Facebook: ¿En qué momento se convierte en una adicción?
Hace 40 años se hizo la primera llamada desde un celular sin pensar en las distintas tareas que podría cumplir en el futuro. Ahora, los smartphones lejos de ser una fantasía futurista, forman parte de nuestra cotidianeidad. Cabe preguntar nos cómo afectan nuestra salud mental.
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Paloma VeranoFotografía:
Stefany Aquise
La psicóloga clínica y docente del Departamento Académico de Psicología la PUCP, Victoria Arévalo, explica que no existe una necesidad real de estar conectados. “El hecho de interactuar con otras personas y recibir comentarios y retroalimentación de los demás hace que uno sienta una emoción positiva, ya sea tranquilidad o alegría. Hay un efecto gratificante, a través de las redes la gente tiene un soporte, se enteran de otros amigos, los ayudan, están ahí”, sostiene la especialista.
Sin embargo, la gratificación también puede estar causada por sentimientos negativos. “Hay gente que tiene necesidad de conectarse para agredir, como el llamado ciberbullying: el hostigamiento a amigos a través de esta plataforma”, afirma la doctora Arévalo.
En este sentido, se establece un mundo paralelo que puede cautivar a los usuarios, de manera que descuidan sus actividades en el “mundo real”: se postergan otras actividades, algunos jóvenes pueden preferir permanecer conectados a acudir a reuniones e interactuar con sus pares. “Esto afecta más aún a las personas que tienen mayor dificultad en socializar o problemas de timidez”, puntualiza.
Esta adicción a Facebook se extiende también a otros ámbitos, al punto de que podemos hablar de una adicción cibernética. Un estudio publicado en Estados Unidos por la firma de investigación IDC, sostiene que las aplicaciones más revisadas por los usuarios de smartphones de 18 a 44 años, son el correo electrónico, el navegador y Facebook, esta última puede ser revisada hasta 14 veces al día.
La doctora Arévalo propone una negociación entre los adolescentes y los padres para eliminar la dependencia. “Esto se puede lograr haciéndoles notar a los usuarios que si están más de 10 horas conectados, pierden experiencias, relaciones sociales y bajan el rendimiento académico. Llega un momento en el que la persona se da cuenta que más es lo que pierde, que lo que gana”, finaliza.
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