Siempre existió la necesidad de regular los conflictos armados, cómo se llevan a cabo, así como limitar los efectos y los métodos de combate para la protección de personas que no participan. Es por eso que el objetivo del Derecho Internacional Humanitario (DIH) es disminuir los males de guerra, y lograr el balance entre los intereses de las partes en conflicto de forma legítima y la reducción de sufrimiento humano. “El derecho humanitario no contiene reglas que determinen cuándo debe iniciar o terminar un conflicto, no dice si la guerra tenía una causa justa o no, o si una parte tenía derecho o no a iniciar la guerra”, asegura Chacón.

La abogada también comenta cuándo se aplica o no el DIH, debido a la complejidad de los conflictos armados. El DIH se aplica sin importar si es o no una guerra declarada, así como la intensidad de las hostilidades; o si la ocupación es parcial o total, es decir, el ejercicio efectivo del territorio de parte del ocupante sobre el ocupado. También se considera como conflicto la lucha contra la dominación colonial, la ocupación extrajera, los regímenes racistas y cuando se afecta el ejercicio del derecho de los pueblos a la libre determinación.