Ir al contenido principal Ir al menú principal Ir al pie de página
Noticia

Informe PuntoEdu sobre los resultados de las elecciones subnacionales

Partidos debilitados a nivel nacional y una proliferación de candidatos que fragmentaron los votos. ¿Cuál es el mapa político del Perú tras las últimas elecciones regionales y municipales? Expertos PUCP nos ayudan a entender el actual escenario político peruano.

  • Texto:
    Fiorella Palmieri
  • Fotografía:
    Tatiana Gamarra

¿Qué nos dejaron los resultados de los comicios subnacionales del pasado 7 de octubre? Según los expertos, pocas novedades pese al triunfo de Acción Popular en varios distritos de Lima. Y es que la proliferación de candidatos, partidos personalistas, movimientos regionales como vientres de alquiler, outsiders y candidatos cuestionados, así como partidos políticos debilitados y con poca presencia a nivel nacional, han sido nuestro pan electoral desde hace casi 30 años.

El presente

Si nos limitamos solo a describir lo ocurrido en las últimas elecciones, resalta lo siguiente: en Lima Metropolitana, 20 candidatos postularon al sillón municipal. El vencedor, Jorge Muñoz, obtuvo un 36% de las preferencias, y su partido, Acción Popular, ganó en 14 distritos de la capital. Solidaridad Nacional (SN), Fuerza Popular (FP) y Peruanos Por el Kambio (PPK), las agrupaciones más votadas en las elecciones municipales del 2014 y generales del 2016, perdieron su anterior respaldo.

Del mismo modo, las regiones mantuvieron patrones de anteriores comicios: los movimientos locales y regionales se impusieron frente a los partidos políticos “nacionales” (es decir, de Lima); y 15 regiones elegirán a su gobernador en segunda vuelta, ya que ninguna de las múltiples opciones que se presentaron alcanzó la valla del 30% de los votos.

Para el Dr. Fernando Tuesta Soldevilla, docente del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, el mapa político subnacional actual es “preocupante” y una prueba más de la “tremenda debilidad y precariedad de los partidos políticos y organizaciones regionales. “El panorama no ha variado mucho con respecto a los resultados del 2014. Los ganadores son los movimientos regionales. Tanto Alianza por el Progreso, el que ha ganado en más espacios, como Acción Popular, en segundo lugar, siguen siendo partidos con muy poca relevancia subnacional”, afirma el exjefe de la Oficina Nacional de Procesos Electorales (ONPE).

¿Partidos nacionales?

“Quizás sea un exceso del lenguaje denominar como ‘partidos nacionales’ a agrupaciones políticas que, teóricamente, no lo son. Un partido nacional podría ser considerado como tal si sus militantes siguen una determinada ideología, tienen un liderazgo reconocido y, además, cuentan con bases distribuidas geográficamente, lo cual hace que el partido desarrolle raíces en diversos puntos. En el Perú, no hay partidos que tengan bases sólidas en el interior”, señala el Dr. Arturo Maldonado, docente del Departamento de Ciencias Sociales de nuestra Universidad.

Tanto partidos nacionales y regionales presentan características similares. “Son organizaciones de corto alcance en el tiempo, altamente personalistas, no tienen continuidad, y, sin embargo, logran triunfar. El problema es que asumen responsabilidades importantes, que no corresponden con un nivel de organización capaz de responder a estos retos”, apunta Tuesta.

¿Por qué estos partidos no desarrollan una vida partidaria orgánica? La respuesta, según Maldonado, está en su nulo interés por desarrollar proyectos a largo plazo. “Es más fácil falsificar firmas para una inscripción y obtener dinero de empresas para una campaña, que conseguir militantes. En estos momentos, lamentablemente, creo que los partidos políticos no los necesitan para llegar al poder. Muchos locales en provincia son fachadas. Hace unos años, el Jurado Nacional de Elecciones hizo una revisión de estas direcciones y encontró que eran domicilios particulares, establecimientos privados”, lamenta.

Por su parte, Tuesta alerta sobre otro problema: “En las regiones, los partidos nacionales son identificados como partidos limeños. Además, cuando estos negocian con candidatos locales, generalmente les solicitan contribuciones o la colocación de miembros del partido. En cambio, los partidos regionales atraen a los candidatos al no exigirles mucho más que postular con su camiseta. Esto hace que se multipliquen los candidatos a lo largo y ancho de cada región”.

En Lima. “Lamentablemente, Solidaridad Nacional y Fuerza Popular son partidos personalistas. Si no participan Luis Castañeda Lossio o Keiko Fujimori, la votación se desbarata. Castañeda quiso postular a su heredero político para tratar de mantenerse y no pegó. Es el caudillo quien gana el voto”, comenta Maldonado sobre las agrupaciones políticas menos favorecidas en las últimas elecciones. Del mismo modo, el triunfo de Acción Popular en Lima no sería una señal del resurgimiento de esta agrupación. “La alcaldía de Muñoz es prácticamente de él, ya que el aparato político del partido no ha actuado por este triunfo”, indica Tuesta.

Para la Mg. Milagros Campos, abogada y docente del Departamento de Ciencias Sociales de la PUCP, los partidos políticos peruanos todavía mantienen cierta influencia en las candidaturas, pese a que la fuerza de sus candidatos puede llegar a ser aún más potente que ellos. “La marca, el partido, sigue siendo un factor relevante”, indica la especialista en ciencia política. Para ella, el triunfo de Muñoz en estas elecciones tuvo un “efecto de arrastre” en algunos distritos donde los candidatos de Acción Popular no tenían “peso propio” y no aparecían como favoritos en las encuestas locales.

