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Noticia

"Se nos vende por cultura cosas más relacionadas con el espectáculo y el mercado"

Gumersindo Lafuente es el director adjunto del diario El País de España y visitó el Perú para participar del I Encuentro Internacional de Periodismo Cultural realizado en en el Centro Cultural de España. Anteriormente, fundó y dirigió el portal soitu.es, medio digital que se caracterizó por presentar un estilo participativo e independiente, adelantado a su época. Pese a que contaba con una enorme audiencia, la crisis y la ausencia de un inversionista valiente cortaron el proyecto luego de 22 meses. «Estamos convencidos de que una parte importante del futuro de nuestro oficio está en la conversación con los lectores», escribió Lafuente en su carta de despedida.

  • Texto:
    Luis Yáñez

Si bien es cierto que definir lo que es y lo que no es cultura puede resultar un debate complicado y difícil de resolver, ¿vale la pena preguntarse qué es el periodismo cultural?

Definir lo que es cultura puede ser algo fácil o difícil. Soy periodista y prefiero hablar de periodismo. Entiendo que el periodismo cultural es el que se preocupa de estar pendiente de aquellas creaciones humanas que enriquecen nuestra vida de alguna manera. La cultura es algo muy extensa que tiene que ver con la creación artística en el sentido más tradicional pero con un conjunto de cosas que de alguna manera excitan nuestros sentidos. Estamos en Perú y la cultura de la gastronomía es algo fantástico, con lo que se disfruta y se aprende.

¿Cuál es el campo de acción que lo diferencia de otros ámbitos del periodismo especializado?

Yo creo que el periodismo cultural tiene un campo de acción muy extenso. Estamos en un momento en el que el periodismo está atravesando una situación compleja por la llegada de Internet y singularmente por la llegada de las redes sociales, en las que cualquier persona puede expresar su opinión sobre cualquier asunto, incluidos por supuesto los culturales. Hoy más que nunca las audiencias piden criterio, personas con conocimiento que les ayuden a filtrar, a decidir, a comprender. Y en los ámbitos culturales, el criterio especializado es en el que tiene más relevancia.

¿Por qué –a diferencia de la sección política- resulta poco frecuente encontrar investigaciones periodísticas en el campo de la cultura?

Quizá porque el periodismo de investigación se relaciona más con los escándalos políticos y económicos. Eso no quiere decir que en el mundo de la cultura no los haya, intervienen humanos y por lo tanto, ya sabemos que somos bastante imperfectos y que probablemente los habrá. Suelen tener que ver tradicionalmente con asuntos relacionados con la falsificación, con la copia, con la reproducción ilegal. Pero es verdad que el periodismo cultural ha tenido tradicionalmente un tono más amable, quizá es por eso.

En el seminario web “Periodismo cultural en los medios digitales” realizado a principios de este año, Ud. señaló que: “Una cosa es la cultura y otra algo que se puede parecer: la industria cultural, y no siempre coinciden”. ¿A qué se refería?

Estamos en un momento en el que la expresión cultural es algo relacionado con el talento individual y colectivo de las personas y los pueblos y eso no siempre ha de coincidir con la industria cultural, que se dedica a seleccionar talentos y a explotarlos con un fin fundamentalmente económico.

Estamos en una sociedad sofisticada en la que la comunicación se encarga de poner de moda cosas que se nos venden como cultura y que en realidad son productos del marketing. A veces es difícil deslindar una cosa de la otra, pero es como el problema que tenemos cuando hablamos de periodismo y comunicación: parecen lo mismo, pero son cosas bien diferentes. La sociedad tiene herramientas para estar lo suficientemente informada y para tener más conciencia de lo que es una cosa u otra.

¿Cuál es la situación del periodismo cultural en Iberoamérica?

Creo que como otros periodismos, está en un momento en el que, por un lado, los medios tradicionales empiezan a atravesar serias dificultades económicas (sobre todo en América del Norte y en España, en América Latina en menor medida) y eso afecta la calidad del periodismo. Pero por otro lado –y en paralelo- hay una enorme pujanza de nuevas publicaciones, pequeñas o medianas, impresas o digitales, que están demostrando que hay otra manera de abordar los hechos culturales. Revistas fantásticas como Etiqueta NegraOrsaiEl MalpensanteThe Clinic o Frontera D que desde unas plataformas más austeras están haciendo productos de enorme calidad en los que hay historias, textos, fotografías que –y eso es una pena- escasean en otros tipos de medios más masivos.

Ud. fue director de soitu.es, un sitio web de información independiente y sumamente participativo. ¿Qué lecciones rescata de esta experiencia?

Bueno, fueron dos años muy interesantes en los que yo decía entonces que tenía la sensación de estar tocando con la yema de los dedos el futuro de los medios y de alguna forma muchas de las cosas que ahí experimentamos las estamos utilizando no solo en El País, el medio en el que trabajo ahora, sino que las están usando otros medios. Soitu.es fue una aventura fantástica, una mezcla de periodismo y tecnología de última generación y aunque desapareció (seguramente por nuestros errores y desde luego por la crisis), creo que mereció mucho la pena.

La intervención de los lectores en la agenda informativa a través de las redes sociales es cada vez más frecuente e intensa. ¿Satisfacer los gustos e intereses de la gente no puede convertirse a la larga en un arma de doble filo?

Sí. Por eso hay medios de diferente tipo, en Internet los vemos. Medios que fabrican la información a la medida de los gustos y de las peticiones de esa audiencia y saben trabajar para ellos, qué temas provocan más páginas vistas, más seguimiento y sin ningún tipo de timidez lo hacen así. A mí esos medios me interesan menos que los que procuran tener un criterio y hacer un producto con el que obviamente la audiencia se encuentre a gusto pero en el que no siempre a petición.

Lo importante del periodismo es la capacidad de encontrar cosas que tu audiencia no te pide pero si se las ofreces la vas a sorprender porque les va a interesar. Aumentar las miradas, descubrir los talentos: ese es el trabajo del periodista, tenemos que encontrar la manera de discernir, diferenciarnos, ofrecer valor añadido al público frente a otros productos que tienen menos nivel periodístico.

Muchas veces, los medios tradicionales limitan la sección Cultura a la cobertura de movidas artísticas, estrenos cinematográficos, páginas de sociales o de notas de chismes del espectáculo, y se deja de lado una serie de manifestaciones culturales que también merecerían esa atención.

Eso tiene que ver con todo lo que hemos hablado antes. Lo que vende frente a lo interesante pero que vende menos. Siempre ha sido así, tampoco nos vamos a sorprender hoy. El fenómeno cultural de contenido más exclusivo ha tenido menos audiencia. Lo que sí es verdad es que se ha mezclado todo y se nos está vendiendo por cultura cosas que están más relacionadas con el espectáculo y con el mercado. Bienvenida sea si es una entrada hacia asuntos culturales más relevantes para nuevos lectores que estén incorporando los medios.

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