“Sendero Luminoso es un síntoma de la sociedad peruana”
Gonzalo Portocarrero reedita «Razones de sangre: aproximaciones a la violencia política» (1998), libro esencial para entender el fenómeno del grupo terrorista Sendero Luminoso en el Perú.
Fotografía:
Jorge Ruiz
Gonzalo Portocarrero, docente del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, realizó, hacia finales de la década de los ochenta, una investigación sobre Sendero Luminoso y los discursos generados en diversos grupos de la sociedad peruana sobre esta organización criminal. Para realizar la investigación conversó con artistas, intelectuales, políticos, jóvenes universitarios, miembros de las Fuerzas Armadas e incluso miembros del propio Sendero Luminoso (SL). El resultado de esta investigación se publicó en Razones de sangre: aproximaciones a la violencia política que se reedita luego de quince años.
En 1998, había una necesidad, ya no solo de conocer la historia de la formación del grupo, sino de entender las lógicas a través de las que se establecían los discursos sobre SL, discursos sobre la fascinación y el miedo que generaba esta organización en la sociedad. «La publicación muestra un panorama de la época. Pudimos encontrar que SL encendió los miedos de la sociedad peruana representados en la insurrección de la indiada o la guerra de razas, que podría llevarnos a un espiral de violencia incontrolable”, resalta Portocarrero y agrega: “Sendero es un síntoma de la sociedad peruana, es algo que se vino cocinando desde siempre y que eclosionó de una manera brutal”.
El libro mantiene vigencia porque aún hoy el fantasma de Sendero sigue vigente, aunque el Sendero de hoy no es el mismo del de los años ochenta. «Aparentemente en el Movadef hay una renuncia, tal vez táctica o tal vez definitiva, a la violencia. Se ha agregado un componente ecologista, se ha introducido una faceta étnico-indígena y, finalmente, está la novedosa política de generar alianzas con otras fuerzas, algo que ni siquiera era contemplado por Sendero”, dice Portocarrero.
Fuera de China y algunos pocos países -el Ejército Rojo alemán o las Brigadas Rojas italianas o algunos grupos pequeños y vanguardistas en América Latina- el maoísmo que reivindicaba Sendero Luminoso como parte de su ideología no tuvo mayor influencia y llama la atención la manera cómo esta perspectiva del marxismo tuvo tanta llegada y convocatoria en nuestro país. Para el autor la respuesta tiene que ver con el trasfondo colonial de la sociedad peruana, Sendero convoca a liberarse de los resentimientos a través de la violencia. La misma figura de Abimael Guzmán partía de un elogio, una glorificación, de la violencia, a la que consideraba esencialmente revolucionaria. Es decir, si su proyecto era derrotado hacía evidente el carácter genocida de la reacción representada por el gobierno.
Este libro se hace vigente ahora pues insiste en un tema fundamental: la sociedad peruana enfrentó mal al Sendero Luminoso de los años ochenta, pues se respondió a la violencia con más violencia. La lección, añade Portocarrero, es que se pudo evitar tanta violencia si se hubiera utilizado más inteligencia policial. En una organización piramidal como SL hubiera sido mejor concentrar esfuerzos en desarticular a la cúpula antes que enfrentarlos militarmente.
Razones de sangre: aproximaciones a la violencia política. Lima : PUCP. Fondo Editorial, 1998. 2da. reedición.
Precio: 42 soles en Librería PUCP
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