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Noticia

“Las tuberías del Oleoducto Norperuano han cumplido su vida útil”

Así lo cree el Mg. Freddy Rojas, experto en energía y medioambiente de la PUCP, de acuerdo con la cantidad de derrames de petróleo ocurridos en nuestro país, los cuales podrían incrementarse.

  • Texto:
    Diego Grimaldo
  • Fotografía:
    Archivo Histórico PUCP

En medio de las críticas hacia Petroperú a causa de los dos derrames ocurridos hace unos meses en diferentes tramos del Oleoducto Norperuano, uno fue particularmente fuerte –y certero–, el del ministro del Ambiente, Manuel Pulgar-Vidal: “Ese ducto requiere un mantenimiento urgente. Hay que tomar medidas preventivas y correctivas. Tienen que bajarle la presión al bombeo de petróleo, porque se van a seguir produciendo roturas, este es un ducto viejo de 1974”. Y razón no le faltó, pues hace unos días se produjo un nuevo incidente en el distrito de Barranca, en Datem (Loreto).

“Ya lo había dicho el ministro del Ambiente. El oleoducto tiene muchos años de antigüedad y todos estos accidentes están dando a entender que las tuberías han cumplido su vida útil”, asegura el Mg. Freddy Rojas, profesor del Departamento de Ingeniería, experto en energía y medioambiente. “PetroPerú no puede atribuir la fractura del ducto a la naturaleza, pues, seguramente, lo ocurrido se debe a una mala gestión”, añade.

Según Rojas, existen tres factores básicos a considerar respecto a la situación del oleoducto y que, probablemente, no están siendo bien aplicados por Petroperú: un análisis de riesgo, un plan de mantenimiento y una respuesta efectiva programada ante accidentes como los ocurridos hasta ahora.

“Si Petroperú estuviera haciendo un mantenimiento preventivo, no deberían ocurrir estas situaciones. Debe existir un análisis de riesgo que contemple las características de las instalaciones (y su entorno), es decir, que indique cómo es el suelo, por dónde van las tuberías o qué especies podrían verse afectadas. Esto –a su vez– contempla cuáles serían las respuestas ante algún accidente, qué tipo de equipos se empleará, cuánto personal se desplegará. Asimismo, está el caso del mantenimiento: qué hacer si se cubre de vegetación o si hay humedad. Si todo esto no está bien hecho, pueden darse desastres que, seguramente, se van a atribuir a la naturaleza. Lo que pasa aquí es que cuando se hace un ducto, se le deja olvidado”, comenta el docente PUCP.

Para Rojas, Petroperú no solo debería ser sancionada, sino que se deberían cortar sus operaciones. “No debe verse lo ocurrido como una pérdida económica, pues lo más importante es el tema medioambiental, que no se recupera con facilidad. Si algo similar ocurriera en otro país, si una empresa así no cumple con la parte ambiental, se le suspende, además de multársele. Aquí no ha pasado nada. No tenemos este tipo de respuesta ante casos similares”, refiere.

El Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) reportó en febrero del 2016 que, en los últimos cinco años, el Oleoducto Norperuano había sufrido veinte roturas, cifra que podría incrementarse si no se toman las medidas adecuadas.

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