Reelección negada

Durante décadas, los alcaldes han tenido la opción de reelegirse por periodos consecutivos, incluso con múltiples cambios de camiseta. La Ley N° 30305, aprobada en marzo del 2015, prohibió la reelección inmediata de alcaldes y gobernadores regionales. En estos comicios se aplicó la norma por primera vez, pero ¿es realmente efectiva? “Primero, hay que evaluar si ha sido una buena decisión impedir la reelección inmediata de gobernadores y alcaldes. En muchos casos, la norma se desvirtuó y hemos visto alcaldes que han postulado a la reelección en otras localidades, lo cual es una burla a la ley”, responde Campos.

Al respecto, el estudio “La reelección de autoridades regionales y municipales del Perú, 2006-2014”, publicado por los investigadores Jorge Aragón (ver Enfoco) y José Luis Incio en la revista Argumentos (año 8, N° 5), del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), presentó cifras interesantes para discutir la efectividad de esta norma.

Dicho artículo señala que “de las autoridades elegidas (en 2014), solo un 17% de los alcaldes distritales viene de un periodo anterior. En el caso de los presidentes regionales, solo 16% de ellos está por iniciar un segundo mandato consecutivo. Y en el caso de los alcaldes provinciales, solo alrededor de 10% de ellos permanece en el cargo”. En ese contexto, los autores de la investigación concluyeron que la no reelección de autoridades minaría aun más la baja calidad de los políticos en nuestro país y, a la larga, fomentaría el cortoplacismo político y probablemente mayores niveles de corrupción.

“Lo que queremos es incentivar las carreras políticas, algo que se observa en países con democracias consolidadas. La prohibición de la reelección castiga la carrera política. Pienso lo mismo sobre el planteamiento para el Congreso que se discutirá en el referéndum. Lo que necesitamos para fortalecer los partidos es premiar la carrera política y la experiencia, y fortalecer controles y transparencia”, asegura Campos.

Factor corrupción

El informe temático “La corrupción en los gobiernos regionales y locales”, publicado en septiembre de este año por la Procuraduría Anticorrupción, hizo un recuento de 4,225 casos de corrupción que involucraron a 2,059 autoridades y exautoridades regionales y locales, elegidas en las elecciones subnacionales del 2002, 2006, 2010 y 2014. El reporte indicó que, en conjunto, los 205 gobernadores, exgobernadores, alcaldes y exalcaldes que se encuentran sentenciados deben al Estado una reparación civil que alcanza la cifra de S/ 7´727,744.23.

Al respecto, ¿cuál es la responsabilidad de la ciudadanía, capaz de validar sistemáticamente con su voto a perfiles que “roban pero hacen obra”? “Creo que los peruanos suelen ser muy tolerantes con la corrupción. El voto por Castañeda Lossio en el 2014 alcanzó un 57% en Lima Metropolitana, una victoria abrumadora cuando ya se conocía el caso Comunicore, que hubiera podido cancelar su carrera política en otras partes del mundo”, dice Maldonado.

Para Tuesta, la proliferación de partidos “precarios” es el caldo de cultivo para la corrupción. “La falta de control entre los propios miembros da una gran posibilidad de acción y mucha discrecionalidad a las autoridades, que de por sí son débiles para enfrentar los juegos de intereses cuando asumen el poder”, manifestó el exjefe de la ONPE.

Un poco más optimista, Campos considera que los ciudadanos “no quieren votar por candidatos vinculados con la corrupción”. “Por ello, los cuestionamientos a los postulantes a la alcaldía de Lima lograron en pocas semanas cambiar los resultados. Sin embargo, todavía no hemos logrado evitar que compitan candidatos a punto de ser sentenciados o que son investigados”, indica la magíster en Ciencia Política por la PUCP.

Poder de las mujeres. Un aspecto que merece mayor espacio de análisis es la escasa representatividad de mujeres en estas elecciones en las que apenas 19 mujeres en todo el país fueron elegidas alcaldesas distritales y provinciales. En Lima, la única alcaldesa electa fue María Nina, candidata de Acción Popular por el distrito de San Juan de Miraflores. Ninguna representante sumó votos para ser gobernadora regional.

“Esto debe llevarnos a pensar el desafío de mantener una cuota de género. No es fácil que los partidos propongan listas con mujeres en lugares elegibles. Creo que incorporar el voto preferencial complicaría muchos las elecciones, pero sí debemos buscar mecanismos como la alternancia, para que más mujeres estén en posición de ser elegidas. De manera prioritaria, hay que pedir a los partidos políticos que hagan esfuerzos por incorporar mujeres”, expresó Campos. Aunque existe una norma que exige un 30% de participación femenina en los comicios, esta tampoco se cumple, como en tantas otras ocasiones.

Deja un comentario

Cancelar
Sobre los comentarios
Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los comentarios pasan por un proceso de moderación que toma hasta 48 horas en días útiles. Son bienvenidos todos los comentarios siempre y cuando mantengan el respeto hacia los demás. No serán aprobados los comentarios difamatorios, con insultos o palabras altisonantes, con enlaces publicitarios o a páginas que no aporten al tema, así como los comentarios que hablen de otros temas.