Docente PUCP publica sus grabados como parte de un poemario en Chile
Los grabados de la docente Carolina Salinas fueron incluidos en el poemario “La República Ardiente” de Rodrigo Suárez Pemjean. La artista resalta la importancia de encontrar otras plataformas para presentar piezas artísticas además de los espacios tradicionales de exhibición.
Texto:
Sthefanny Carrión Cobarrubias
Carolina Salinas, docente del Departamento Académico de Arte y Diseño colaboró con sus grabados para el lanzamiento del poemario La República Ardiente escrito por Rodrigo Suárez Pemjean. En esta publicación, la artista resalta la importancia de que los estudiantes conozcan otras formas profesionales de presentar los grabados además de las vitrinas en donde usualmente las observamos.
El grabador es un comunicador vital que crea y genera un comentario visual de lo que se vive en cada contexto”.
Carolina experimenta con técnicas de impresión como la colagrafía y el huecograbado. Su investigación en diversas fibras peruanas contienen celulosa para hacer papeles artesanales con fibras vegetales urbanas y rurales del Perú. La artista enseña desde 1990 en nuestra Universidad y fue coordinadora de la Especialidad de Grabado, en tres periodos. Fundó el taller de Grabado Kimkilen y participa de manera frecuente en exposiciones de grabado fuera del Perú.
Entre palabras e imágenes
El lanzamiento del libro –en su versión digital– fue el día jueves 13 de agosto del 2020, en Chile. La obra hace dialogar los textos poéticos de Rodrigo Suárez con las imágenes de la grabadora peruana Carolina Salinas.
La República Ardiente es la tercera obra en la que la artista ha sido invitada para colaborar con sus grabados. En esta ocasión, todas las imágenes son de su autoría y tienen como tema principal la ciudad. Es así que la inspiración de ambos artistas conversan hasta formar juntos este producto literario.
“Esa ciudad que cada uno interioriza pueden ser ideas similares o muy distintas. Nosotros compartimos sensaciones desde Valparaíso y el Callao”, narra la artista. “Es un gran trabajo el transportar una sensación. Si ese viento llegara acá o el viento de acá llegase allá. Graficar las sensaciones para vertirlas en una obra en la que retratamos lo mismo. Yo, a través de la imagen y él, a través del texto”, cuenta.
Fuera de las vitrinas
Sobre este proceso, la artista rescata que existen otras formas profesionales de presentar los grabados además de encontrarlos en una galería. “Se acostumbra ver el grabado en un cuadro detrás de un vidrio, lo que puede hacer que se pierda toda esa cantidad de fuerza que el artista le pone a la obra. El grabador es un comunicador vital que crea y genera un comentario visual de lo que se vive en cada contexto”, indica la docente Salinas.
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