¿Qué representa la elección de Donald Trump en EE.UU. y de Jair Bolsonaro en Brasil? ¿A qué se debe esta tendencia hacia la ultraderecha?

La manera más sencilla de contextualizarlo es hablar de alienación universal. Abarca aquello que vivimos en nuestras sociedades, donde es muy difícil encontrar un trabajo que tenga sentido más allá del salario. La vida cotidiana genera muchas presiones, la gente está alienada de sus entornos, de los procesos políticos y siente que nadie habla por ellos. En una población alienada, hay mucha ira contenida que se expresa en este comportamiento político, que podría ser definido como pasivo-agresivo. Este es un momento en el cual la derecha desarrolla una propuesta que otorga una base y un sentido a la vida de las personas, a través de la validación de discursos como el nacionalismo, la superioridad de una raza o cualquier cosa posible. No es un accidente que la derecha se imponga tanto en Brasil como en Estados Unidos, y en países como Hungría, Polonia, India o Filipinas. Vemos el surgimiento de todo tipo de movimientos de una derecha populista, casi fascista en algunas instancias.

El resurgimiento de los movimientos de derecha se produce luego de la decepción por el desempeño de partidos señalados como progresistas. ¿Cuáles son las razones de este descontento popular?

La izquierda ha tomado parte en la creciente alienación y decepción que muchos sienten. La promesa de los movimientos de izquierda sobre un mundo mejor ha quedado profundamente desacreditada. Esto ha reconectado a una población que tiene rabia con ideas radicales. Hay un peligro latente en este descontento de las masas alienadas y casi siempre la derecha pone la culpa en otros: migrantes, judíos, musulmanes, mexicanos, sirios. Esto es patrocinado por los medios capitalistas que no van a tolerar que se diga que el problema es el capitalismo y sus formas de producción irracional.

¿Y la corrupción?

Es muy interesante que el libre mercado capitalista, definido como un sistema autosuficiente, necesite usar otros medios para mantener su rentabilidad. Porque, en los últimos 20 o 30 años, las corporaciones necesitan cada vez más subsidios públicos para sobrevivir. Esto nos lleva a formas de corrupción que son legales. Por ejemplo, Amazon, una de las más poderosas compañías del mundo, exige que cada ciudad de EE.UU. donde abre una sucursal le brinde las mejores tasas de impuestos y subsidios para funcionar en las comunidades. Esto es un soborno. ¡Amazon no necesita subsidios públicos!

¿Cómo observa la concentración de la riqueza mundial en pocas manos?

Esta concentración de riqueza en las oligarquías es obscena, al punto de que realmente no comprendo por qué la gente no se moviliza al respecto. Debemos cambiar las concepciones sobre cómo entender la situación actual de inequidad y qué hacer para cambiarla. Si te acercas a los millonarios de Nueva York y les preguntas por qué no invierten en mejorar el transporte público, que es un desastre, ellos te dirán que no es su problema porque ellos ‘se trasladan en helicópteros’. Los medios masivos de comunicación rara vez prestan atención a aquello que escribo o digo, que es una manera alternativa de entender lo que ocurre. Y, por cierto, otros escritores y pensadores también han expresado ideas similares. Entiendo que haya desacuerdos entre posturas, pero hay un debate periférico en la sociedad sobre lo que está mal y por qué el sistema promueve este desastre. Es alarmante que muchas universidades y medios de comunicación se rehúsen a incentivar esta discusión.

¿De qué manera el pensamiento de Marx puede ayudar a comprender el sistema capitalista y pensar en otras perspectivas?

Él escribió un análisis sobre las leyes del movimiento del capital y, dado que este flujo domina el mundo, pienso que sus ideas hoy son más relevantes que nunca. En mis clases, trato de explicar esto de una manera accesible para muchos. Tengo cursos gratuitos online sobre El Capital e incluso una de mis conferencias sobre el capitalismo cuenta con más de tres millones de visitas en YouTube.