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Noticia

Todos los artistas tienen algo de Tilsa

En este mes coinciden el aniversario del nacimiento y fallecimiento de Tilsa Tsuchiya, reconocida como una de las mejores artistas del Perú. Giorgio di Giovanni, docente del Departamento de Arte, destaca las características que llevaron a trascender e influir en el estilo y técnica de todos los artistas peruanos.

  • Texto:
    Solange Avila
  • Fotografía:
    Fernando Criollo

Pese a que Tilsa Tsuchiya partió a los 55 años, ya era una artista consolidada, con un lenguaje propio, incluso ha influido sobre una gran cantidad de pintores nacionales, dentro de los que se incluye Giorgio di Giovani. “Es de las pintoras peruanas que ha tocado con más acierto la sutileza, la magia, la temperatura», expresa el artista.

Cuando Giorgio di Giovanni era apenas un niño y ni pensaba en ser pintor, pudo conocer la obra de Tilsa Tsuchiya. «Eran imágenes mágicas, no podría definirlas de otra manera, llenas de simbolismos, con una delicadeza sublime”, comparte el artista. Pero el tiempo ni su formación alteraron su apreciación, «cuando fui más consciente y ya me dediqué a estudiar arte, la pude valorar con mayor criterio. Ahora lo reafirmo: es una de las pintoras más grandes que ha tenido el Perú», declara categóricamente.

“En algún momento de todos los pintores nacionales está Tilsa”, establece el docente y pone de ejemplo la primera época de Tola, donde dibujaba personajes retorcidos; también considera que es innegable la presencia de Tsuchiya en los trabajos de Alberto Quintanilla y Venancio Shinki. “Las obras de Tilsa tienen delicadeza y potencia rotunda. Es un referente muy fuerte, sus imágenes atrapan. Uno no puede quedarse más que maravillado frente a estas imágenes, porque son de una sinceridad absoluta”, señala di Giovanni, quien además asegura que “nadie va a decir que esa obra no sirve o que es mala”.

Todo lo que marca en la vida, marca en el lienzo

Tsuchiya, se consagró como una genio, al ser creadora de un universo y una atmósfera particular, de personajes y elementos marinos. “Un pintor es un conglomerado, un catalizador de todo lo que ha percibido desde que nació. Lo que se vive siempre es volcado de manera inconsciente en el quehacer artístico”, comenta, pues las raíces japonesas y peruanas son evidentes en su obra, como su paso por Europa que también se hace manifiesto. Además, di Giovanni rescata la capacidad de la artista de poder decir tanto con tan poco. “Sus cuadros son escuetos, aparentemente, pocos elementos, pocos colores, pero es el trabajo de veladura que no se sale de la armonía de colores”, explica.

Los alumnos de la Facultad de Arte también recurren a Tsuchiya, especialmente cuando estudian veladuras, es decir, capas muy aguadas de pinturas que se van cargando una sobre otra, tomando cuerpo, de modo que todas las capas sean visibles. “La artista tenía una técnica muy particular para hacer veladuras. Ahí va lo delicado de la técnica, lo meticuloso lo “oriental” de la dedicación a su trabajo. Ella hacía esta técnica de veladura magistralmente”, destaca el docente. Di Giovanni aprecia mucho la labor de la artista, sobretodo porque es evidente que ha esta mucho tiempo trabajando en la tela. “Las imágenes de Tilsa parecieran no ser hechas de pinturas, de pigmentos, sino de aire, de agua, como si por ahí no hubiera pasado un pincel. La imagen es etérea, una maravilla. Hay una minuciosidad “japonesa” en su trabajo, es innegable”, finaliza.

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