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Noticia

Por siempre, Quino

Tras casi seis décadas luego de que el mundo conociera su primera historieta, el creador de “Mafalda” no solo mantiene la vigencia de los clásicos sino que reúne cada vez más adeptos. A propósito del cumpleaños número 80 de Quino, Celia Rubina, docente del Departamento de Comunicaciones y fiel devota del genio argentino, comparte algunas reflexiones en torno a su obra, casi tanto como carcajadas al recordarla.

* Nota original publicada el 17 de julio de 2012, en celebración de los 80 años del querido Quino.  

El 9 de noviembre de 1954, el semanario “Esto es” publicó la primera gráfica de Quino. Desde entonces, no ha parado. 40 libros publicados, 16 distinciones internacionales y la satisfacción de poder disfrutar de su inteligente humor en más de 30 idiomas.

“Quino es un historietista para almas sensibles que saben apreciar lo que hay más allá de los colores y la tecnología: el dibujo y su economía del lenguaje gráfico. En sus páginas de humor gráfico, cada detalle es plenamente necesario”, explica la Dra. Celia Rubina, decana de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación, docente del Departamento de Comunicaciones y de la Escuela de Posgrado. En su curso Semiótica para las comunicaciones, Rubina analiza a profundidad el humor gráfico de Quino, mientras trasmite a sus alumnos la misma fascinación que la ha llevado a coleccionar casi todas sus publicaciones y que se manifiesta en sus contagiosas carcajadas cuando disfruta de alguna de las piezas gráficas del argentino.

Quino es un historietista para almas sensibles que saben apreciar lo que hay más allá de los colores y la tecnología: el dibujo y su economía del lenguaje gráfico. En sus páginas de humor gráfico, cada detalle es plenamente necesario”.

Dra. Celia Rbuina
Decana de la Facultad de Ciencias y Artes de la Comunicación

¿Pero cuál es la razón del carácter imperecedero de su humor? “Que sigue tocando temas que nos interesan a todos. Domésticos, políticos, sociales, ideológicos. En los setentas, Mafalda era fanática de los Beatles. Ellos ya no existen, ¿pero acaso los lectores de hoy no tienen una banda favorita?”, sentencia Celia. De seguro, también, los niños de hoy detestan la sopa tanto como los universitarios, en complicidad con la ironía de Mafalda, creen que “la sopa es a la niñez lo que el comunismo es a la democracia”. Celia agrega, asimismo, que el humor de Quino no distingue edades ni, al contrario de lo que puede pensarse, entre lectores informados y desinformados. Al respecto, Celia comenta una de sus imágenes favoritas y que, cuenta, emplea mucho en sus clases.

Joaquín Salvador Lavado (Quino) 1991. Humano se nace. Buenos Aires: Ediciones de la Flor (p. 97).

“Lo completamente genial de esta página de humor gráfico es que, por un lado, Quino ha cambiado dramáticamente lo horroroso de la temática de Guernica de Picasso para pasar a la armonía y felicidad de una pintura completamente inventada; y, por otro, que aun si eres un lector poco informado, con Quino te ríes igual. Cuando la analizamos en clase, por ejemplo, algunos de mis estudiantes no reconocieron el cuadro, sin embargo, todos la encontraron divertidísima”.

En estas otras, la docente destaca que Quino, bastante “consciente de su oficio y de los recursos del lenguaje del cómic”, logra “lo que el cine –Inception, por citar un caso– tanto se esmera en hacer: transgredir los niveles de realidad”:

Joaquín Salvador Lavado (Quino) 1983. Déjenme inventar. Buenos Aires: Ediciones de la Flor.

La política

Mucho se dice en relación a la postura política de Quino y de cómo esta se manifiesta en sus historietas. Hay, incluso, quienes afirman que su arte es un mero vehículo para ella, aseveración que Celia no encuentra solo infundada, sino injusta.

“La obra de Quino es sumamente politemática. Aborda temas como el machismo, la cultura de consumo a ultranza, los abusos del mundo empresarial, la contaminación ecológica, las relaciones de pareja, la familia, la vida, la muerte. La madurez de un artista, es más, se alcanza cuando se adquiere la capacidad de tomarle el pelo a la muerte. Quino lo ha logrado. En relación con lo político, es claro que Quino tiene humor político; se podría decir, incluso, que Mafalda es su álter ego; es claro, también, que a través de sus piezas gráficas emite una opinión, pero no hay en él pretensiones de ser un abanderado político. El mismo ha aclarado que no milita en ningún partido y que lo suyo es el humor” desmiente, con inteligencia, Celia.

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