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Transporte en Lima: "Vivimos en una esquizofrenia total"

El Mg. Juan Carlos Dextre, jefe del Departamento de Ingeniería y Presidente del Comité de Movilidad y Urbanismo de la Fundación Transitemos, conversó con nosotros sobre los problemas relativos al tránsito vehicular en Lima.

  • Juan Carlos Dextre
    Docente del Departamento de Ingeniería
  • Texto:
    Luciana Alva

¿Cómo es el tráfico en Lima?

Cada ciudad tiene sus propios problemas, sin embargo, digamos que hay dos tipos de ciudades bien opuestas: aquellas ciudades que saben que no pueden acomodar a todos los autos en la ciudad y por lo tanto tratan de promover el transporte público, la caminata, las bicicletas; y aquellas ciudades que equivocadamente creen que construyendo un poco más de pista o de intercambios viales van a poder mejorar el tránsito. La ciudad que promueve construir infraestructura para acomodar los autos viene del sueño americano de los años 70, que pensaban que el bienestar de la gente estaba ligado a que todo el mundo pudiera irse a cualquier sitio en auto para tener una libertad total. Ese sueño americano les ha costado muy caro, porque ellos gastan más o menos 300 mil millones de dólares para mantener ese sistema al año. Y por otro lado están las ciudades europeas, que al ser el viejo continente y no poder destruir las ciudades para poner autopistas, han tenido que irse por el lado de la gestión del tránsito, gestión de la demanda: un transporte público potente, espacio público de calidad, invita a que la gente camine, que la gente use bicicleta, y que el auto se utilice solo cuando realmente es necesario.

¿Y qué sucede en Lima?

Vivimos en una esquizofrenia total. A veces nos dicen que el transporte público es fundamental, a veces nos dicen que hay que construir más autopistas, más intercambios viales, porque la gente no tiene claro qué tipo de ciudad quiere tener. Entonces, así como vamos, los problemas de congestión, de contaminación, de tiempo perdido, lamentablemente van a aumentar.

¿Cómo se puede controlar esta situación?

Lo único que se puede hacer y que a mediano o largo plazo significaría alguna mejora sustancial en la ciudad es tener un sistema de transporte público integrado, que la gente quiera utilizar. Porque sin eso, cada vez la gente quiere usar más su auto. Hace 10 años se vendían más o menos 12 mil autos al año, ahora se venden 250 mil. Cada año le estamos aumentando a Lima por lo menos unos 150 mil vehículos más, lo cual es insostenible si es que no pasamos a tener un sistema de transporte público potente para luego hace restricciones del uso del auto.

¿Qué se puede hacer respecto al transporte privado?

Las restricciones no se pueden hacer mientras no exista un transporte público potente, porque el mensaje es bájate de tu auto y súbete al tren, o súbete al metropolitano, donde puedes viajar más o menos cómodo; no puede ser el mensaje bájate de tu auto y súbete a una combi asesina.

¿En cuánto tiempo podríamos llegar a tener el sistema de transporte público que necesitamos?

Si fuera ese el primer objetivo del país, y no solamente del municipio, sino del gobierno central y estuvieran enfocados en eso, en cinco años podríamos cambiar el transporte de la ciudad.

¿Qué hace falta para lograrlo?

Hace falta primero tener claro hacia dónde ir. Si te das cuenta, cada vez que cambiamos de alcalde nos venden un cuento diferente. Entonces estamos dando tumbos. En la anterior administración, la reforma del transporte se inició. Con esta administración parece que la reforma ya no va a ir. Si no apuesta por el transporte público cuando esta administración se vaya el caos en el transporte va a ser peor.

¿Cómo podemos romper este círculo?

Hay ciudades que lo han roto porque llegó un líder que tuvo la visión de cambiar la ciudad. En Curitiba fue Jaime Lerner, en Copenhague hay una influencia muy fuerte de Jan Gehl, un urbanista famoso que también ha promovido el transporte público. En Bogotá, cuando llegó Antanas Mockus hace muchos años a la alcaldía, él llegó con la idea de hacer cultura ciudadana. Cambió el chip de las personas para que la gente quiera un poco más a su ciudad. Y él se pasó todo su periodo haciendo eso y no hizo «obras». Después llegó Enrique Peñalosa y lejos de criticar a Mockus, lo que dijo fue “Mockus ha preparado a la ciudad para las grandes reformas”, y comenzó a hacer el Transmilenio. Salió Peñalosa y volvió a entrar Mockus, y lo primero que dijo fue “en mi primer gobierno no tuve fuerza para llegar a hacer cosas, solamente quise cambiar la cultura ciudadana en la ciudad, y esta fuerza que me faltó a mí la ha tenido Peñalosa, y ahora voy a continuar lo que él ha iniciado”. Bogotá mejoró mucho con Mockus y con Peñalosa en un periodo de 12 años. La visión de esos dos alcaldes, que no son del mismo partido, permitió que Bogotá mejorara muchísimo su espacio público y su transporte. Eso nos falta. Nos falta tener un horizonte claro, que la gente sepa hacia dónde va la ciudad, y que no nos vendan una nueva ciudad cada cuatro años.

El Perfil

Nombre: Juan Carlos Dextre

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