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Noticia

Fluir y simular: un acercamiento a la energía desde la mecánica de fluidos

Desde el flujo sanguíneo de un corazón humano hasta la dinámica de movimiento de una galaxia. Todo fluye. La simulación en computadora con técnicas numéricas permite recrear, estudiar y sacar provecho de esto. El Dr. Armando Blanco, profesor de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, vino a la Universidad para dictar el curso de Energética Avanzada de la Maestría en Energía. Destacó los innumerables usos de esta técnica y cómo puede optimizar nuestra calidad de vida.

  • Texto:
    Solange Avila
  • Fotografía:
    Fernando Criollo

Todas las actividades que realizamos dependen de la energía, como la eléctrica, la solar o la nuclear. En todas estas fuentes hay fluidos involucrados que pueden ser estudiados con el empleo de ecuaciones y modelos numéricos complejos. El Dr. Armando Blanco, profesor de la Universidad Simón Bolívar de Caracas, asegura que gracias a estos modelos podemos solucionar problemas vinculados al flujo de energía.

Estos modelos ayudan a mejorar las condiciones de vida, ya que permiten simular y optimizar diversos sistemas, como el de aire acondicionado de una oficina o el bombeo de sangre del corazón humano. A través de ellos se pueden analizar, además, escalas de flujo tan pequeñas como un tubo capilar de un cabello o el tallo de una planta, o tan grandes como una galaxia.

Llegaron para quedarse

No obstante, las ecuaciones matemáticas requieren de técnicas avanzadas y no se pueden resolver de manera exacta. Para reducir su margen de error es necesario complementarlas con otras técnicas o experimentos. Por ejemplo, puede ponerse a prueba un prototipo miniatura de automóvil en un túnel de viento para analizar su desempeño ante las corrientes de aire y, en paralelo, realizar el método matemático. «Si corroboramos los mismos resultados, ya no será necesario ejecutar experimentos, bastará con recrear escenarios en una computadora», añade Blanco.

También se pueden producir gráficas que indiquen a qué velocidad se movilizan los fluidos, en qué direcciones van y mucho más. Esto permite probar -entre otras cosas- el buen funcionamiento de un modelo de sistema cardíaco mucho antes de ser implantado en el cuerpo de un paciente. Además, el aporte puede tener fines sociales. Blanco comparte su experiencia en Venezuela, donde modeló el flujo de una represa de agua para generar electricidad, gracias a la cual se puede advertir cómo pasa la corriente por las turbinas cuando hay sequía.

También es posible modelar fenómenos naturales, como tsunamis, lluvias o el fenómeno de El Niño, para prevenir riesgos. “Actualmente tenemos modelos de cómo sería el avance de los flujos las inundaciones hacia las ciudades. Entonces tenemos detectadas las zonas de alerta mínima, media y máxima”, explica Blanco.

Más poder, más responsabilidad

En la actualidad, los programas son desarrollados con la intención de ser más fáciles de usar, lo cual no quiere decir que el usuario que los use sea competente. “Los métodos numéricos requieren conocimientos de matemáticas, de computación y de ingeniería de mecánica de fluidos. Entonces, el usuario debe entender qué hace el software y estudiar las técnicas a profundidad, de lo contrario, podrían culminar en errores catastróficos”, opina el docente.

Por eso, el especialista sostiene que la universidad tiene un papel fundamental al proveer conocimientos para utilizar estos métodos y el uso responsable de los mismos. “Las universidades deben promover la actitud adecuada hacia esa tecnología y el esquema de pensamiento que permita entender cómo funciona. Es natural que empecemos con un plano de compresión, utilización y apropiación, para luego pasar a la fase de desarrollo”, comenta. El docente confía en que los profesionales y estudiantes de nuestra región no dependerán de especialistas externos. Así, en el futuro, tomarán la iniciativa y podrán superar los métodos internacionales actuales.

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