“Cada vez me gusta más escribir y cada vez menos, ser escritor”
Han dicho de él que es el Borges pop. Lector voraz y escritor multirreferencial, Rodrigo Fresán es uno de los escritores latinoamericanos más reconocidos en la actualidad. Sus influencias exceden el campo de la literatura y van desde las cintas de Stanley Kubrick hasta las canciones de los Beatles. Escribe sin un horario determinado. No le gusta el fútbol ni las redes sociales. Dice que, como los Rolling Stones, esta es una de sus últimas giras como escritor.
-
Rodrigo Fresán
Escritor argentino
Texto:
Miguel Sánchez FloresFotografía:
Felix Ingaruca
¿Qué tiene la palabra escrita que no tiene la imagen, la oralidad o la música?
Siento que cada vez le presto menos atención a la música o al cine y que mis intereses ya no tienen mucho que ver con la actualidad. No tengo problemas con escribir sobre los discos de Bob Dylan, pero escribir sobre lo último de U2, por ejemplo, ya no me interesa tanto. Por el contrario, la palabra cada vez me importa más. Se me hace especialmente interesante como material de trabajo en una época en la que estamos bombardeados por la cultura audiovisual. Ahora soy un defensor de la escritura en una época de poco estilo.
¿Pero se dice que es una época en la que se lee y escribe más gracias a Internet?
Se alienta cierto tipo de escritura y lectura donde el estilo no es muy importante. La gente que antes leía en el transporte público, ahora solo actualiza su perfil social con tonterías. Me inquieta, además, que los grandes conglomerados informáticos hayan conseguido lo que las agencias de inteligencia nunca pudieron: que la gente entregue voluntariamente toda su información y vida privada sin ningún tipo de cautela. Creo que algo va a pasar; en algún momento, mucha gente se va a arrepentir de haber dicho tanto.
¿No crees que la tecnología facilita las cosas?
Lo que me ofrece Google lo hago yo mismo desde hace años y, para mí, es un esfuerzo gratificante. Soy un maníaco referencial unplugged. Desde siempre me ha interesado la idea de establecer conexiones más lentas, que te obliguen a una reflexión sobre cada una de las etapas en las que te detienes.
¿Un buen escritor tiene que ser un lector paciente y voraz?
Los casos muy contados de grandes escritores que, supuestamente, no habían leído nada, fueron siempre desmontados. Se pensaba en algún momento que Mark Twain o Jack Kerouac eran una especie de buenos salvajes que no habían leído nada, pero luego se demostró que ambos eran lectores voraces, conscientes y totales. Me parece muy rara la gente que se pone a escribir sin leer y eso con Internet cada vez lo veremos más.
Ahora, también hay muchos escritores que no escriben.
Me inquieta mucho la imagen del escritor profesional, del Kent escritor o la Barbie escritora, a quienes se les pone un librito de plástico en la mano y que gustan más de los festivales, los viajes y las entrevistas. Algo con lo que coincido con el personaje de mi última novela La parte inventada es cuando dice: “Cada vez me gusta más escribir y cada vez menos, ser escritor”.
¿Cuánto de parte inventada hay en la figura de un escritor?
Me interesan mucho los personajes escritores, tengo una idea muy romántica de la figura de ellos. Para mí, es una vocación infantil, nunca quise ser otra cosa. Soy un gran consumidor de escritores, de sus vidas, cartas y biografías.
¿Crees que todo escritor debe aspirar a la obra total?
En todos los órdenes de la vida, uno tiene esa pretensión, ya sea en el amor, la paternidad o, incluso, si te gusta, en el fútbol. Es un anhelo muy ligado a la idea de ser humano.
Ahora que has mencionado el fútbol, ¿cómo hace un argentino que vive en Barcelona para rehuirle?
Nunca me interesó el fútbol. Últimamente veo más televisión porque siento que el bombardeo absoluto de tanta tontería que propone es la única manera de desconectarme. Consigo llegar a una especie de nirvana tóxico cuando escucho lo que dicen los relatores de fútbol y lo mismo con la prensa rosa. Me relaja, es una especie de lobotomía parcial.
¿Ni siquiera el mundial te entusiasma?
No me interesan los deportes colectivos. Siempre me parecerá más admirable un tenista que el mejor futbolista, quizá por una cuestión de soledad. He ido un par de veces al estadio del Barcelona. He visto jugar a Messi y me doy cuenta de que es extraño lo que hace, es diferente. Hay momentos en los que pareciera que él se mueve en cámara lenta y los otros están acelerados, y hay otros en los que sucede todo lo contrario. Parece un personaje de Philip Dick, un mutante, y reconozco que hay algo de particular y posiblemente genial en lo que hace, pero solo hasta ahí llego.
El Perfil
Nombre: Rodrigo Fresán
Deja un comentario