¿Para qué sirven los rankings?
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Eduardo Dargent
Docente del Departamento de Ciencias Sociales
"Los rankings ayudan a presentar a nuestros estudiantes en lugares donde no se conoce el prestigio de la PUCP"
En medio de la crisis que nos tocó vivir a fines del año pasado escuché más de una vez críticas a la importancia que le daba la Universidad a los rankings internacionales. Supuestamente, por preocuparse por ellos, descuidábamos otros aspectos vinculados al bienestar de la comunidad universitaria.
Sin negar que tenemos muchas cosas que resolver como comunidad, creo que es equivocada esa visión de los rankings como algo desvinculado de la mejora de nuestra comunidad, especialmente de las oportunidades y capacidades de nuestros estudiantes.
Comencemos por las ventajas directas. Los rankings sirven para que los y las estudiantes puedan acceder a mejores programas de posgrado y empleos. Es muy distinto escribir hoy una carta de recomendación académica o laboral señalando que la universidad es calificada consistentemente entre las mejores treinta de América Latina que hace unos años, cuando nuestra posición era mucho más baja. Los rankings ayudan a presentar a nuestros estudiantes en lugares donde no se conoce el prestigio de la PUCP.
Pero no hay que ser tan utilitario para apreciar los cambios positivos que nos están mostrando los rankings. Sus indicadores buscan medir mejoras en la calidad de los docentes y el trabajo académico. Docentes que publican en revistas indizadas de alta calidad, por ejemplo, no solo nos dan puntos en un ranking. Los que pueden hacerlo tienen características valiosas para un centro de estudios: suelen estar al día de una serie de discusiones y avances en sus campos, y cuentan con redes internacionales que aseguran una vida académica más rica a la Universidad. Por ejemplo, nos permiten tener visitantes interesantes y brindan contactos para sus propios estudiantes que quieran seguir estudios de especialización. Solo basta mirar el reciente convenio entre la sección Física de la PUCP y el MIT.
Si se trampea, los rankings no medirán siempre calidad. Hay formas de subir en los rankings sin hacer mejoras de fondo. Por ejemplo, contratando profesores para que publiquen, pero apartándolos de la docencia y la investigación colaborativa. Sin embargo, creo que esos no son problemas que tengamos en la PUCP. Al revés, considero que comenzar a preocuparnos por los aspectos que buscan evaluar los rankings ha llevado a mejoras de calidad aceleradas y que deben seguir consolidándose.
Por supuesto, los rankings no lo son todo y es bueno mirarlos críticamente. Hay que cuidar que, por ejemplo, por centrarse en el tipo de publicaciones valoradas en los rankings (artículos indizados), podamos dejar de producir otras publicaciones también importantes para la PUCP y el Perú, como libros en editoriales de prestigio.
Si se hace con seriedad, subir en los rankings se traducirá en mejores conocimientos y oportunidades para nuestros estudiantes y docentes. Una suerte de brújula que nos garantiza que vamos por el camino correcto.
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