El 97% de los profesores encuestados declaró haber aplicado en su práctica pedagógica lo aprendido en los módulos de capacitación"

La evaluación de la capacitación es un tema que cada vez cobra mayor relevancia en las organizaciones, ya que se configura como un elemento clave para conocer, entre otros aspectos, el valor que la acción formativa le agrega a la práctica del colaborador. A través de ella se puede verificar la pertinencia del programa de capacitación, detectar otras posibles necesidades o mejorar las acciones desplegadas.

Actualmente, existen diferentes modelos que avalan la importancia de medir la efectividad de la capacitación y su impacto en las organizaciones. En este sentido, el profesor y ex Presidente de la Asociación para el Desarrollo del Talento, Donald Kirkpatrick propone una evaluación de la capacitación a través de cuatro niveles: Nivel 1 – Reacción: conocer la percepción de los participantes respecto a las actividades de capacitación; Nivel 2 – Aprendizaje: medir el grado en el que los conocimientos han sido adquiridos; Nivel 3 – Transferencia: identificar si el aprendizaje es aplicado en las labores; y finalmente, Nivel 4 – Resultados: determinar si los resultados obtenidos han impactado en el desarrollo de la organización. De igual manera, el investigador Jack Phillips, años más tarde, desarrolla una metodología agregándole un quinto nivel que mide el Retorno de la Inversión o ROI, por sus siglas en inglés.

Ahora bien, un plan de capacitación dirigido a docentes, incluirá entre sus objetivos el desarrollo de ciertas competencias que permitan mejorar su desempeño en los quehaceres educativos. Para ello se desplegarán una serie de acciones que van desde la detección de las necesidades de formación, hasta la puesta en marcha del programa de capacitación. Sin embargo, ¿qué sucede con todos esos conocimientos, habilidades y actitudes adquiridos una vez que los docentes regresan al salón de clases? En términos del modelo de Kirkpatrick, ¿cómo saber si estos se están transfiriendo del contexto formativo al entorno laboral?

Es justamente para examinar esto último que, en la Dirección de Educación Continua, se aplicó una encuesta dirigida a los docentes que fueron capacitados por el Instituto de Docencia Universitaria, durante el 2018 y el primer semestre del presente año. El objetivo fue obtener información, a través de una encuesta de autoevaluación, acerca de su desempeño en el aula luego de haber culminado el programa de capacitación.

Es así que el 97% de los profesores encuestados declaró haber aplicado en su práctica pedagógica lo aprendido en los módulos de capacitación, destacando los talleres de Planificación de las Clases, Estrategias para Promover la Motivación y Evaluación del Aprendizaje como aquellos que les permitieron transferir con mayor facilidad las competencias adquiridas.

De igual manera, el 50% manifestó que su rendimiento en la labor docente había mejorado, luego de la capacitación recibida y un 53% indicó que, además, había contribuido a su motivación profesional. Finalmente, un 57 % declaró haber implementado una práctica innovadora en el aula gracias a las competencias desarrolladas en el programa de capacitación.

Los resultados obtenidos muestran, en un primer momento, que las acciones de capacitación han generado cambios positivos en los conocimientos y la conducta de los docentes. De todos modos, se deberá tener en cuenta información que complemente dichos hallazgos, como la percepción de los alumnos respecto a esta aplicabilidad. Esta información ha de ser usada para retroalimentar el proceso, lo que a su vez permitirá tomar mejores decisiones, garantizando la calidad del proceso de capacitación de los docentes en beneficio de los participantes de Educación Continua de la PUCP.