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“La Virgen María ayuda a descentrarse a uno de sí mismo”

Mayo es el mes de la Virgen María, la madre de Jesús. Su figura es de vital importancia para los católicos, pues ha sido ejemplo de madre, de santa y de discípula. El padre Luis Fernando Crespo, de Departamento de Teología, analiza la importancia de María para nuestra religión, su influencia en Jesús y en nosotros mismos y la importancia que tiene, incluso, para personas alejadas de la creencia católica.

  • R.P. Luis Fernando Crespo
    Profesor del Departamento de Teología
  • Texto:
    Gonzalo Silva
  • Fotografía:
    Mario Lack

La importancia de la Virgen María en la religión católica

Tiene una importancia grande, relevante desde los primeros tiempos del cristianismo. En las primeras comunidades cristianas, en las iglesias del Oriente y Occidente, aparecen íconos. No es una mujer enclaustrada en sus ideas, sino que se abre a lo nuevo. La encontramos en el comienzo de la vida de Jesús, pero también en el inicio de la Iglesia, después de la muerte y resurrección de Jesús. En el Evangelio de San Juan encontramos a María en el primer signo de Jesús, en las bodas de Canán. Curiosamente estaba muy atenta a lo que pasa: “no tienen vino”.  Y después encamina a los sirvientes: “hagan lo que Jesús les diga”. Resaltaría que fue una mujer sencilla, de su pueblo, abierta a lo nuevo que viene de Dios y capaz de cambiar su vida en un sentido nuevo en fidelidad a la palabra del Señor.

La influencia de María en Jesús

No tenemos ningún dato, pero se supone que Jesús aprendió de María (y de José también) lo central de las tradiciones religiosas de su pueblo: en la vida familiar se rezaba y se conocían las grandes tradiciones del Dios liberador, creador, que quiere lo bueno y lo justo para los seres humanos, el que está al lado de los pequeños y de los pobres, y en María debió encontrar algo muy importante, que es su atención a las necesidades humanas y ponerse al servicio de los demás. Esa doble dimensión en María (apertura a la palabra de Dios y estar atenta y servidora de las necesidades humanas) fue aprendida por Jesús. ¿De quién lo iba a aprender si no? Y cuando Jesús dice “yo no vine a ser servido, sino a servir”, lo aprendió de su mamá.

María en su labor como madre

Como madre fue muy respetuosa del camino de su hijo sin pretender determinarlo y sin entenderlo todo. El episodio aquel en el que se pierde el chiquito en el templo: “Hijo, ¿por qué nos ha hecho esto? Tu padre y yo te estamos buscando”. Él les responde: “debo ocuparme de las cosas de mi Padre”. Ella no entendió nada y no obstante siguió fiel. En otros momentos María sale al encuentro de Jesús y parece que este no le da mucha importancia. Una mujer del pueblo le dice a Jesús: “feliz el vientre que te llevó, los pechos que te alimentaron…” y Jesús responde: “felices los que cumplen la palabra de Dios”. Se está refiriendo a su madre. Para Jesús ese es el gran elogio que hace para María como creyente y, de alguna manera, como discípula.

María fuera del catolicismo

En las iglesias reformadas es importante, al igual que en las iglesias luteranas y anglicana. En las iglesias de origen calvinista disminuye, y en las confesiones nuevas, las más recientes, con la idea de eliminar los cultos a los santos, también hacen casi desaparecer la imagen de María, yo creo que sin fidelidad al Nuevo Testamento.

María por encima de otros santos

Ninguno ha tenido una relación tan directa como ella, como madre, con Jesús; también porque reconocemos que estuvo desde el inicio de la Iglesia (Pentecostés) y porque tuvo la actitud de dirigirse hacia Jesús. San Agustín, un santo del siglo cuarto e importante como filósofo y teólogo, decía: “María es más digna por ser discípula que por ser madre biológica de Jesús”. María es el modelo de lo que tiene que ser un auténtico cristiano, por encima de cualquier otro santo. Pero también ha habido distorsiones, la ponen tan en el centro que parece opacar a Jesús. Esto me parece que ha sido algo erróneo.

María como centro de la religión católica

Creo que es un error porque el central es Jesús. A quien reconocemos como hijo de Dios, como salvador es a Jesús, no a María. Y María es muy importante en la medida que nos conduce a Jesús. Ese sería un buen criterio para juzgar si una devoción a la Virgen está bien fundamentada o no, en la medida que no se nos constituya como centro, sino que nos guíe a Jesús. A María la exaltamos tanto, pero ella nunca se consideró centro, está atenta a si hay o no vino, va a visitar a su prima Isabel… No es una mujer centrada en sí misma. Diría que este es un mensaje para los hombres y mujeres de esta época, que estamos tan centrados en nosotros mismos, en nuestros intereses, María ayuda a descentrarse a uno de sí mismo, como lo hizo Jesús, que no vino para que lo sirvan, sino para servir a los demás.

La Patrona María

La ven muy cercana y ven en ella las cualidades de la madre que sabe cobijar, acoger. Esa figura es muy importante en nuestra realidad, cuando hay pobreza, violencia familiar, la figura de la madre me parece muy bien con tal de que no ocupe el centro que los cristianos reconocemos que tiene Jesús.

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