargo, luego surgieron otras sociedades alrededor que lograron mantener vigentes estas actividades. Hoy en día, las nuevas generaciones de jóvenes no quieren dedicarse a la agricultura, porque en la ciudad encuentran otras oportunidades económicas más rentables. Muchos de los cultivos de kiwicha, maca, mashwa ya no tienen mercado, y esto tiene que ver con la evolución de la tecnología y con el hecho de que la gente cree que ganar un buen sueldo no es posible dedicándole su vida al campesinado.
¿Existe futuro para el sector agrícola?
Para los grandes proyectos de agroindustria, claro que sí. Pero para los pequeños agricultores, no. Es un problema global. Si no se incentiva a los jóvenes a volver al campo, ya no habrá futuro para este tipo de agricultura. Los que tienen grandes empresas de palta, espárragos, papa pueden hacer más rentable sus proyectos gracias a la exportación. Pero para los pequeños sectores, los del altiplano, se les hace más difícil surgir, por la altura, las sequías y las heladas, que vuelven más problemática la oportunidad de poder llevar al mercado sus productos.
Desde los organismos gubernamentales, ¿qué se puede hacer para evitar esta situación y beneficiar a ambos lados, pequeños y grandes agricultores?
Antes que nada, tiene que haber una voluntad política por parte del gobierno para evitarla desaparición de los peque- ños agricultores y la competencia entre ambos sectores. A escala nacional, se deben incentivar la venta de sus productos al mercado. Otra posible vía de solución es que se formen cooperativas agrícolas, que ya existen en América Latina, como las de productores de cacao, que venden por todos los mercados. Han tenido que agruparse grandes empresarios con pueblos aislados de la selva y ambos salen ganando. Hay que convencer a las nuevas generaciones de que hay posibilidades de ganar interrelacionándose con el resto del mundo, sino vamos a seguir en desigualdades espantosas.
¿Considera que volver a los sistemas antiguos es una solución?
Eso es imposible, pero sí se pueden tomar algunos modelos. Pueden agruparse tomando ciertos principios y adaptando nuevas tecnologías relacionadas con el medio ambiente, pero reconstruir un sistema como el de hace años es imposible. Se puede adaptar y mejorar. Pero hay que hacerlo, porque ahora estamos sobreexplotando los recursos naturales y si no paramos, vamos a seguir siendo afectados por el cambio climático.
¿Cree que las zonas rurales van a terminar desapareciendo con los años?
Si bien se ha visto una disminución enorme con los años, creo que hablar de una desaparición total es un poco exagerado. La gente siempre vuelve a sus pueblos de origen ya sea por familia, celebraciones, festividades, etc. Entonces hacen que aún se mantengan estos lugares, pero ahora ya la demografía es distinta y ha cambiado todo el sistema. Y aquí la inversión gubernamental es esencial para reactivar los pequeños sectores agropecuarios. Si no hay oportunidades para los pequeños sectores, el impacto de la migración hacia las ciudades va a seguir acrecentando problemas, como delincuencia y narcotráfico. La educación pública de calidad se ha reducido en zonas rurales, la infraestructura ha cambiado, ahora ya no hay tantos caminos en el campo, todo está siendo invadido.
¿PARA QUÉ NOS VISITÓ?
Evento: Seminario extracurricular PEA “La ciudad autopoiética”
Organizador: Programa de Estudios Andinos
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